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Crisis del coronavirus La opinión experta

Beatriz González: "La población está salvando muchas vidas quedándose en casa"

"En Canarias el riesgo de saturación de los servicios sanitarios es muy bajo, creo que no la vamos a tener" afirma la catedrática de Economía de la Salud de la ULPGC

La catedrática de la ULPGC Beatriz González López Valcárcel. LP / DLP

¿Qué son los modelos predictivos del Covid-19

Los modelos predictivos son modelos matemáticos que intentan predecir la evolución del número de casos, ingresos hospitalarios y fallecimientos. Dentro de la enorme variedad de modelos que hay con el Covid-19 los que predominan son los llamados modelos SIR (susceptible, infectado, recuperado), que parten de que toda la población es susceptible de contagio al no estar inmunizada. El modelo tiene dentro muchos parámetros, y el más importante para medir la dinámica de la enfermedad es el número básico de reproducción R0, que es la velocidad de contagio. Es el más importante porque el Covid-19 tiene un R0 muy alto, si no aíslas y no tomas medidas, cada enfermo va a contagiar a 2,5 personas y eso significa que la enfermedad se va a propagar exponencialmente. El objetivo del confinamiento y el aislamiento social en el fondo es reducir el R0. En el momento en que se consigue que baje por debajo de uno, entonces estamos bajando en la famosa curva de contagios diarios.

¿Por qué hay tanta cantidad?

Ahora mismo hay mucha incertidumbre con la epidemia del Covid-19 y eso genera una especie de mercadillo de focos de modelos. Yo estoy estudiando todos los modelos que caen en mis manos, y está bien tener un modelo predictivo que te oriente sobre lo que puede ser el futuro.

¿Qué fiabilidad tienen estos modelos?

Las predicciones a corto plazo son muy buenas, a tres días vistas se predice muy bien cuántos casos nuevos va a haber, cuántos hospitalizados y cuantos fallecimientos, pero predecir a dos meses no, se hace pero el intervalo de confianza es tan grande que me parece muy osado. Es impreciso y en ciencia la prudencia es muy importante. Tenemos que reconocer lo que somos capaces de hacer, que es una buena predicción a corto plazo, pero ahora mismo sería muy temerario decir cuándo llegaremos a cero casos no importados. Después hay otros parámetros como la tasa de letalidad del coronavirus, parece que se duplica cada década de edad, es decir, un paciente de 80 o más años, tiene el doble de probabilidad de morir de la enfermedad que uno de 70-80 y éste el doble que uno de 60-70... es una especie de regla matemática, pero no son números ciertos, sino estimaciones basadas en observaciones en China y otros países.

¿En qué momento de la curva de contagios estamos según estas predicciones?

Ya hemos llegado al pico en Canarias, y en España seguramente también. Pero en Canarias lo vemos claro, que el número de nuevos casos de infectados diario está bajando y eso es porque ya el famoso parámetro de R0 es menor que uno. Podemos decir, con la debida prudencia, que ya empieza a bajar el número de casos. Pero esto es como un incendio, cuando se considera controlado puede ocurrir que aparezca de un rescoldo un foco nuevo. Estamos en esa situación, estamos bajando ya, pero si de repente hay un brote en una residencia masificada de ancianos, y se contagian 20 o 30, puede haber un nuevo foco.

¿Cómo se puede evitar?

Ahora el objetivo más importante es el seguimiento de los casos y de los contactos de estos casos; el aislar bien a los más frágiles que básicamente son los ancianos, sobre todo los confinados en residencias; y evitar que el sistema sanitario propague la infección. Por eso es por lo que, acertadamente, se han suspendido las consultas presenciales regulares de Atención Primaria, porque el coste en riesgo de infección es mucho mayor que el pequeño beneficio de que el médico te diga sigue tomándote la pastilla, y se ha posibilitado que el crónico vaya directamente a la farmacia a repetir el tratamiento.

¿Qué papel juega el confinamiento del conjunto de la población en sus casas?

La bajada del número de infectados nuevos implica mantener las medidas de aislamiento social y la vigilancia epidemiológica. El mensaje de mantener el confinamiento es fundamental. La población está salvando muchas vidas quedándose en casa. El Imperial College, una institución de gran prestigio de Londres, tiene un modelo de predicción SIR, y este martes sacó un artículo sobre la evolución del Covid-19 en distintos países, incluyendo Italia y España, y se arriesgaba incluso a evaluar la efectividad de las medidas de cierre de colegios, aislamientos social... y para España deducía que gracias a estas medidas de confinamiento en menos de un mes se habían evitado 16.000 muertes. Nunca antes había sido tan fácil salvar vidas, sólo quedándote en casa.

¿Sigue el riesgo de saturación de los servicios sanitarios?

