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Vigilia desde el hostal

Un grupo de 17 canarios desplazados a Madrid se quedó ayer sin poder compartir con el Papa la vigilia en Cuatro Vientos.

El grupo de canarios que se encuentra en Madrid para ver al Papa se quedó ayer sin entrar al recinto de Cuatro Vientos por la inmensa multitud que allí se congregó. Los 17 que viajaron desde Canarias con entusiasmo y fervor tuvieron que conformarse con seguir la Vigilia del obispo de Roma por televisión desde el hostal en el que se están quedando.

El día transcurrió normal, entre la masa que se mueve estos días por Madrid pero sin despertar sospechas de lo que ocurriría después. Una larga visita por la ciudad después de ver al Papa salir de la Almudena tras haber oficiado misa para los seminaristas por la mañana fue el único movimiento que pudieron hacer los canarios ayer por Madrid. Por suerte, antes de poner rumbo a Cuatro Vientos, otro grupo de jóvenes les alertaron de que la zona estaba ya cerrada al público por la cantidad de gente que se había reunido para asistir a la vigilia de Benedicto XVI.

Miles de personas esperaban a las afueras del recinto con la intención de conseguir entrar en algún momento de la tarde. Cosa que finalmente no ocurrió pues el recinto se encontraba saturado de personas. Benedicto XVI entró a las 20:50 horas en el aeródromo de Cuatro Vientos con un recibimiento sobrecogedor entre gritos de 'Viva el Papa' y 'Benedicto, Benedicto'.

Luz Belinda, una de las organizadoras canarias que ha viajado hasta Madrid se lamentaba por no haber podido entrar en Cuatro Vientos "nos hemos tenido que quedar fuera porque había demasiada gente, pero qué le vamos a hacer, por lo menos lo estamos viendo desde la televisión del hostal". Una de las jóvenes, Moneiba Cubas, de 21 años, también se quedó con las ganas de asistir, "es una pena que nos lo hayamos perdido en directo estando aquí porque era un día muy importante para todos y nos hemos quedado fuera", decía apenada.

Saturación

Sin duda ni los organizadores, ni los miles de peregrinos que viajaron hasta la capital española para disfrutar de la Jornada Mundial de la Juventud junto al Papa esperaban que cerca de dos millones de jóvenes coparan el interior del recinto que tiene una extensión igual a unos 48 campos de fútbol. Cuatro Vientos está dividido en 50 parcelas separadas por viales verticales y horizontales y en cada una de ellas se calcula que de media se acomodaron unas 10.000 personas.

Ni los 40 grados a la sombra, ni los cientos de miles de personas con los que había que lidiar para llegar a un punto exacto, pararon a los jóvenes que desde muy temprano estuvieron haciendo largas colas ayer para poder disfrutar de la esperada cita con el Papa. Los servicios de emergencias de Madrid estuvieron al límite sobre todo durante las horas del mediodía. A las 17.00 horas ya se habían registrado alrededor de 700 personas atendidas entre golpes de calor y desmayos. También trabajaron lo suyo los bomberos que estuvieron durante horas refrescando a los cientos de miles de jóvenes que esperaban a que el reloj corriera hasta marcar las 20.50.

Armando Vallejo, otro de los canarios que también se quedó fuera, decía que la organización dio demasiadas acreditaciones y que nadie esperaba tal multitud de gente para el acto. El grupo de jóvenes con el que iba se quedó unas horas fuera del recinto para ver al Papa a través de las pantallas gigantes que habían habilitado, pero una gran tormenta con truenos, relámpagos y una profunda cortina de agua sofocaron sus ánimos, así que decidieron volver al hostal para seguir desde allí todo lo que acontecía. "Mañana será otro día y esperamos poder estar dentro para vivirlo".

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