- La Plataforma Oceánica de Canarias es, junto al Instituto de Astrofísica (IAC), la otra gran apuesta española por la alta investigación y el desarrollo tecnológico en las Islas. Pero al estar en proyecto su visibilidad social es casi nula. ¿Cómo va?

- Sí, en efecto, todos estamos esperado a que se construya la plataforma y, de hecho, en breve saldrá el concurso internacional del proyecto. Los plazos se están cumpliendo y la previsión es que esté construida a finales de 2011, aunque sea inevitable la tendencia al retraso en las obras públicas. Sin embargo, el proyecto está en marcha, estamos haciendo cosas, no hemos esperado hasta tanto para comenzar. Es más, le daré una noticia: después de Semana Santa vamos a poner en marcha un dispositivo para experimentar con el aprovechamiento de la energía de las olas.

- ¿Y cuál es el alcance de esta prueba en el ámbito de la investigación sobre las nuevas fuentes de energías limpias?

- Bueno, en el mundo hay mil y pico patentes de energías de las olas. Pero se están probando sólo cuatro o cinco: en el norte de Inglaterra, en Francia y en Estados Unidos. Ahora uno de ellos será en Canarias, que de entrada va a aparecer en este mapa. El modelo es la patente de una empresa española con sede en Barcelona, que ahora la tiene que probar en el mar. Hemos generado unas facilidades en Canarias. Y el experimento tendrá bienes colaterales. Va a contar 2,5 millones de euros y la mitad se va a gastar en las Islas. De hecho va a haber empresas canarias que van a hacer el fondeo, a rematar el ensamblaje, en fin, que van a participar y poder conocer. Y, por otro lado, ya se empiezan a hacer primeras compras de equipamientos e instrumentos.

- ¿Como por ejemplo?

- Por ejemplo, los primeros son unos instrumentos de última generación, para situarnos al nivel de la vanguardia, que son una especie de planeadores submarinos, pues en el fondo del mar se planea con las corrientes, tanto en vertical como horizontal, de modo que es posible tener submarinos no propulsados, que se mueven planeando. Hace poco, eso salió en prensa, en colaboración con una de las firmas fabricantes, se mandó uno de Estados Unidos que llegó a Bayona. Y todo el viaje estuvo midiendo multitud de parámetros críticos de lo que está pasando en el océano profundo, saliendo a la superficie y transmitiendo los datos. Esto permite aumentar la capacidad de medir y abaratar costes enormemente. Otro ejemplo es una próxima campaña con diversos vehículos de observación marina en el Cantábrico. Las tecnologías a desarrollar son para que sirvan en todo el mundo.

- Para concluir lo de la construcción de la Plataforma, vamos a la prueba del algodón. ¿Han tenido recortes de gasto?

- No, hay que decir que tanto la Administración del Estado como el Gobierno canario están manteniendo el esfuerzo inversor, lo cual en un momento de crisis como ésta supone un esfuerzo y un compromiso. En efecto, es la prueba del algodón. Entre las instalaciones marinas la nuestra es la más avanzada. Si se ha tardado apenas un poco más en sacar el concurso del proyecto, ha sido porque hemos optado por una fórmula novedosa, contemplada en la norma española recientemente, que es el procedimiento de diálogo competitivo. Tratándose de instalaciones altamente tecnológicas, y en cambio permanente, esto es importante, pues permite incorporar mejor las innovaciones.

- ¿Cómo es, en síntesis, lo que se va a construir?

- Pues lo que vamos a construir, dicho de forma muy gráfica y simplificada, es algo parecido a una pequeña plataforma de petrolífera, que estará en el mar, en la franja costera de Taliarte. Digo pequeña porque su superficie útil es de unos mil metros cuadrados, cuando las de petróleo son de cinco y hasta diez mil metros. Y desde esta plataforma es desde donde se opera y controlan todas las investigaciones en el océano profundo, que es al que nos dirigimos.

- ¿Cuáles son sus primeros objetivos concretos de trabajo?

- No por este orden pero la plataforma quiere ser un banco de ensayos para desarrollar dispositivos para utilizar en profundidades crecientes. Segundo, será un observatorio: tenemos una posición privilegiada para observar el océano. Lo que ocurre en la corriente de Canarias, plenamente inserta en lo que llaman el giro subtropical, nos indica lo que sucede en el curso general de los mares. Además, estamos en unas islas profundas, fuera de la plataforma continental, que para esto es una ventaja. Pero, a su vez, no estamos lejos de ésta, con lo cual también podemos tener buena percepción de los proceso que se dan en los bordes de los continentes. Canarias puede ser la puerta del océano profundo. Asimismo, pretendemos dar formación de muy alto nivel para un mercado que crece mucho en la actualidad. Igualmente, y dado que la plataforma permite manejar muchos ensayos a la vez, ofrece una oportunidad única para que la investigación pública y la privada colaboren. Cuando ambas se ponen juntas, aparecen cosas de interés común. Se avanza y se llega antes. Va a haber beneficios para ambos lados. Y el caso del dispositivo de energía de las olas es un claro ejemplo.

