Cristina Luján, dietista-nutricionista de Hospitales San Roque, no cree que el establecimiento de un impuesto a las bebidas azucaradas sea la mejor solución para el problema dietético que suponen. "No me parece que sea la solución, sino la educación nutricional. Aunque de alguna manera ayudará, porque la gente no se podrá permitir consumir las bebidas en tanta cantidad o con tanta frecuencia", señala.
Luján detalla el efecto dietético que tienen estas bebidas. "En primer lugar este tipo de bebidas suele acompañar a una alimentación no saludable. El azúcar es adictivo, el cuerpo demanda consumir más productos azucarados. Los productos light o zero también tienen sustancias que demandan lo mismo, piden alimentos más calóricos y menos saludables. Fomentan diabetes, el tema de la obesidad, colesterol o la hipertensión arterial".
La dietista-nutricionista propone una respuesta educativa amplia: "Nadie nos obliga a comprar estos productos, depende del consumidor. Pero si no hay campañas donde se fomenten los buenos hábitos, el consumidor está perdido. Hay que explicar, por ejemplo, que los productos light o zero no son saludables, simplemente tienen un porcentaje inferior de calorías".
Esta estrategia incluye al-gunas medidas que ya se es-tán aplicando, como la erradicación de la bollería indus- trial de los centros educativos. Luján propone otras: "Que se fomente el consumo de agua mineral en vez de refrescos; en vez de bollería industrial o papas fritas de bolsa, al menos un sándwich, identificar aquello que tiene grasas trans o aceite de palma".
