El desliz
Daddy Yankee tiene una noticia que dar
Los pastores no han encendido la hoguera, porque la noche es cálida. «21 de diciembre y 25 grados, el que no quiera ver el cambio climático que no mire. Esto es explotación laboral, sin aire acondicionado», resopla Irene Montero. «El calentamiento y el asqueroso de mi ex tienen la culpa», le secunda Shakira. Juan Carlos I las tranquiliza: «Te acabas acostumbrando, yo llevo ya un par de años chupando desierto, y ya ni lo noto». «Me encanta compartir estos momentos entrañables...», empieza Isabel Preysler mientras se exprime un pomelo para cenar frugal. Pero de detrás de un matorral comparece sudando Daddy Yankee con una linterna frontal. «Hace días que os busco para dar la Buena Nueva y con esta oscuridad no os encontraba». «¿Vuelve Rafa Nadal?», pregunta Juan Carlos I. José Luis Martínez Almeida aparece con los pantalones por los tobillos. «Esto es violencia visual», arremete Montero. «La culpa es de los catalanes separatistas, que me han puesto de caganer», protesta el alcalde, «no me los puedo levantar sin el permiso de Florentino y ahora me voy a perder el perreo». «Por si no te has enterado he dejado el reguetón y ahora me dedico a la mística. Pero sin hoguera no hay anuncio, es la tradición». La palabra mágica despierta a Javier Milei y Santiago Abascal, que duermen abrazados debajo de una chumbera. «¿Quién es este hombre moreno? De toda la vida en la patria los ángeles han sido rubios y/o perros mastines», preguntan al unísono antes de abalanzarse contra él. Colgado por los pies de la rama de un árbol, Daddy Yankee insiste en que es un enviado de Dios, y que no revelará su mensaje sin un fuego. Todos los presenten se aprestan a alimentarlo.
Isabel Preysler aporta la obra completa de Mario Vargas Llosa, Irene Montero Tierra firme, de Pedro Sánchez, el emérito una copia de los Papeles de Panamá y Shakira el álbum de bodas de sus suegros. Cuando por fin las llamas lamen las gafas de anunciador, este clama: «Va a nacer un redentor». Alberto Nuñez Feijóo se levanta veloz para aclarar que «yo ya he dicho que no quiero ser Mesías, así que no insistáis». Isabel Díaz Ayuso le mira con pena mientras farfulla «me gusta la fruta, menos este pedazo de melón», pero de repente sale de las sombras Pablo Iglesias, que se abraza a Isabel Preysler: «Si hay que dar un paso al frente, soy vuestro hombre. Ya era hora de resucitar ¿eh, churri? Ay, perdona, que estás tan joven que me he equivocado de pibón». Daddy Yankee se ve obligado a efectuar una aclaración: «Va a nacer un niño, un bebé». «No es mío», responde con prontitud Bertín Osborne. «Ya me lo quedo yo», tercia Ana Obregón. De la nada surge Luis Rubiales que se planta frente a Shakira, le agarra la cabeza y le propina un beso mientras grita «¡esto hay que celebrarlo!». Abascal y Milei se aprietan en un tango. «¿Cuándo? Porque un baby shower no es una fiesta que se pueda improvisar: necesitamos globos azules, cava catalán, purpurina…», murmura la Preysler. «Esto es violencia generista y medioambiental», salta Irene Montero, «exijo que dicho niñe pueda elegir su sexo sentido». «Claro que sí, libertad, carajo, digo, no, cállate roja, ayúdame Floren», ataca confuso Martínez Almeida. El ángel les advierte: «Poneos en marcha que será pronto, cuando sus padres encuentren piso. De momento no están teniendo mucha suerte, les piden nómina, una fianza en oro, incienso y mirra, y no hay ninguna comunidad de vecinos que permita burritos sabaneros. El mercado inmobiliario, qué cruz…».
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