Piedra lunar

Día internacional de las Montañas (con el trasfondo de las MSGC)

Día internacional de las Montañas (con el trasfondo de las MSGC)

Día internacional de las Montañas (con el trasfondo de las MSGC)

José A. Luján

José A. Luján

Desde el año 2003, Naciones Unidas declaró el 11 de diciembre Día Internacional de las Montañas con lo que desde entonces se añade a la lista de celebraciones que se llevan a cabo a lo largo del calendario anual. Es cierto que unos días tienen más proyección que otros que suelen pasar casi desapercibidos. El espectro se ha ido conformando y abarca desde el 7 de marzo día de la Mujer Trabajadora; el día del Trabajo del 1 de mayo; el día del orgullo LGTBI o el día contra la violencia de género. Cada celebración tiene sus militantes y adeptos, con actos específicos que se llevan a cabo en cenáculos apropiados para la concienciación ideológica. En casi todos los casos, se han adoptado un color en el vestuario y exhibiciones en las calles, con manifestaciones en toda regla. Banderolas con el espectro del arcoíris, el color morado, camisolas verdes son signos coloristas que identifican a los ciudadanos que sienten el compromiso de la empatía. Las respectivas jornadas se aprovechan para dar a conocer a la opinión pública la situación que viven los diversos sectores. En general, se publican resultados de estudios realizados en gabinetes de investigación: el hambre en la población infantil; el cáncer de mama; la situación medioambiental; la prevención de incendios forestales; la vulnerabilidad hidrológica.

El día Internacional de las Montañas se aprovecha para dar a conocer cómo se hallan estos peculiares espacios geográficos en su interna composición como la fragilidad de su entorno; el perfil de la población que habita en las tierras altas; la debilidad de sus infraestructuras como caminos y comunicaciones. En estos casos, los parámetros de comparación son la dualidad de zonas altas frente a planicies o tierras bajas. Son ámbitos muy diferenciados que condicionan la vida de quienes las habitan. Las cumbres, con limitación de recursos, frente a los ámbitos costeros con servicios consolidados. La debilidad de las montañas salta a la vista en la generación de su economía. El espacio rocoso y abrupto, la ocupación por áreas boscosas, la extrema incidencia atmosférica. Cierto es que la situación de estos ámbitos territoriales crea panorámicas que dibujan paisajes inéditos y sorprendentes. En muchos casos, son zonas declaradas de alta protección como parques naturales o parques nacionales. Estas gradaciones valorativas por sí mismo generan un atractivo en cualquier país, porque tal calificación ofrece la virtud de su originalidad y encanto.

Sin embargo, los caseríos residuales allí ubicados se ven limitados en su expansión, casi siempre basados en una economía de subsistencia como el pastoreo, la trashumancia o la explotación de superficies boscosas.

Se puede valorar, frente a las grandes ciudades, que la montaña ofrece un punto de calidad en la limpieza del aire atmosférico, la pureza de las aguas, la tranquilidad comunitaria, la interrelación social.

El hecho de que las cumbres de Gran Canaria se hayan puesto en valor con la Declaración de Patrimonio Mundial de la Humanidad, con el apelativo de Montañas Sagradas, debe considerarse un acicate para trabajar los datos de nuestro ámbito y ponerlas en el circuito de los ámbitos internacionales en los que se pongan sobre las mesas de trabajo propuestas y modelos. Y acaso algún año, la isla podría ser la sede de unas jornadas de trabajo al respecto. En el presente, entre tanto se escudriñan la confluencia de intereses, el emblema de las MSGC no debemos de desacreditarlo haciéndolo caer en la inacción.

Un instituto de gestión, creado para investigar, proponer ideas y para ser motor de dinamización económica, ¿qué ha creado para el presente año? Nuestras cumbres están por construir, con acciones y obras que sean sólidas de cara al futuro. Rutas que abarquen los diversos sectores; señalética cultural y geográfica; arreglos de paredes y caminos; aljibes-auditorios subterráneos; miradores tanto de día como astronómicos en zonas estratégicas; cenobio cultural y religioso en combinación con turismo rural con la adquisición de casas cuevas en el entorno de La Cuevita; la puesta en valor de encuentros festivos como como la fiesta del almendro el flor; el día del patrón de los pinares; la fiesta de las tradiciones junto con la de san Isidro; la fiesta del folklore en la expresión del patronazgo de La Cuevita; la fiesta de los pastores en Tejeda; la fiesta de la tralla con la extracción de aceite de almendra amarga.

Esta variada la tipología constituye en conjunto un inconfundible patrimonio cultural que si no queremos que desaparezca, ha de ponerse en valor en el marco del compromiso adquirido.

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