La Provincia - Diario de Las Palmas

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La alergia a hacer las maletas

La UD Las Palmas lleva once meses sin lograr una victoria fuera de casa - Diez derrotas y seis empates es el balance

Manolo Jiménez charla con sus jugadores durante un entrenamiento de esta semana en El Hornillo. ANDRÉS CRUZ

De un tiempo a esta parte cada viaje se ha convertido en una pesadilla para la UD Las Palmas. Le ha entrado mal de altura y no se le da bien hacer las maletas. Este domingo frente al Extremadura (17.00 horas) el equipo amarillo tiene otra oportunidad para romper una racha terrible. Casi once meses lleva la entidad insular sin lograr una victoria fuera de casa. Desde el 26 de octubre de 2017, cuando lo logró ante el Deportivo de la Coruña en Copa del Rey (1-4), no gana a domicilio un partido oficial. Un total de 16 partidos con un desastroso balance de seis empates y hasta diez derrotas que condenó al descenso en el pasado curso. Y en el actual, en la primera visita igualó en La Romareda (1-1).

No parece que vaya a extenderse demasiado semejante sangría. Seguramente la peor parte ya ha pasado. Al fin y al cabo ahora la UD Las Palmas está en otra posición en LaLiga 123. Es uno de los favoritos al ascenso y, a pesar del revés en Copa del Rey frente al Rayo Majadahonda, parece cuestión de tiempo que finalice la maldición. Pero estas dinámicas convienen atajarlas cuanto antes.

Se trata de una herencia que no es responsabilidad de este cuerpo técnico ni de esta plantilla -solo continúan seis jugadores del curso pasado-, pero el estreno no resultó un buen augurio. No tanto por el resultado sino por un planteamiento inicial que mostró un respeto excesivo a jugar como visitante. Con cinco defensas se plantó Manolo Jiménez en Zaragoza, un error que él mismo admitió. Primer con hechos en el descanso, cambiando el sistema, y luego en sala de prensa.

Entonces no se había completado una plantilla que ya tiene casi diseñado su once ideal, tanto por la goleada del plan A frente al Nàstic como por el bochorno del plan B contra el Rayo Majadahonda. Pese a ese revés, para la visita a Almendralejo la UD parte como favorito en todas las apuestas. Porque está imbatido en Liga, porque volverá a poner en liza a sus titulares y porque se mide a un rival tocado en la zona baja de la clasificación. El cuadro azulgrana está empatado a un punto en la cola de la clasificación con el Nàstic y el Almería, si bien es cierto que se ha enfrentado a varios poderosos: Oviedo, Deportivo, Sporting y Granada.

Una tragedia eterna

Así pues, se planta la UD en un escenario idóneo para ganar, cosa que no hace en liga regular desde hace más de un año. Hay que remontarse al 11 de septiembre del 2017 para vislumbrar los últimos tres puntos conseguidos por los amarillos lejos del Estadio de Gran Canaria. Fueron a las órdenes de Manolo Márquez en Málaga, donde con tantos de Jonathan Viera, Calleri y Loïc Rémy venció por 1-3. A partir de entonces empezaba la tortura en Liga. Antes de ganar en Riazor en Copa del Rey, la UD cayó en el Sánchez Pizjuán dando la cara (1-0) y luego se la partieron en el Camp Nou (3-0) y en Villarreal (4-0). La debacle con Pako Ayestarán, tanto en casa como fuera, continuaba a domicilio en el Santiago Bernabéu (3-0) y parecía tomarse un respiro empatando en Anoeta (1-1).

En la vuelta de dieciseisavos de Copa del Rey el Deportivo estuvo a punto de remontar aquel 1-4 de Riazor y el club pasó a la acción al destituir a Ayestarán. Llegó Paquito Ortiz como interino pero la UD siguió sin ganar lejos de la Isla. Así, encajó un 2-0 en Vitoria y el mismo resultado en Getafe. Con el año nuevo y esperanzas renovadas aterrizó Paco Jémez. Pero la primera en la frente: 4-0 en el duelo copero frente al Valencia y un ridículo histórico con un 6-0 en Girona.

El técnico andaluz cambió el guión y el equipo mejoró ligeramente en defensa durante algunas semanas. A pesar de todo en su siguiente visita recibió un 3-0 en el Vicente Calderón. Luego la UD encadenó dos empates (0-0 en Bilbao y en Leganés) que podían suponer el cambio de dinámica, pero quedó en nada. Le faltaba verticalidad en los metros finales a un equipo que se hundió a partir del 2-1 en Balaídos en la 27ª jornada. Esa remontada del Celta fue otra palada de tierra. Y la estocada definitiva, tras el 1-1 en Riazor, llegó en el feudo de un Levante que estaba lanzado (2-1).

Con la UD moribunda el destino cruel le cruzó con el Betis de Quique Setién, ante el que volvió a perder (1-0). Ya después de que el cuadro de Paco Jémez certificara su descenso en casa frente al Alavés se produjeron otras dos visitas sin victorias: 1-1 en el feudo del Espanyol y 1-0 en Ipurua.

Ahora la UD Las Palmas tiene otro color. Situada en la zona noble de la clasificación y con un equipo muy potente quiere demostrar este domingo que lo del jueves fue un resbalón. Y, de paso, poner fin a la alergia que le ha entrado a viajar.

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