Opinión | Cartas a Gregorio

El derecho a tu identidad

Inmigrantes rescatados en las costas canarias.

Inmigrantes rescatados en las costas canarias. / Ángel Medina

Querido amigo, le decía a un político que presume de progresista, que me gustaría vivir en una ciudad como Niza o Nantes, que tienen una población de 350.000 o 370.000 habitantes, tal como hasta ahora hemos tenido en Las Palmas de Gran Canaria, y la respuesta de este señor fue decirme que me fuera a vivir a Francia…

Hay quién quiere agrandar esta ciudad con 100.000 personas más, que, además, vienen reivindicando su religión y sus costumbres.

No se trata de ser o no ser solidarios con los migrantes que llegan a nuestras costas, se trata de compartir esa responsabilidad con otras comunidades e incluso con otros países de la Unión Europea, que es, realmente, a donde quieren llegar. Tenemos derecho a mantener un equilibrio estable en nuestra ciudad que nos permita vivir lo mejor posible, y no podemos alojar en casa a todo el que venga.

Me gustaría saber cuántos inmigrantes ilegales han llegado a nuestras islas. No solo los que llegaron sino también los que no pudieron llegar porque murieron en el camino, así como los que consiguieron llegar burlando nuestras fronteras y que ahora viven aquí sin ningún control.

Pero nuestro gobierno solo se ocupa del dinero que le proporciona España y la UE para dedicarlo a esos menesteres, cuando miles de canarios viven y mueren aquí en pobreza extrema.

Según las previsiones del Ministerio del Interior, la ruta atlántica registrará un nuevo récord de llegadas en 2024 que se estima será de unos 70.000 migrantes.

El mes pasado en Alemania, un grupo de estudiantes musulmanes de entre 17 y 19 años de la escuela secundaria, exigieron la introducción en las clases de la sharía, la ley islámica, amenazando a los profesores y presionando a los alumnos para que se convirtieran al islam, advirtiéndoles que, de lo contrario, apedrearían a sus compañeras de clase.

El Gobierno de España por medio de la Unión Europea, está proporcionando una lluvia de millones al Gobierno de Canarias para que se dedique a la asistencia de la inmensa cantidad de inmigrantes ilegales que llegan a nuestras islas, por lo que ya sabemos de dónde viene el dinero. Pero, lo que no sabemos es a dónde va, después de ver lo que está pasando con el negocio de las mascarillas y la importación de otros materiales de primera necesidad.

Y se pregunta uno, Gregorio, qué es lo que ganamos los canarios a cambio de todo esto, después de las inconveniencias que tenemos que soportar.

Pero, lo que más me preocupa en estos momentos es la superpoblación de nuestro entorno, que lleva consigo la escasez de productos alimenticios y del agua potable, la masificación de la sanidad pública, la llegada de enfermedades infecciosas o la desigualdad que supone el asentar en nuestra sociedad a otras culturas, costumbres y religiones.

Y es que lo que está en peligro es el derecho a nuestra propia identidad.

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.