Los agentes de la servicios secretos del mundo incivilizado, han cambiado sus prácticas de tortura. Ya no les ponen música estridente a los presos del yihadismo; les ponen una sintonía de mucho efecto, según parece, pues se inculpan de toda clase de cargos en menos de ocho minutos, que dice así: "Puigdemont parece que Rajoy pero Soraya aunque mejor Rajoy sin embargo Rivera que está hablando con Arrimadas aparte de que con Zoido somos mejores porque Junqueras está que trina con la inseguridad de Puigdemont y la ira contenida de Rajoy, Rajoy, Puigdemont, Soraya, los Jordis, los Mossos y los curas de Montserrat con Trapero de monaguillo, y de nuevo Puigdemont, aunque Forcadell tiembla pero no ceja en el empeño así Puigdemont de nuevo gime y se encastilla para amagar declaraciones poslaterales y un empujón del ciento cincuenta y cinco que Rajoy con Zoido se pertrechan en la mirada inmaterial de Forcadell, temerosos de los hados, de los dioses y de las vírgenes negras?"

Y así hasta que el preso torturado canta que él, en realidad, es una reencarnación del toro que mató a Manolete. Se dice que hay versiones más duras que citan a Ada Colau, a Pablo Iglesias e incluso a Pedro Sánchez y a Miquel Iceta, aunque estos dos últimos destrempan un poco a torturadores y torturados. Así que no hay mal que por bien no venga, o viceversa, que diría un amigo argentino barcelonés al que hace tiempo no veo. Casi era para él una obsesión: "¿por qué no decir no hay bien que por mal no venga?" Me dejaba muy dubitativo, en una nube psicológica de las de antes, no de las de ahora, que son físicas y escapan a la interpretación metafísica. Palabra azarosa donde las haya, fruto de la ordenación de unos cuadernos, por decir algo, de Aristóteles, y que devino en disciplina filosófica. "Manda carallo en La Habana" que dirían en mi pueblo. Con esto puede ocurrir algo parecido, que de un "dime dónde te dejo estos papeles, Mariano" y este respondiera "déjalos por ahí, ya los leeré algún día", acabemos obligados a creernos que tanto España como Cataluña existen como entes superiores, son algo más que un invento administrativo, muy por debajo de los que se consideran españoles y catalanes, o ambas cosas.

En un lugar ínfimo de nuestra memoria, hay un espacio para el aburrimiento. En la actualidad, la tortura mezcla lugares comunes, arengas y mentiras. ¿Alguien da más? Seguro, la subasta es infinita.