Una gran pérdida para todos aquellos que lo trataron de cerca. Con Antonio de Bèthencourt se va el último pilar de la historiografía Canaria. Una persona entrañable en el trato cercano y siempre lleno de vitalidad, pero con un carácter "socarrón". Nunca tuvo pelos en la lengua y muchos son los amigos que deja huérfanos fruto de su cercanía y carisma.

Una persona que supo adaptarse a los tiempos que corren, aunque se intentara resistir. Así lo recuerdan alumnos, compañeros y amigos. Le costó aceptar la retirada de la edición impresa del anuario pero se adaptó a la informática y sus peculiaridades. La Casa de Colón ya no recibirá más a ese señor que acudía cada mañana para supervisar su trabajo y debatir acerca de lo que le propusieran.

"Era un maestro entrañable volcado en su pasión"

En la Casa de Colón, dirigiendo su Anuario de Estudios Atlánticos, fue donde pasó sus últimos años de vida. Junto a su directora compartió días interminables y se adaptó a los tiempos de la informática con el objetivo de que la revista tuviera una difusión mayor. En la Casa de Colón era considerado una "institución". Su directora destaca su "tesón y voluntad". "Pese a sus dolencias él venía religiosamente cada día". Tenía que cumplir la función que le habían delegado. "Para él no existían los días de fiesta. Se dedicaba en cuerpo y alma a sus labores profesionales el anuario y a su dirección del Seminario de Humanidades Agustín Millares Carlo". La Casa de Colón y el anuario quedan huérfanos. Sus paredes ya no disfrutarán más de su particular sentido del humor, algo "retranca" y cómo no, de su "carácter" ese del que siempre hizo gala.

"No me concibo como historiadora sin su referente"

La relación de Antonio de Bèthencourt con sus alumnos era magnífica. En él veían a un "investigador y docente astuto y algo singular" que siempre era "cercano y amigable". Es así como muchos de ellos mantienen el contacto con él aunque el tiempo pase y su vida en las aulas llegue a su fin. Un fantástico "conversador" con el que siempre poder aprender algo nuevo y una persona que "envejeció estando activo y siendo fantástico". Una referencia intelectual y maestro de muchos maestros. Siempre tenía algo en la mente con el objetivo de mantenerse activo y si hay algo que no perdió fue su carácter "retranca" pero siendo una persona "afable". Hasta convertirse en todo un referente y "el historiador más importante de Canarias".

"Es uno de los pilares de la historia de Canarias"

Compañero de profesión y proyectos, Manuel Ramírez señala que Antonio de Bèthencourt "siempre ha intentado resaltar el papel de Canarias y su proyección atlántica". Era una persona de las que marcan por la pasión con la que realizan su trabajo. "Siempre ha dejado un recuerdo muy vivo entre sus alumnos". Esos con los que continuaba manteniendo relación aunque el tiempo pasara. "Era muy cariñoso". "Una de esas personas que dejan huella y un recuerdo imborrable", apunta Manuel Ramírez. A lo largo de su vida realizó múltiples investigaciones y dirigió múltiples tesis. "En mi caso me dirigió una tesis innovadora acerca del Cabildo Insular y su historia". Con lo que la historia de Canarias se ha enriquecido enormemente. Su importancia va más allá de su faceta profesional. "Es un genio muy vivo". Y si hay algo que destaca es que "no tenía pelos en la lengua". "He discutido muchas veces con él pues ya no somos niños". Pero si hay algo que prima es el "cariño". "Era profesor, compañero y espejo en la que las generaciones de mediana edad nos hemos mirado". El legado de Antonio de Bèthencourt está muy vivo.

