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Editorial

Alianza turistica en Canarias para vencer al cambio climático

Yaiza Castilla, primera por la derecha, durante su intervención en la COP27.

Parece contradictorio, pero el crecimiento turístico de Canarias pueda estar en peligro pese a la cifras de éxito reflejadas en la aceleración de las contrataciones para 2023. Así lo explicó la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Yaiza Castillo, durante la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), celebrada esta semana en la localidad egipcia Sharm el Sheik. La miembro del Ejecutivo regional intervino en la conferencia paralela diseñada por la Organización Mundial de Turismo (OMT), denominada «Políticas y estrategias corporativas de ampliación de la acción climática en el turismo. La Declaración de Glasgow»,

«El éxito del negocio turístico está ahora en peligro», afirmó en referencia a la necesidad de que Canarias no tiene otra salida que cumplir con el reto de la descarbonización para no perder uno de los principales activos en el liderazgo de la industria turística: el efecto positivo de sus extraordinarias condiciones climáticas en el mercado. La advertencia supone una inflexión en el ámbito de un sector empresarial que ha funcionado, por su dinámica de beneficios, desde unos parámetros desarrollistas ajenos a los criterios de sostenibilidad.

La presencia de Canarias en el reciente foro mundial en Egipto tiene su origen en la adhesión del Archipiélago, formalizada en Lanzarote, a la Declaración Climática de Glasgow. Cabildos, patronales y una nutrida representación de los agentes turísticos oficializaron su incorporación al foro internacional medioambiental.

El objetivo del instrumento es la reducción de las emisiones de CO2 al 50% en un plazo de ocho años, y la consiguiente activación de un Máster Plan de Acción por el Clima que establece una herramienta para que las empresas realicen mediciones sobre su proceso de descarbonización, asesoramiento, dotación económica de los fondos Next Generation y campañas de concienciación, entre otras medidas.

La consecución de la neutralidad climática es un mandato global que persigue unas mejores condiciones de bienestar y salud para la población mundial. Una estrategia que trata de frenar los daños sobre el ecosistema y sus efectos irreversibles en la atmósfera. La bonanza climática de Canarias, destino con unas condiciones envidiables a lo largo del año, sufriría el calentamiento global del planeta con variantes que podrían ir desde una progresiva desertización extrema de su territorio o un aumento de tormentas incontroladas que podrían llegar, sin ir más lejos, al formato huracán. O bien a una pérdida paulatina de su personalidad subtropical, marcada por temperaturas cálidas que mutarían hacia un aumento de las borrascas con lluvias intensas.

La climatología, por tanto, es un factor clave para el sostenimiento en el tiempo de la industria turística y para evitar cualquier incertidumbre en los mercados. De hecho, la ventaja climatológica de Canarias vuelve a hacerse patente ahora con la crisis energética que vive Europa debido a la guerra de Ucrania. Canarias se convierte en destino turístico para personas que buscan un clima benigno, equilibrado y ajenos a las facturas que pagan en sus respectivos países por la calefacción.

Pero más allá de una coyuntura concreta, el acuerdo promovido por el departamento de Turismo, Industria y Comercio sólo puede ser calificado de histórico. Primero, porque enlaza sin ningún tipo de reservas con la preocupación universal por el cambio climático. Y segundo, porque sitúa en la órbita del debate de la descarbonización al sector turístico. Toda la sociedad canaria debe estar inmersa en el propósito de frenar el deterioro, pero el mensaje no calaría si la principal industria de Canarias no se aplicase con denuedo en cambiar su estructuras productivas y comerciales para atacar el problema.

El movimiento público-privado de Canarias de adhesión a la Declaración de Glasgow contempla, en lo que se refiere a su plan de acción, más de 220 medidas de reducción de las emisiones de gases nocivos a la atmósfera a aplicar según los modelos de negocio. Un impulso que pretende incidir en una huella de carbono que en 2019, último año de la pandemia, alcanzó, excluido el tráfico aéreo y marítimo, 1,85 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Asimismo, la condición insular lleva a Canarias a redoblar su esfuerzo, dada su dependencia de los barcos y aviones, un elemento imposible de soslayar a la hora de establecer desde la UE la ficha económica para afrontar por territorios la descarbonización.

La inmersión de lleno del sector turístico canario en los objetivos medioambientales a través de un acuerdo colectivo constituye, como hemos dicho, un acontecimiento de especial relevancia. Un compromiso que adquiere mayor carácter en un contexto donde arrecian los mensajes negacionistas, o la resistencia a los cambios de potencias mundiales como Estados Unidos y China. A todo ello se une el contexto bélico y el retorno a las energías sucias por los altos precios del gas.

Pero no son los únicos factores a tener en cuenta. La fragilidad medioambiental del territorio insular hacía inaplazable una alianza con el sector turístico, dada la influencia del mismo en el desarrollo urbanístico del Archipiélago. Cualquier crecimiento inmediato o futuro deberá pasar por el tamiz de la Declaración de Glasgow, una pieza imprescindible para la reflexión en un contexto donde la permanente entrada de turistas, las cifras récord, no son siempre sinónimo de éxito.

El nuevo marco de actuación procura también la oportunidad para un análisis sosegado sobre la tasa turística. La búsqueda de un desarrollo turístico que cumpla con la excelencia medioambiental conlleva los necesarios recursos económicos. Este canon a pagar por cada turista que entra sería un ingreso extraordinario para el cuidado del paisaje, reciclaje de residuos, seguridad en las playas e innovación energética.

Canarias es consciente de que su economía turística no puede crecer a cualquier precio. La autorregulación para la descarbonización abre una nueva etapa.

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