- ¿Cuál es el estado general de la cuestión en la oceanografía? ¿Qué partido se va jugando?

- El espacio del océano profundo es una de las últimas fronteras de la Humanidad, sorprendentemente, porque parecería que debiéramos de conocer y no es así. De hecho, se supone que entre el setenta y el ochenta por ciento de la diversidad marina aún la desconocemos. Dos cuestiones lo han limitado: es caro y tecnológicamente difícil. El club de los que juegan el partido, como dice, es reducido, una horquilla de cinco a diez países. Lo imaginable: EE UU, Japón y Europa.

- ¿Europa juega unida o no?

- No, Europa no tiene una estrategia común en materia oceanográfica. Francia e Inglaterra van cada una por su cuenta. Hay una iniciativa europea de observatorios profundo (EMSO), que está dándole vueltas. Pero los países y empresas con capacidad aceleran para que los que vengan atrás no lleguen. Nuestra plataforma es un acelerón, una apuesta de recurso públicos para que España pueda alcanzar el umbral de entrada y meterse en ese club.

- El futuro alimentario del mundo, la despensa... ¿es así?

- No, ésa es una idea vieja. El océano, por su producción alimentaria potencial propia, es decir, en lo que es su estado natural, no va a resolver mucho más de la alimentación del mundo. El océano produce como comida (peces, crustáceos, algas) entre cien y ciento diez millones de toneladas y la Humanidad ya lo aprovecha al ochenta o noventa por ciento; con lo que, haciéndolo muy bien, podríamos mejorar un diez o un veinte. Eso es todo. En el océano profundo las especies animales existentes son de crecimiento muy lento.

- Entonces, ¿cuál es el asunto?, ¿qué hay tras esa frontera?

- Bueno, de un lado el reto es que vamos a tener que utilizar el mar para muchas cosas y que eso nos obliga a hacer un uso sostenible. Y esto nos va a exigir muchos mas conocimientos; se va a utilizar para cultivar peces y algas, es decir, como espacio productivo, que pasaría de la tierra al mar en un porcentaje importante. De hecho, se calcula que en veinte años la mitad de productos del mar serán por cultivos marinos. Luego, para comunicaciones, teniendo en cuenta, por ejemplo, que hoy la inmensa mayoría de las telefónicas va por cable submarino. Sin ir mas lejos, Microsoft tiene patentes para colocar servidores de información en el mar. Han hecho sus cálculos y tiene ventajas respecto de tenerlos de tierra. Eso da una idea. Luego, hay potencial de distintos recursos energéticos, algunos renovables, como los hidratos, productos orgánicos que existen en gran densidad en el mar y que podrían servir para producir gas, como combustible. Y otros no renovables, como son los mineros.

- ¿Se refiere al petróleo?

- Sí, pero no sólo. Hace nada la Fundación Ramón Areces ha hecho un seminario sobre el derecho internacional para el aprovechamiento de recursos mineros en aguas internacionales. A diferencia de lo que ocurre en tierra, la mayor parte del océano son aguas internacionales. Y ahora muchos países están determinando sus dominios. Sin duda el petróleo y el gas son importantes, pues a a partir de ahora la mayoría de lo que se extraiga va a ser del mar, de plataformas costeras y más profundas, incluso a mil metros. Cuando te acercas al borde o a la frontera de la Humanidad lo que está más allá resulta tremendamente atractivo. Entonces, insisto, como todo eso vamos a necesitarlo hay que hacer dos cosas: capacitarnos para poder hacerlo y capacitarnos para garantizar la sostenibilidad. Y no cometer los disparates cometidos en tierra.

- Tal que el océano profundo nos acerca al mundo, en vez de alejarnos. Es curioso cómo gira la relación entre coste de la insularidad y renta de situación.

- Sí, es que el mar ha pasado de alejar a Canarias a acercarla al mundo. Con nuestra posición en el océano profundo hoy es posible técnicamente convertir el problema de la lejanía en una oportunidad. Lo que falta no son capacidades sino voluntad, es decir, esfuerzo económico y dirección para abordar este gran reto. Mire, la Luna estaba ahí para todos, los que llegaron fueron los que hicieron el esfuerzo en llegar.