Cartas a Gregorio

Una escalera sin peldaños

Una escalera

Una escalera / PRESSFOTO. FREEPIK

Manolo Ojeda

Manolo Ojeda

Querido amigo. Los sistemas burocráticos de la Administración convierten cualquier gestión en un viacrucis interminable. Pero el motivo por el que se llega a esa situación, no es otro que la trifulca creada entre los cargos públicos y el funcionariado a la hora de determinar responsabilidades.

Aunque las víctimas de todo esto somos los ciudadanos, que cuando vamos, por ejemplo, a un ayuntamiento a solicitar una licencia de obra o una reforma, nos encontramos con un funcionario temeroso de firmar cualquier autorización que el concejal de turno pueda manipular a su conveniencia y en su beneficio porque, al final, será ese técnico el que tenga que asumir la responsabilidad de la aprobación del proyecto.

Total, que, tramitar un servicio o hacer una gestión en la Administración pública, es tan complicado como tratar de subir por una escalera que no tiene peldaños.

La cuestión es que nuestros administradores piensan que lo mejor es convenir subcontratas externas para poder salvar los impedimentos que ponen los funcionarios, lo que supone que tengamos que presentar a la empresa subcontratada nuestra documentación, para que ellos a la vez la presenten ante la Administración, en una suerte de idas y vueltas documental que alarga el proceso hasta la desesperación y que, además, encarece el procedimiento de la gestión.

No nos puede sorprender entonces, Gregorio, que la gente se dedique a construir y reformar su propiedad sin ningún tipo de licencia, porque la mayoría opina que es preferible pedir perdón que pedir permiso, aun teniendo que pagar la multa correspondiente.

Pero es la misma política de hechos consumados a la que nos tienen acostumbrados nuestros cargos públicos.

No hay mejor forma de obstruir una gestión que la de burocratizarla, que es lo que se conoce como violencia burocrática, un tipo de violencia ejecutada por la Administración para enmarañar, desactivar y finalmente desincentivar toda forma de protesta.

Así que, si se te ocurre hacer una reclamación, seguramente te dirán que tienes que presentarla por escrito en tres copias debidamente certificadas y compulsadas en el departamento de la administración que corresponda junto con la copia del DNI y el certificado de estar al día con la Agencia Tributaria y con la Seguridad Social, y que todo ese trámite lo debes hacer tras solicitar cita previa por medio de la cede electrónica que tiene la Administración al respecto…

Definitivamente y si vives para contarlo, no te va a quedar otro remedio que sumarte a ese rebaño de borregos que organizan las entidades públicas, porque, como diría Cantinflas, hay problemas en la vida que son verdaderamente problemáticos.

Te sorprendería, Gregorio, ver la vigencia que tienen hoy los discursos del famoso humorista mexicano, aunque hayan pasado ya más de cincuenta años del memorable discurso que pronunció en su película “Su Excelencia el Embajador” (México, 1967), y es que hay cosas que nunca van a cambiar. Como, por ejemplo, las cantinfladas de nuestros representantes públicos.

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.