La Provincia - Diario de Las Palmas

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REFLEXIÓN

Cuando volver duele

La vuelta al colegio, la vuelta al trabajo, la vuelta al lunes, la vuelta a la rutina, la vuelta a la vida real... sólo leer estos términos nos genera dolor o mejor dicho sufrimiento, pero ¿nos duele la vuelta a qué exactamente?

Algo estamos haciendo mal cuando las primeras afirmaciones en nuestra vuelta a casa son estas. Vivimos en un mundo donde soñamos con nuestras esperadas vacaciones anuales o nuestro fin de semana después de la dura semana, pero yo creo que la vida es demasiado bella como para vivirla sólo en estos períodos. ¿Qué estamos viviendo en nuestra vida diaria que nos duele tanto regresar a ella? En estos años he afirmado rotundamente que si no nos gusta la vuelta a un período de tiempo determinado lo que debemos plantearnos es exactamente que lo que no nos gusta es lo que estamos haciendo en ese período, ya que el tiempo es simplemente una manera de ordenar nuestras actividades personales, profesionales y sociales. ¿Será entonces que no nos gusta el trabajo que estamos desempeñando o que quizá invertimos demasiado tiempo en él como para poder disfrutarlo? Analicemos algunos datos acerca del trabajo.

Hay un dicho que dice: "fíjate si es malo el trabajo que tienen que pagarte para hacerlo". Además la palabra "trabajar" deriva del término "tripariar", que significa "torturar a una persona por la técnica del tripario, un instrumento de tortura consistente en tres palos que causaban la muerte al acceder por lugares indescriptibles de nuestro cuerpo. Añadamos el dato de que aproximadamente una persona emplea dos de cada tres minutos de su vida despierta a trabajar, entendiendo que dedicamos 8 horas del día a trabajar, 8 a dormir y 8 a nuestro tiempo libre. Esto es demasiado tiempo como para emplearlo en algo que no nos hace sentir bien. ¿No crees? ¿Qué podemos hacer entonces?

En primer lugar plantearnos si necesitamos generar un cambio real, o si es simplemente una sensación temporal. Si ese trabajo nos está minando la emoción quizá sea el momento de cambiar. Lo sé; es difícil, estamos agarrados por todas partes, "comprados" en cierto modo, pero ¿a qué precio? Cuánto estás dispuesto a pagar por esta sensación, y no hablo de dinero solamente, sino de salud, de tiempo, de calidad de vida. ¿Existiría la posibilidad de transformar esta situación? No será fácil, pero ¿lo será permanecer otros 20 o 30 años en el lugar que estás? ¿Añadiremos una nueva afirmación a nuestra espera? Primero el fin de semana, luego las vacaciones y ahora la jubilación. Esperar, esperar y esperar... Se nos pasará la vida deseando otra. En segundo lugar, Es importante volver a tomar el mando de nuestra vida, tomar las decisiones bajo la prioridad de sentirnos bien, cueste lo que cueste. Es un acto de responsabilidad con uno mismo. Teniendo en cuenta que responsabilidad significa "habilidad para dar una respuesta".

Te contaré un secreto; yo tomé esta decisión y no fue fácil, pero fue la mejor decisión que he tomado jamás. Lo volvería a hacer mil veces. Conozco a muchas personas que tomaron también esa decisión y ninguna de ellas se arrepintió, ni se planteó nunca volver a su trabajo anterior, les fuera mejor o peor en su nueva vida. En el mundo en que vivimos, poder formar parte de ese pequeño grupo de personas que ama su trabajo es un verdadero regalo. Si de verdad te estás planteando un cambio, te animo a ello, es posible.

"Un viaje de 10.000 kilómetros se inicia con un paso". Proverbio chino.

Carlos G Almonacid. Coach, formador y speaker

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