Exposición retrospectiva que resume la evolución artística de Alfonso Crujera, desde sus inicios en 1974 hasta la actualidad.

La muestra Mundos paralelos, presenta por primera vez la trayectoria artística de Alfonso Crujera. Un centenar largo de esculturas, pinturas y estampas brindan algunas de las claves que han marcado su trabajo.

Quedan para otra ocasión el papel jugado en el ámbito del teatro experimental como integrante del Grupo Independiente de Teatro La Zapatilla a finales de los sesenta, y muy especialmente, desde el ámbito de la performance, en el grupo UG MOTYVACYONES a mediados de los setenta.

Este proyecto expositivo comisariado por Antonio P. Martín permite acercarnos a un aspecto esencial en el trabajo de Crujera: su continua reflexión sobre el territorio.

La muestra se inicia con la serie Desde el hombre para el hombre (1974), una primera reinterpretación del paisaje humano en clave política. Una serie que debe leerse en el marco de los estertores del Franquismo.

Su Tríptico de iniciación (1978) apunta a lo que serán sus primeras aproximaciones al género del paisaje en 1980.

Poco después surgirá su primera propuesta sobre lo sagrado, dando pie a la serie Betilos (1988-1998). Ambas líneas de trabajo se encontrarán un año más tarde en la serie Tools, prólogo de una serie de pinturas –Strand (1990)– que acabarán tomando cuerpo en estructuras tridimensionales de terracota: Obra solar (1992).

A lo largo de estas dos primeras décadas, Crujera se adentra en el mundo de la estampa, realizando sus primeros grabados electrolíticos en 2001. En 2002 comienza a realizarlos tomando como objeto la Punta del Caletón, dando paso así a la serie de grabados y pinturas que presentará en 2007: LPGC.

Supone ésta una nueva reinterpretación del territorio y del vacío –otra de las claves de su trabajo– en el que la ciudad y el espacio sobre el que se asienta se convierten en una maqueta sobre la que proyectar luces y sombras.

Un año más tarde publica su Manual del grabado electrolítico no tóxico (2008), volumen que se publica en inglés –Electro-etching handbook– en 2013 y que se ha convertido en una referencia global. De la impronta de esta técnica hay cumplida cuenta en la muestra con series como Galvanografías (2007- 2008) y Grabatos para pasar las horas (2008-2019).

Cierra esta exposición su más reciente reflexión sobre el territorio y lo sagrado: la serie de lienzos Sacred Place (2020).