Una de las últimas supervivientes y testigos de la Shoah (en español: Catastrophe), exterminio de los Judíos a manos de los alemanes del III Reich, ha fallecido esta semana en Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de la judía Nathan Hilde, nacida el 11 de octubre del 1926 en Bad Munstereifel (distrito de Euskirshen), un pequeño pueblo balneario a unos cincuenta kilómetros de Colonia, administrativamente la segunda ciudad de RenaniaWestfalia Norte.

Los padres de Nathan Hilde eran propietarios de un cinema en Euskirshen: el Cine Rex de la Hochstrasse. Su familia, oriunda de ese distrito desde hace varias generaciones, se dedicaba a comercio de detalle de ropa y zapatos. Su padre luchó en las filas alemanas durante la I Guerra Mundial y como aficinado a la música también tocaba trompeta y cantaba en el coro de la ciudad. En 1933, los hombres de las Stumabteilung, o las "S.A.", empezaron a intimidar, luego a prohibir la entrada al cine de un judío. Su empresa cayó y vendió el cine por un precio ridículo a un ario. El padre no se desmoralizó y la familia se traslado a Colonia a la espera de conseguir visados y documentación para emigrar a Palestina bajo Mandato Británico. No obstante, pensando que los nazis pronto desaparecerían, el padre suspendió el traslado a Palestina y decidió aguantar un tiempo y la familia se alojó en una Jüdenhaus del casco antiguo de Colonia. Fueron testigos de las primeras deportaciones de los judíos de Colonia; ellos no fueron deportados hasta 1942. Vivían aterrorizados en condiciones miserables. Finalmente, fueron apresados, y deportados en julio 1942 a Theresienstadt (en la actualidad, Terezín), una pequeña ciudad fortaleza situada a unos 50 kilómetros al norte de Praga en la actual República Checa.

Este fuerte fue transformado en un ghetto que los alemanes nazis usaron como reclamo para dar a entender que los judíos deportados vivían cómoda y libremente. Incluso se llegó a rodar una película de propaganda de la cual sólo se conservan unos fragmentos. Todo el equipo de rodaje fue más tarde deportado y asesinado para no dejar testigos. Terezin era en realidad un campo de exterminio intermedio donde se gaseaba a una parte de los internados al poco llegar y la otra parte de los presos se quedaba a la espera de ser transferidos a otros campos más al este o a Polonia.

Milagrosamente escapó con sus padres, pero hubo hambruna y las enfermedades diezmaron aquella población hacinada. Las películas nos dan una pequeña idea de lo que pudo ser pero la realidad era cruel y terrible, relataba Nathan Hilde. Su progenitor la salvó de la cámara de gas dos veces y sólo Dios sabe por qué. Y se salvaron su padre y su madre del último intento de gasearlos gracias a la llegada de las tropas soviéticas en 1945. Por suerte no se quedaron atrapados por el Ejercito Rojo como muchos otros. Se escaparon hacia Alemania otra vez después de más de unas peripecias dignas de una película. Pero esta vez el padre decidió mandarla a EE. UU. a vivir en la casa de un familiar en San Francisco. De allí obtuvo su pasaporte estadounidense. Sus padres se quedaban en Alemania, país en ruinas, que a pesar de todo el daño que había hecho a sus judíos vió retornar a unos cuantos de ellos que no sabían hablar otro idioma más que alemán. El padre de Nathan falleció en Alemania y fue sepultado allí. Su madre viajó con ella a Canarias, hace como 48 años, y aquí se encontraban en un clima y cierta paz más favorables al olvido de tantas atrocidades. Su madre falleció en Las Palmas de Gran Canaria hace años y su hija trasladó su cuerpo a Alemania para que fuera sepultada con el padre. Pero a su llegada le negaron un sepelio judío por lo cual Nathan decidió trasladarla a Israel y allá está enterrada.

Nathan Hilde falleció esta semana en silencio, dejando sus memorias a manos de un editor. En breve será trasladada a Israel para recibir sepultura al lado de su madre. Cuando una persona fallece, los Judíos decimos "Baruj Dayan haEmet" lo que se traduce por "Bendito el Juez de la Verdad" para decir que aceptamos el decreto divino. En España decimos "Descanse en Paz".

P. Mauricio es miembro de la comunidad judía de Las Palmas de Gran Canaria