Tropezones

Vivencias II

Lamberto Wägner

Lamberto Wägner

Tengo que pedir disculpas por volver sobre un tema ya tratado en mi artículo anterior. No es un resabio de abuelo cebolleta, sino la aclaración de un lector, y además amigo mío, M.H.B. la que me obliga a esta secuela.

Como Uds. saben, si han tenido la paciencia de leer mi anterior «tropezón», en el mismo echaba yo de menos en el idioma español un término para expresar una experiencia gloriosa, como ya existe en otros idiomas, como el sueco o el alemán. En español se echa mano del pedestre «vivencia», término inventado por Ortega y Gasset en 1913, pero falto de la positividad deseada.

Pues bien, mi amigo me escribe, recriminándome mi ignorancia, pues no sólo me espeta la existencia de una palabra idónea, sino que asegura ser utilizada con frecuencia y hasta con fervor por la generación joven, insinuando de paso como el que no quiere la cosa, que yo ya peino más de una cana.

La palabra para describir una experiencia impactante, ya sea de tipo religioso, cultural, gastronómico o lo que se tercie es «flipar», y el sustantivo correspondiente «flipe».

Pues ciertamente, al ser una palabra más bien coloquial, o sea «propia de una conversación informal y distendida» se me había pasado por alto.

Pero resulta que coloquial y con todo, está así recogida en el diccionario de la Real Academia de la lengua, e incluida en la edición en papel por lo menos desde el año 2001, que como segunda acepción reseña: «Estar o quedar entusiasmado». En la edición del año 2014, la última que tengo a mano, incluye el sustantivo correspondiente, «flipe», otorgándoles así carta de naturaleza a las distintas formas del término. O sea que lo que no consiguió el filósofo con su vivencia, lo ha materializado el pueblo llano con creces, evidenciando que existía ahí una importante laguna en la manera de expresar en la lengua de Cervantes una experiencia que no es una vivencia neutra, sino todo un acontecimiento.

En el diccionario de la RAE aseguran que el término flipar viene del inglés «to flip». No seré yo quien le lleve la contraria a tan ilustre institución, pero lo que está claro es que el palabro español no es ningún barbarismo, pues en inglés se utiliza para otras y distintas acepciones que nada tienen que ver con flipar. La acepción principal es la de voltear, por ejemplo lanzar una moneda al aire «to flip a coin». Entre las acepciones recientes inglesas figura una curiosa, que supongo será coloquial, que refiere la acción de adquirir una propiedad, arreglarla y mejorarla, aunque sea de forma epidérmica, para revenderla al poco tiempo y sacarle un beneficio. En español creo que la expresión correspondiente es «darle un pase» a una propiedad.

Voy a concluir aquí, pues el objeto de este «tropezón» no era sino difundir el término «flipar» para uso inmediato por aquellos que hasta ahora habían tenido que utilizar para salir del paso algún tipo de perífrasis, a la hora de vestir sus gloriosas experiencias.

También creo que sería llegado el momento de oficializar el término, quitándole el despreciativo calificativo de «coloquial», y subiéndolo de rango. Si la RAE ha sido capaz de validar «vivencia» en 1913, con poco éxito, todo hay que decirlo, me imagino que tendrá a su disposición las herramientas necesarias para «ennoblecer» la palabra «flipe» y que pueda ser descoloquializada, formalizada, y acogida en sociedad con todos los honores.