La enfermedad de Alzheimer y otras demencias suponen un elevado coste para la economía mundial y este problema se va a acelerar en los próximos años. El Informe Mundial sobre el Alzheimer 2010, publicado con motivo del Día Mundial de esta enfermedad que se celebra hoy, aporta una visión global, completa y actualizada, de los costes económicos y sociales de la enfermedad.

"Es un toque de atención sobre el hecho de que el Alzheimer y otras demencias constituyen la crisis social y sanitaria más importante del siglo XXI", afirma la doctora Daisy Acosta, presidente de ADI. "Los gobiernos de todo el mundo están lamentablemente preparados para los trastornos económico-sociales que esta enfermedad provocará".

El informe revela que los costes mundiales de la demencia superarán el 1% del PIB mundial en 2010, situándose en 604.000 millones de dólares estadounidenses. El número de enfermos con demencia será el doble en 2030; y más del triple en 2050.

"Si el cuidado de la demencia fuera un país, sería la economía 18 más grande del mundo. Si fuera una empresa, sería la empresa más grande del mundo en términos de ingresos anuales superando a Wal-Mart y Exxon Mobil", indica.

Se prevé que los costes del cuidado de enfermos con demencia se incrementen incluso más rápido que el porcentaje de población afectada, en especial en el mundo en vías de desarrollo, dado que surgen más sistemas formales de atención social y los ingresos en aumento conducen a mayores costes de oportunidad.

Informes procedentes de países concretos como, por ejemplo, Reino Unido, sugieren que la demencia es una de las enfermedades más caras, y la investigación e inversión se encuentran todavía en un nivel mucho más bajo que otras enfermedades importantes.

"La envergadura de esta crisis exige acción global", apunta Marc Wortmann, director ejecutivo de ADI. "La historia demuestra que se pueden gestionar, incluso prevenir, enfermedades importantes con suficiente concienciación mundial y el deseo político de realizar inversiones sustanciales en investigación y asistencia. Los gobiernos deben convertir la demencia en una prioridad sanitaria y desarrollar planes nacionales para afrontar esta enfermedad."

"Este informe nuevo nos facilita el panorama más claro y completo hasta la fecha de los costes económico-sociales mundiales de la demencia", indica el autor, Anders Wimo.