Reseteando

El ‘Intxaurrondo’ de Oramas

Ana Oramas en el Congreso de los Diputados

Ana Oramas en el Congreso de los Diputados / efe

Javier Durán

Javier Durán

Está requetebién que Ana Oramas, circunstancialmente presidiendo la Cámara regional, pare en seco a la diputada de Vox Paula Jover y le haga un Intxaurrondo del tamaño de un pepino. Su señoría de la ultraderecha tasó en un 45% los migrantes que cometen agresiones sexuales en Canarias, y la veterana nacionalista la frenó (o despachó) ventilando que se trataba nada menos que de una falsedad. Los brotes de cardo hitleriano anuncian una reclamación contra la presidencia de la Cámara regional; sin embargo, no dicen de qué estadística o estudio sacaron el pulimento xenófobo. Está bien claro que el Intxaurrondo de Ana Oramas es distinto al de la periodista que provocó la diarrea de Feijóo. La interpelada, en evidencia desalmada, solamente se enredó y acusó falta de agallas para enmendarle la plana a la presidente. No pagamos a los diputados, sean de un lado o de otro, para que utilicen sus botafumeiros para contarnos mentiras, y peor aún, para estimular el odio (y más) contra los migrantes. El espacio de la soberanía popular, para bien de la cuestión democrática, no puede convertirse en el anfiteatro de los bocacholas deseosos de inflamar con sus soflamas los instintos primitivos. La gusanera facciosa, como hemos repetido más de una vez, se aprovecha de las herramientas democráticas para llenar de bichos el sistema. No cabe miramiento alguno. En Alemania, AfD ya está en los tribunales por camuflar consignas del III Reich entre sus vomitonas para gloria del bigotitos repulsivo. Y ya en el capítulo de los leves mostachos, esa ventosidad septuagenaria de Aznar, que, lejos de llamar a un prietas las filas en contra de la amnistía, es más bien la vocalización de un informativo (o parte) en radio de válvula de importación que avisa de un desastre natural. Todo hiperbólico. Hay que agradecer a la presidenta Ana Oramas (no sé si Astrid se hubiese esmerado en el menester) su empeño por hacer saber a la sociedad (o votantes) de que existen diputados que con perretas infundadas culpan a los migrantes de las agresiones sexuales.

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