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Las tres últimas 'perlas' de la base

Cantera para el derbi

Josep y Cedrés apuntan al 'once' frente al Tenerife y Robaina, que no participó ante el Lugo por gripe, al banquillo

Mel felicita a Cedrés, tras el estreno del canterano de amarillo ante el Lugo. Quique Curbelo

La palabra cantera. Otros, en cambio, creen que tal distinción puede darse a cualquiera que haya pasado por alguno de los filiales. E incluso, hay quien descarta como producto de la casa al que ha tenido que marcharse a otro club para hacerse un nombre.

En cualquier caso, todos tienen un elemento en común: alguna vez tuvieron que demostrar algo en alguno de los conjuntos de la base, sobre todo en Las Palmas Atlético. De ahí, precisamente, provienen los tres últimos en abrir la puerta de la UD: Toni Robaina, Josep Martínez y Cristian Cedrés. Ellos, y todos en realidad, necesitan de alguien que les impulse hacia arriba. En sus casos, el artífice del estreno fue Pepe Mel.

El primero debutó hace dos semanas en el partido frente al Cádiz y los otros dos lo hicieron el domingo ante el Lugo. Y el trío, salvo sorpresa, estará en el Heliodoro Rodríguez López el próximo sábado (19.30 horas, LaLiga 1|2|3 TV/TVC) en el gran derbi frente al CD Tenerife.

La apuesta decidida de Mel por probar a jugadores del filial les ha abierto el camino para disputar el clásico canario. Cierto es que lo hizo cuando fue consciente de que el equipo no tenía ninguna posibilidad de alcanzar la promoción de ascenso, pero lo hizo, y eso es algo que no se veía desde hacía mucho en la UD.La última gran camada

Desde la aparición de Fabio González, Benito Ramírez, Erik Expósito y Borja Herrera, a los que se les brindó la oportunidad de debutar en Primera División, pero al mismo tiempo se les privó de continuidad, no había surgido ningún futbolista del 'B'. De hecho, la última gran camada de jugadores surgió de la manos de Paco Jémez en la campaña 2010-11, con la irrupción de Jonathan Viera, Vitolo, Juanpe o Aythami Álvarez, entre otros.

Ahora los casos son distintos, pero también pasaron por Las Palmas Atlético. Robaina jugó en las categorías inferiores hasta que en Cadetes se fue al Real Betis y en Juveniles al Real Madrid, hasta que fue descartado por el Castilla -filial- y el curso pasado jugó en el Recreativo de Huelva.

Cedrés, por su parte, pasó por el Carrizal antes de llegar a la entidad amarilla, desde donde se fue al equipo blanco y luego al Villarreal B. La UD, el verano pasado, decidió recuperar a los dos en busca de un nuevo renacer.

El caso de Josep, en cambio, es diferente. El valenciano nunca jugó en la base, sino que fue fichado para militar directamente en el segundo equipo. El club que le catapultó a la Isla fue el FC Barcelona, en cuyo Juvenil División de Honor despuntó en el curso 2016/17. Canteranos o no, los tres llegaron desde el filial.

Y Josep y Cedrés, encima, hicieron un gran papel frente al Lugo. El guardameta, que cumplirá 21 años en el próximo mes de mayo, tenía la difícil papeleta de ponerse bajo los palos en un contexto poco adecuado para estrenarse, con el equipo a seis puntos del descenso y con Nauzet Pérez, el teórico suplente del lesionado Raúl Fernández, relegado al banquillo por su pobre rendimiento.

Lejos de encogerse, el de Alzira dio un paso al frente y lo hizo todo bien: atajó casi todos los balones que le llegaron, evitó un gol del cuadro gallego con una buena parada sobre Cristian Herrera y, sobre todo, trasmitió mucha seguridad al grupo.

Un plus de motivación

El extremo, de su lado, se mostró muy participativo hasta que se le acabó la gasolina. Profundizó por la derecha, dio una asistencia de gol a Rubén Castro, chutó a puerta un par de veces y también trabajó en defensa. Un partido muy completo.

En cuanto a Robaina, no pudo jugar por culpa de una gripe, pero iba a hacerlo, aunque no desde el inicio. A pesar de que su debut fue tormentoso -el Cádiz marcó tres goles en los últimos 10 minutos del encuentro-, se le vio con mucha movilidad en la mediapunta.

Ahora la intención de Mel es dar continuidad a todos. Toda vez que el entrenador no suele tocar lo que funciona, es más que previsible que Josep y Cedrés repitan en el once -al igual que los otros nueve que jugaron contra el Lugo-. Robaina, en cambio, partiría desde el banquillo.

Más allá de una apuesta por el futuro, la UD gana con ellos un plus de motivación de cara al derbi, no sólo porque tienen las ganas propias del que acaba de abrir la puerta del primer equipo, sino también porque son grancanarios -en los casos de Robaina y Cedrés- y, como tales, viven los partidos frente al Tenerife de otra manera.

Mel, que al llegar apostó por la vieja guardia con el objetivo de alcanzar el playoff, ha dado un giro radical hacia el rejuvenecimiento del equipo en aras de la velocidad que tanto ansía para su equipo. Los Momo, David García y Nauzet -tras la lesión de Raúl- han dado paso a Robaina, Cedrés y Josep. Les queda mucho por recorrer y demostrar. De momento, es la cantera -o no- para el derbi. Un inyección de vitalidad en tiempos de penumbra.

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