"Era una persona que siempre estaba a disposición de todos"

Antonio de Bèthencourt fue una de las grandes personalidades de Canarias y muchos son los amigos que le recuerdan con gran "cariño". Siempre dado a los demás. "Ayudó muchísimo a la Iglesia, aunque uno de sus grandes deseos no se cumplió". Como católico que era y tras lograr que la Iglesia construyera su primer templo fuera del continente europeo, ahora le obsesionaba "terminar el ala norte de la Catedral". Como historiador "pertenece a una generación de intelectuales". Una persona activa y "un trabajador incansable". "Desde de temprano estaba en la Casa de Colón trabajando en su anuario y a disposición de los demás" rememora Julio Sánchez. Una persona "dialogante pero con un gran pronto que se le pasaba enseguida" fruto de su marcada personalidad. Más allá de su labor investigadora agrupaba todos los artículos relacionados con la historia de Canarias en una web. Proyecto que espera que "la Universidad continúe realizando".

"Deja un profundo legado a la historia hispana y canaria"

"Traté al doctor Bèthencourt Massieu durante los pocos cursos académicos que compartí con el maestro don Elías Serra Ralfols en la Universidad de La Laguna. Creo que corrían los años sesenta y pico. Yo era entonces algo así como aprendiz de historiador. Fue por entonces cuando don Antonio tomó posesión de cátedra introduciendo rigor en el tratamiento positivista de la documentación que manejó; preferentemente referido de los siglos XVII al XVIII. En la lejanía del tiempo lo recuerdo muy dedicado a los alumnos de nuestra facultad de Filosofía y Letras, en particular a los futuros doctorandos. Su producción bibliográfica es amplía y no cabe duda que deja un legado considerable al acervo historiográfico hispano y con mucho también al de Canarias".

"Era una persona activa y cercana que ayudaba a todos"

Una persona que se entregaba a su trabajo pero que no perdía la oportunidad de "ayudar a los más jóvenes". "Siempre nos incentivaba", recuerda Alberto Anaya. Pasó muchos años lejos de la Isla pero regresó para sentar cátedra y colocar a Canarias en el lugar que él consideraba que merecía. "A diferencia de otros historiadores regresó a su casa y trabajaba desde aquí". Y mientras la salud se lo permitió continuó activo. "Siempre estaba en la Casa de Colón". Era una persona accesible con la que "podías ir y charlar tranquilamente". Siempre estaba activo lo que hacía que "pudieras plantearle tus dudas y debatir". Una pérdida significativa y más allá del historiador se va una persona "encantadora y simpática que siempre decía lo que pensaba", recalca Alberto Amaya.

"Con él se va una generación con un papel determinante"

A sus 97 años y tras una vida plena Antonio de Bèthencourt deja una gran "orfandad" a todos. Un maestro y referente que ha "mantenido viva la antorcha" de los tres pilares de la historia junto a Romeu Armas y Francisco Morales Padrón. "Ellos son una generación que ha jugado un papel determinante". "Ellos modernizaron la historia". Era una persona con un "carácter particular", que contaba con una gran "socarronería". "De primeras era una persona que podía espantar a quien se le acercara pero después no era así". Él siempre estaba "pendiente de todos". En el caso de Manuel Lobo fue su "maestro" y junto a él "trabajó codo con codo".

"Pertenecía a los tres grandes historiadores de Canarias"

Con Antonio de Bèthencourt se va uno de "los historiadores más importantes". Una persona que se entregó a la "historia Atlántica y de América". Y que en la etapa final de su vida se dedicó en cuerpo y alma a su función de director del Anuario de Estudios Atlánticos. "Su vinculación era diaria hasta que enfermó". En el caso del consejero trató personalmente con él "cuando ya estaba mayor". "Pero todos aquellos que lo conocían de cerca lo calificaban como una persona excepcional".

"Puso en valor el papel histórico de Canarias "

Al margen de la relación de Antonio de Bèthencourt Massieu con la Universidad de La Laguna, institución que le concedió la Medalla de Oro en 199, Antonio Martinón hactual rector del centro- quiso destacar el papel fundamental del profesor fallecido fue que "mantuvo los ojos en el Atlántico para poner el valor el papel histórico que ha jugado Canarias". "Ese trabajo es indiscutible y por eso hay que valorarlo", concluyó el dirigente de la institución lagunera, quien se enteró de la noticia de la muerte de Antonio de Bèthencourt Massieu en Bruselas.