El amor no tiene edad

La esquilmada hucha de las pensiones empieza a recuperarse con las nuevas cotizaciones.

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Marisol Ayala

Marisol Ayala

Pero la vida le tenía reservada una sorpresa. Un día alguien a quien Lorenza no conocía le pidió amistad en Facebook. «¿Puedo seguirte?», le preguntó una mujer a través de esa red social y Lorenza contestó con desparpajo: «no me sigas, camina a mi lado». Era Carmen Cazorla, hoy con cerca de 70 años de edad. No se conocían en persona y aquel contacto en Facebook fue armando una historia de amor que ninguna de las dos quería precipitar; al contrario, decidieron que la iban a vivir lentamente. Querían verse, mirarse, tocarse, entenderse... Se citaron en Madrid. No dar pasos en falsos era su principal preocupación. «Yo llegué a la estación de Atocha un poco antes de la hora prevista», recuerda Lorenza. «¡Carmen!», la llamó al verla a lo lejos. «Se giró, me miró y tengo su expresión grabada en la memoria. Tuve que coger aire», rememora. «Nos abrazamos, nos dimos un beso, nos dimos la mano y hasta hoy», cuenta ella emocionada. El 8 de septiembre de 2019 se casaron en el Ayuntamiento de Agaete. La boda fue una fiesta y ambas saldaron un compromiso. «Si nos pasaba algo a alguna de las dos, la otra quedara amparada y, también, si los matrimonios heterosexuales poseen unos derechos en caso de fallecimiento de uno de los cónyuges, nosotras pelearemos para tenerlos igual». Hoy Lorenza batalla contra una enfermedad oncológica que de vez en cuando saca la cabeza; eso le preocupa. pero tiene claro que pase lo que pase continuará luchando por los derechos de gays y lesbianas que a ellas les costó alcanzar.

Su biografía, ‘Caminando’, recoge los episodios claves de su vida, que, créanme, no son pocos.