Inauguración

Hay miradas que incitan a asentir y callar. Otras, animan a indagar y dejan preguntas abiertas. La mirada de Hans Lemmen (Venlo, Holanda, 1959) es de estas últimas. Su complejidad creativa posee en el dibujo su núcleo esencial: la línea produce y libera imágenes que buscan ahondar en la geografía emocional del ser humano. Los significados de sus dibujos no se constituyen a partir de códigos fijos, como ocurre en el lenguaje, sino desde las articulaciones que genera el propio proceso creativo. Sus imágenes nacen de una tensión entre el control de la ejecución y la necesidad, señalada por el propio artista, de que el resultado siempre le sorprenda. En este sentido, Lemmen entiende el dibujo como un alumbramiento que pugna por hacerse forma: la línea sobre el papel le ofrece la posibilidad de romper la barrera de lo cotidiano y abrir el camino de lo inesperado, lo indecible y lo revelador.

El proyecto que ahora presenta en el Centro de Arte Juan Ismael, Tierra cifrada, toma como base el archivo fotográfico: por un lado imágenes del alemán Thomas Mayer en torno a los basureros y casas abandonadas en Irlanda, pero especialmente en las imágenes del canario Terek Ode, en las que documenta estructuras prehistóricas y paisajes arqueológicos ubicados en la isla de Fuerteventura. El paisaje será, por tanto, el punto de partida para emprender una arqueología de la memoria, de los mitos y, sobre todo, de la inquietud de un ser humano que pugna por encontrar sus orígenes.

Tierra cifrada se ubica en una zona furtiva donde fotografía y dibujo no entran en conflicto, sino que se trascienden; no se trata de un mero ejercicio de exploración formal sino de una lúcida reflexión en torno a la percepción, el entendimiento y la posibilidad infinita de generar interrogantes a través de la composición visual y la representación iconográfica.