La Provincia - Diario de Las Palmas

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ENTRE LÍNEAS

Francisco Cases y la virgen del pino

Ahora que nos deja, tras ser aceptada por el Papa Francisco su renuncia al Obispado de Canarias por razones de edad, puede decirse que D. Francisco Cases Andreu ha sido uno de los prelados de la Diócesis Canariense-Rubiciense que más de cerca ha vivido la devoción popular a Nuestra Señora del Pino,Patrona General de esta Iglesia oriental canaria. En sus casi 15 años de pontificado,Cases Andreu nunca faltó a los principales actos de las Fiestas Mayores de Gran Canaria,entre los que destacamos,por su tradición, la Romería-Ofrenda y el solemne Pontifical de la Festividad de la Virgen del Pino. El propio Obispo D. Francisco pudo comprobar por sí mismo, en ocasiónes con emoción,la fe de los isleños hacia su Virgencita terorense. En la tarde de cada 7 de septiembre el prelado permenecía atento, de pie, en el frontal del trono de la Patrona,presidiendo con los sacerdotes responsables del Santuario,el desfile de las diferentes representaciones institucionales tanto municipales como insulares.En la emisora diocesana,Radio Tamaraceite, el Obispo nos llegó a expresar que a pesar de que los actos eran prolongados en el tiempo, "para mi"-nos recalcaba con su gracejo alicantino-"no era cansado. Me permitía tratar más de cerca a nuestra gente"... En efecto, D. Francisco que había vivido en su tierra alicantina y en Albacete el calor popular a sus Patronas respectivas, jamás había visto como en Gran Canaria, que los hombres y mujeres miraban a la Virgen del Pino." Sus ojos puestos en la Virgen,los tendré siempre clavados en el corazón"...

D.Francisco fue en todo momento franco al hablar de la Virgen del Pino. Su primera Eucaristia en Gran Canaria fue en la mañana del 27 de enero del 2006, muy tempranito, cuando acudió con sus familiares a visitar la Basilica. Por la tarde tomaría posesión de la sede episcopal en la Catedral de Santa Ana. Asimismo vivió en primera línea la última Bajada de la imagen del Pino a Las Palmas de Gran Canaria, comprobando el amor y el cariño de sus diocesanos a la Madre de Dios, bajo la advocación del Pino. Otro momento clave en la Diócesis, fue la visita-peregrinación de la Virgen del Pino a la cabecera de los 8 municipios afectados por el gran incendio del verano del año pasado. Le sorprendió que allí había gente no solo de los municipios en cuestión, sino hombres y mujeres del resto de Gran Canaria. "He podido cerciorarme que la devoción por Ella,no es cosa de un día,sino que es una actitud constante durante todo el año".

Hasta aquí la admiración y el cariño de un Obispo, que quiso a Canarias, y en especial a Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y La Graciosa, en el tiempo que permaneció entre nosotros. Admiró a la Villa Mariana de Teror disfrutando de nuestras costumbres y de la fe de un pueblo sencillo y generoso. Por ello no nos extrañó que dijera en "La Provincia-Diario de Las Palmas" (8-VII-2010) que regresaba a Orihuela, su pueblo natal, tras "volverse canario en algunas cosas. En la Peninsula hay desconocimiento total del hecho isleño; tenemos que despertar y hacer que (el Archipielago) esté más presente". Por todo ello, ante sus últimas Fiestas del Pino y como Administrador Apostolico de la Diócesis de Canarias, le deseamos que las disfrute en profundidad y de acuerdo a las condiciones impuestas por las autoridades sanitaras por la Covid-19. Tras el Pino,en Teror, nuestro Obispo vivirá tambien por última vez las Fiestas Patronales de Lanzarote (Los Dolores, en Mancha Blanca, Tinajo ) y de Fuervetentura (La Peña, en el Valle de la Vega del Rio Palmas-Betancuria).

Desde aquí le agradecemos su pontificado de servicio a la Diócesis, al tiempo que le rogamos a Ella, a la Virgen del Pino, que le conceda mucha salud y cuando pueda, ¡véngase por aquí alguna vez!, a revivir lo entrañable de nuestras Fiestas Mayores. ¡Adiós, D. Francisco!.

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