El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en China anunció ayer que ha empezado a desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus (2019-ncov), según informó el medio local Global Times. Además, se sigue restringiendo el transporte para evitar el contagio de la patología, que ya ha acabado con la vida de 56 personas y ha afectado a casi 2.000.

Concretamente, las provincias de Shanxi y Shandong han suspendido también los viajes en guagua y taxi para evitar el contagio, y se suman así a las restricciones que ya se habían implementado en Pekín y Tianjin. Asimismo, el Gobierno chino anunció el cierre de las principales carreteras en la ciudad de Wuhan, considerada como el epicentro del brote de coronavirus.

La afección ha llegado también a otras partes del mundo, pues las autoridades de Francia confirmaron el pasado viernes tres casos del nuevo coronavirus, los primeros registrados en Europa. El Gobierno estadounidense, por su parte, confirmó que hay un segundo paciente infectado en el país. Además, se tiene constancia de dos casos en Corea del Sur y otros dos en Japón, Hong Kong, Macao y Vietnam. En Taiwán se ha registrado uno, igual que en Singapur.

También, en Tailandia se han registrado tres casos, pero dos de ellos ya se han curado, el mismo número que en Malasia, a los que se suma un caso en Australia y otro en Canadá (confirmado este fin de semana) .

Por su parte, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Salud ha descartado la alerta de coronavirus activada el sábado por la tarde en Granada, después de que un turista chino acudiera al Hospital Clínico San Cecilio por sintomatología compatible con la enfermedad.

Similitud

El nuevo coronavirus guarda una similitud de un 80% con el virus del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), que provocó un brote en 2003, llegando a afectar a 8.098 personas y causando la muerte a 773, principalmente en China, según el Centro Nacional de Datos Genómicos de China (NGDC, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, el ministro de Sanidad chino, Ma Xiaowei confirmó ayer que el nuevo coronavirus causante del brote de neumonía es contagioso incluso antes de mostrar síntomas, lo que podría dificultar enormemente las labores de control para evitar la propagación de la neumonía. Esto lo diferenciaría del SARS, pues no era un virus asintomático, por lo que localizar a posibles contagiados era una tarea más sencilla.

Además, la Comisión Nacional de Salud que dirige Ma indicó que el período de incubación es de 14 días y ha destacado que la capacidad de propagación del virus se está "fortaleciendo".

De hecho, el ministro reconoció la "limitada" comprensión del virus por parte de las autoridades, y por tanto, que no conocen el alcance potencial de la enfermedad ni los posibles riesgos de mutación. "El brote seguirá activo durante un cierto tiempo", recoge el diario South China Morning Post.

Ma anunció también que 1.350 médicos adicionales han llegado ya a la ciudad de Wuhan y otros mil están al llegar. Si bien es cierto que hay constancia de la escasez de suministros médicos que están intentando paliar "de todas las formas posibles".

Por su parte, el viceministro de Industria y Tecnología de la Información, Wang Jiangping, aseguró que están intentando obtener por varias vías, tanto en el interior como en el exterior, los suministros necesarios.

En países como Estados Unidos el control de los síntomas es la piedra angular para evitar la entrada de afectados. Así lo ha advertido un asesor de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades estadounidense, William Schaffner. "Esto lo cambia todo", manifestó Schaffner en declaraciones a los medios.