En Canarias el riesgo es muy bajo, yo creo que no la vamos a tener. Desafortunadamente en otras comunidades sí, vemos que están sufriendo muchísimo y es tremendo el drama humano que están pasando. Pero en Canarias, tal como vemos nosotros la situación, no va a haber ese riesgo de sobresaturación.

¿Hay diferencias por islas en cuanto a las previsiones?

Sí, hay unas diferencias enormes. Por eso, la estrategia de salida, que es en lo que ahora nosotros nos estamos centrando también, tiene que ser diferenciada por islas. Por ejemplo, La Graciosa es el único lugar de España libre del virus, o por lo menos de casos confirmados, y la comparan con el poblado de Astérix y Obélix, que era el único de toda la Galia donde no había entrado el imperio romano. En La Graciosa sería relativamente fácil y rápido tener disponible un test para las 600 personas y abrirlo mucho antes, por lo menos, que Tenerife, que está peor que Gran Canaria.

¿Cómo debe ser esa estrategia de salida del confinamiento?

Seguramente las islas menores que están en mejor situación, como -La Gomera, El Hierro y Fuerteventura- podrían ir saliendo del aislamiento como avanzadilla, antes que las islas mayores. Eso va a ser un proceso que hay que planificar bien y ponerle mucha cabeza, porque el virus está circulando en la comunidad, no es que por no haber nuevos casos haya desaparecido, está ahí y hasta que nos hayamos infectado en torno a la mitad de la población o el 60%, no habremos creado lo que se llama inmunidad de rebaño o inmunidad de grupo. En Madrid puede que entre un 15 o 20% de la población esté o haya estado infectada y sea inmune, pero aquí es menos del 1%, aquí estamos casi como al principio y todo esto nos ha valido como ensayo general, pero realmente estamos mucho más susceptibles para la próxima embestida del virus, que habrá embestida, que lo que puede estar Madrid, porque como muy poca gente ha pasado la enfermedad, muy poca gente se ha hecho inmune a ella.

¿Y para cuándo se espera esa próxima embestida del virus?

Aún no se sabe su comportamiento estacional, si se escode en verano como hacen otros virus respiratorios, pero si tuviéramos esa suerte tendríamos un respirillo en verano y la próxima embestida sería en otoño, que nos va a pillar más preparados, con un acopio de EPI -equipos de protección individual-, mascarillas, test... Los test es lo más importante, tanto para salir ahora como para afrontar una estrategia poblacional. Nosotros vivimos del turismo y ahora mismo estamos relativamente protegidos porque estamos aislados, se han cortado las comunicaciones aéreas, pero en cuanto abramos esto y la demanda empiece a aumentar necesitamos garantizar a los turistas que somos un sitio seguro, y esto sólo se puede hacer si tenemos un uso masivo de test rápidos que sean suficientemente sensibles.

¿Y es factible el poder disponer de test para toda la población?

Los test que se hacen ahora son muy precisos, pero requieren de 4 horas para obtener el resultado y sería impensable hacérselo a cada turista que llega, pero los test rápidos que dan el resultado en diez minutos y que parecen que tienen un precio razonablemente bajo y si se compran al por mayor más, sí que prometen. El problema es que el porcentaje de falsos negativos en estos test rápidos es muy alto, pero esto va a mejor. La humanidad está avanzando como yo nunca en mi vida he visto que avance de rápido para afrontar un problema. Yo cada día dedico tres horas, de seis a nueve de la mañana, a leer lo que sale el día anterior en revistas científicas, y no me llegan las tres horas, tengo que seleccionar, y lo que leo son avances de nuevo conocimiento, todo el mundo está con las pilas puestas. Con tanto cerebro y talento al servicio del conocimiento estoy segura de que vamos a avanzar muy rápido en tratamientos eficaces, en dos meses ya los tendremos, y en el plazo de un año una vacuna. Mientras tanto, vamos a tener que hacer estrategias de guerra de guerrilla con el virus, que pasan en parte por estos test masivos, que cuanto más fiables sean mejor.

¿Qué debemos aprender de esta crisis?

Esta crisis es como una guerra, donde lo primero es proteger al ejército, que en nuestro caso son los profesionales sanitarios, a través de formación, de equipos de protección individual, test... Todos los profesionales sanitarios deberían tener un test hecho, y no es sólo por solidaridad porque son los héroes a los que aplaudimos a las siete, es por eficiencia, porque ellos son los que van a ayudarnos a luchar contra el enemigo. Lo segundo, que esta situación nos va a servir para cambiar lo que no estábamos haciendo bien y tener un plan de contingencia de crisis. La diferencia entre Europa y Asia, que ya había vivido la crisis de 2003 con el SARS, es que ellos habían aprendido y nosotros pensábamos que esto era cosa de China y que no pasa nada. Corea, Hong Kong u otros sitios que habían pasado la epidemia de 2003 lo hicieron mucho mejor con este coronavirus porque se habían preparado. Nosotros ahora estamos preparados para la siguiente gracias a esta.

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