Papá, ¿me dejas el dron?

José Manuel Martínez Ibáñez

Pocos momentos reflejan mejor la sensación de libertad que conducir solo por primera vez un coche. Tras recoger el carnet de conducir, muchos hemos tenido que hacer la famosa pregunta: ¿Me dejas el coche? Sabiendo que podía ser un no y tener que irte en taxi. Como ya ha pasado casi una cuarta parte del siglo XXI, podemos jugar a imaginar que en el futuro la situación es parecida, pero en lugar de salir conduciendo se sale volando, por ejemplo pilotando un dron. Y, si no te dejan pilotarlo, ya sabes, te vas en taxi. Que también es otro dron.

Los meses finales del año pasado y la entrada en 2023 están siendo tremendamente activos en el sector aeronáutico. Parece que finalmente los «taxi drones” están a punto de hacer su entrada en nuestras vidas. Y puede que tener un coche volador en casa no esté tan lejos como parece.

Multitud de empresas llevan años desarrollando drones destinados al transporte de pasajeros y finalmente se están produciendo movimientos importantes en el sector para la comercialización. El más destacado, anunciado hace escasos días, es el acuerdo entre Archer Aviation y el gigante de la automoción Stellantis, propietaria de marcas tan conocidas como Peugeot, Citröen, Opel, Fiat o Chrysler. Entre otros asuntos, la alianza implica la construcción de las instalaciones para fabricar a gran escala el Archer Midnight, un dron eléctrico con una autonomía de 150 km que podrá llevar a un piloto y cuatro pasajeros a velocidades de hasta 250 km/h.

La seguridad, prioridad absoluta en el sector aeronáutico, también ha sido protagonista estas semanas. A mitad de diciembre la NASA hizo públicos varios test de impacto de drones tripulados, donde se comprobaron los efectos de accidentes en diferentes tamaños de maniquíes, varias configuraciones de asientos y se experimentó con materiales de absorción de energía especiales para drones de pasajeros.

La legislación también ha avanzado mucho. Los esfuerzos de las diferentes agencias de desarrollo y seguridad aérea para integrar los drones en el espacio aéreo han traído soluciones que ya están probándose para facilitar la movilidad aérea urbana. Además, se están ultimando las zonas para que los drones aterricen y despeguen en la ciudad. No se sorprenda si dentro de pocos años emplea con total normalidad la palabra «vertipuerto».

Los «taxi drones» están diseñados para ser autónomos o pilotados por un profesional. No necesitará el carnet de piloto para volar por la ciudad y desplazarse de un sitio a otro. Y justamente ahí es cuando surge la naturaleza innata del ser humano ¿Cómo será pilotarlo? ¿y volar por diversión? ¿o para hacer una carrera con los amigos?.

Ese enfoque deportivo y lúdico también está surgiendo con fuerza. Pequeñas empresas que diseñan drones para usarlos como vehículos voladores destinados, entre otros usos, al ocio. La gran mayoría de esas aeronaves están pensadas para un solo ocupante y son tremendamente ligeras y maniobrables. Empresas como Jetson, Jetracer o Xpeng ya han realizado vuelos y están muy cerca de comercializar sus aeronaves. El último en unirse a la larga lista ha sido Ryse Aero Technologies, que realizó demostraciones de vuelo en el Consumer Electronics Show de Las Vegas celebrado la segunda semana de enero.

También se están dando grandes pasos desde el mundo virtual. La madurez ya ha llegado a los simuladores como Velocidrone o DRL Sim, que se emplean para aprender a pilotar o hasta para campeonatos de e-sports. La entrada en el metaverso era previsible. En diciembre Saltwater Games presentó la plataforma Celeros, un metaverso inmersivo para juegos de alto presupuesto enfocados a los deportes de motor y las carreras. El buque insignia de la presentación de Celeros ha sido AirspeederXR, un juego de carreras de drones tripulados.

Pero, ¿y si lo que quiero no es pilotar ni jugar, sino disfrutar viendo como corren profesionales a lo grande? Eso también ha dado sus primeros pasos a finales de 2022. La empresa Airspeeder ha comenzado las EXA Series, una competición de drones monoplaza del tamaño de coches de carreras. Drones con una relación empuje a peso mayor que la de un caza de combate F-15. Imagine el resto. En esta primera edición de las EXA Series los vehículos se manejan de forma remota. En las siguientes, el piloto ya estará dentro del dron.

Como parece obvio y ya ha sucedido en coches y motos, se espera que los avances técnicos y experiencias en las carreras se trasladen después a los drones «de calle». Un ejemplo perfecto de la simbiosis entre los drones de alta competición y el resto de drones tripulados es la piloto polaca Lexie Janson. Janson ha pasado de competir a nivel internacional en carreras de aeromodelismo e e-sports a ser piloto de pruebas en Airspeeder. Y ahora trabaja en Jetson, lo que compagina con su participación en las EXA Series.

Así que si sonreía al oír las promesas de la ciencia ficción con sus ciudades surcadas por coches voladores, competiciones de vainas de Star Wars o naves en los garajes de las casas, ya ve que estamos un poco más cerca de lo que pensaba. Y también estamos más cerca de que una voz ilusionada le pida que le deje su dron para dar una vuelta y así estrenar el carnet de piloto. O de que esa voz ya no esté tan ilusionada mientras despega el «taxidron».

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