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"Margarita, hay un riñón para ti. Vente corriendo al Hospital Insular"

El periodista Alfonso Castillo cuenta en sus redes sociales cómo recibieron la noticia de que había un donante de trasplante para su madre cuando se encontraban pasando el día en la Cumbre de Gran Canaria

"Margarita, hay un riñón para ti. Vente corriendo al Hospital Insular"LP

Cómo un espléndido día familiar en la Cumbre de Gran Canaria se pude convertir, después de una llamada, en la jornada más esperada por Margarita Cabrera y sus hijos. El periodista Alfonso Castillo, que dirige el programa Canarias en Portada de la Televisión Canaria, contó esta mañana a través de su cuenta de Facebook cómo el corazón les dio un vuelco cuando recibieron la llamada del Hospital Insular: "Margarita, hay un riñón para ti. Vente corriendo al hospital". Después vinieron las lágrimas, los abrazos y las prisas para llegar hasta el centro donde esperaba el órgano gracias a la solidaridad de un donante grancanario, que hizo que la noticia que esperaban desde hace poco más de un año se hiciera realidad y que además se produjera cuando casualmente su hijo Juan y su nieta Manuela, de nueve años, ambos residentes en Madrid; se encontraban de visita en la Isla. La operación salió como estaba previsto y Margarita ya se recupera en el citado centro de la capital.

Esta es la emotiva carta que Alfonso Castillo compartió entre sus amigos:

Crónica de uno de los días más profundamente vividos de mis 42 años

Pasábamos ayer sábado el día en los Llanos de La Pez, en las Cumbres de Gran Canaria. Mi hermano Juan y mi sobrina Manuela se habían venido el finde a Gran Canaria. Habíamos comprado tortilla y otras cosas en la capital. Y aceitunas, pan del bueno, chorizo de Teror y queso majorero en San Mateo, de camino. A mi madre siempre le gusta llevar un mantelillo gracioso que echamos encima de una mesa de piedra de las que hay por allí. Y allí nos dispusimos a pasar un día agradable en familia.

En un momento dado, a mi sobrina Manuela se le ocurrió que podríamos juntar los cuatro dedos pulgares de ella, mi madre, mi hermano y yo, y pedir un deseo, que no podría ser otro que un posible trasplante de riñón para mi madre, que anda en hemodiálisis desde hace algo más de un año y en lista de espera para trasplante renal.

Así hicimos, deseosos que el destino hiciera caso algún día de nuestras plegarias, como se suele hacer en estos casos. Apenas habían transcurrido unos minutos, cuando mi madre recibió una llamada del Hospital Insular, con toda la escasa cobertura que suele haber por esa zona cumbrera: "Margarita, hay un riñón para ti. Vente corriendo al hospital"

Imaginen el momento. Echamos a llorar todos de la emoción. No nos lo creíamos. No sabíamos qué hacer, más allá de que había que salir de allí pitando. Incluso compartimos la alegría con los comensales vecinos, al vernos tan exultantes, también solidarios con la felicidad ajena

Y nos bajamos corriendo al hospital. De camino, de repente descubrimos a un paracaidista que sobrevolaba la zona entre Tafira y Santa Brigida, por donde pasábamos. Y mi sobrina comenta: "Mirad, ese es el abuelo Juan -que era paracaidista-, que está bajando del cielo a estar junto a la abuela en la operación". Otra vez lloros. Emociones varias.. Imagínense. Y allí siguió un rato el 'paraca', sobrevolando el barranco que discurría paralelo a la carretera, en una zona donde no es habitual ver a paracaidistas. No parábamos de observarlo, asombrados con tan simbólica escena. Palabras como destino, o serendipia, o simplemente casualidades se nos vinieron a la cabeza.

Después de unas horas de diálisis y pruebas, y una noche en el hospital, mi madre ahora mismo está siendo trasplantada del riñón. Y estoy seguro que todo va a salir bien. Con todos los astros que ayer se alinearon no podrá ser de otra manera. Acabo de ver salir la neverita donde viajó el riñón del donante. La solidaridad de este ha hecho posible que mi madre en Gran Canaria y seguramente otra persona en algún punto del territorio nacional puedan comenzar una nueva vida gracias a sus dos riñones. GRACIAS. GRACIAS MIL, AMIGO ANÓNIMO, POR DARNOS UNA NUEVA OPORTUNIDAD.

Fuerza para mi madre. Valiente que ha sido siempre. Y recen por ella, que ella es muy creyente. Las cosas bonitas me gusta compartirlas siempre. Y así he querido hacerlo. Gracias por estar siempre tan cerquita. La vida misma. La nueva vida de mi madre, confío. Dedos cruzados.

La foto sacada de aquella manera es de ayer justo cuando nos sentamos a comer, poco antes de que diera comienzo esta película tan bonita. Deseosos estamos de comenzar a vivir la segunda parte.

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