Sol y sombra

Más madera, es la guerra

Primera reunión del Consejo de Ministros.

Primera reunión del Consejo de Ministros. / EFE

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

La penúltima trola de Moncloa ha consistido en divulgar que los ministerios se iban a reducir. Dicho por quienes han hecho de la mentira una obra de arte no tendríamos que haber concedido pábulo, pero aún sin contar con ello el recorte ministerial resultaba ser increíble cuando la demanda política invitaba a armarse hasta los dientes: un gabinete, digamos, de guerra para enfrentarse a una oposición crecida, en el Senado y en el poder autonómico, y que secunda en la calle una mayoría indignada con la amnistía y las cesiones al independentismo. Las veintidós carteras se mantienen en un país donde la deuda pública no deja, además, de crecer, mientras la UE advierte de la difícil situación económica. Estamos ante el Gobierno más caro de la historia de España y probablemente en más de un sentido.

En el flamante organigrama de Moncloa y como una novedad que se presta a las más inquietantes interpretaciones, Justicia queda unida a Presidencia, en manos de Bolaños, con el fin de embridar a los jueces. O de lanzarse a una batalla abierta contra ellos dadas las exigencias de la «guerra judicial». Continúa el núcleo duro del anterior Ejecutivo y a él se suman pesos políticos pesados socialistas, agitadores y piezas claves para entenderse con el nacionalismo. Podemos, despedido por Sumar, se prepara para su propia guerra de guerrillas dentro de la propia contienda. El exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, recibe con la cartera de Transportes el premio al matonismo parlamentario. Presencia mínima del PSC y ausencia asturiana, pese a ser el Principado una de las dos autonomías españolas en manos socialistas. Aparentemente no ha habido recompensa a la obediencia mostrada hasta el momento.

La palabra la tiene ahora Puigdemont, auténtico árbitro de la legislatura, coincidiendo además con la petición al Tribunal Supremo de que se le investigue por terrorismo, junto con otros diez dirigentes del procés involucrados en el caso Tsunami. Coincidirán en que estamos como queremos, no falta de nada.

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