La nueva selectividad le ha cogido recién aterrizado en el cargo de Vicerrector de Estudiantes, ¿cuáles han sido las principales complicaciones con las que ha tenido que lidiar?
El primer problema con el que me encuentro es la incertidumbre. La EBAU fue la primera acción que tuve que emprender en el momento que tomamos posesión, ponernos al día, ver las diferencias que existían e intentar que esas diferencias que se podrían producir, originadas por los cambios fuera lo menos problemáticas para el estudiante. Cuando hay un cambio los padres de los alumnos tienen una gran preocupación, que yo asumo como responsable de un Vicerrectorado de Estudiantes y Deportes, donde uno tiene que dar respuesta a todas esas situaciones. Nos han hecho muchas consultas, y gracias a eso la gente se ha quedado mucho más tranquila, y en el proceso de explicación, que hemos mantenido con toda la sociedad canaria, relacionado con como iba a ser la prueba, como se iba a evaluar, cómo se ponderaba, después ya hubo una tranquilidad, porque el conocimiento ya comenzaba a existir y los estudiantes se tranquilizaron mucho mas.
¿Sintió en algún momento que el trabajo del primer trimestre del curso fue en balde?
En ese primer trimestre de este curso lo que hubo fue un déficit de conocimiento que generó inseguridades. Probablemente algunos estudiantes se han planteado que si con el conocimiento previo habrían elegido las mismas asignaturas al matricularse. Nos gusta aclarar que no fue una inseguridad que hayamos generado ni la Consejería de Educación, ni las Universidades canarias, sino el decreto Wert donde originaron unos cambios que por desgracia no evaluaron adecuadamente. Posteriormente, de manera satisfactoria, volvieron a la normalidad.
¿Qué cambiaría de la selectividad si estuviera en sus manos?
Quitaría la inseguridad que le puede producir al estudiante no tener un conocimiento exhaustivo de lo que le va a suceder durante el año académico. Igual que el alumno universitario conoce a través de un proyecto docente, cómo va a ser su examen, cómo va a ser evaluado, qué trabajo va a hacer y cómo va a ser ese seguimiento continuo, entiendo que un estudiante de bachillerato que va a optar a una decisión tan importante en su vida como es una titulación, tiene que saber previamente que ocurrirá, no puede estar desasistido del conocimiento.
Eso como se soluciona?
No generando incertidumbres y trabajando a través de algo importantísimo que, espero que en esta legislatura se produzca, un plan serio y convincente sobre el debate de la educación. Es importante que sea un plan para los que realmente están en el debate, sin que les genere incertidumbre, desconocimiento e inseguridad.
