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Los institutos reciben alumnos a cuentagotas

Los centros abrieron para los estudiantes de Secundaria, aunque hasta el lunes no comenzarán las clases formales, dado el protocolo impuesto por la Covid-19

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Vuelta al cole de los alumnos de Secundaria La Provincia

Los institutos abrieron ayer sus puertas para los estudiantes de Secundaria, pero no será hasta el próximo lunes o martes cuando empiecen con normalidad las clases. El coronavirus está poniendo a prueba el sistema educativo español y los institutos se han enfrentado a un reto importante de organización dado el sector de población con el que trabajan y las altas ratios. Los centros citaron a los alumnos por curso y nivel este miércoles y, hasta el viernes, seguirán recibiendo alumnos para explicarles las medidas sanitarias que se han establecido, así como otros cambios que han efectuado como consecuencia del desdoblamiento de grupos para mantener las distancias. Por delante un curso intenso, que pondrá a prueba a estudiantes, profesores y administración.

Los estudiantes de primero de Educación Secundaria Obligatoria (Eso) fueron los primeros en recibir la bienvenida de los equipos directivos. Para ellos es un año importante ya que dejan atrás su etapa escolar tras un curso anómalo que finalizaron en casa de modo online a causa de la pandemia. Era normal que muchos estuvieran nerviosos en el ingreso. Es lo que le pasaba a Delia, que con 12 años, atravesaba las puertas del IES Isabel de España, tras dejar atrás el colegio Giner de los Ríos.

Los estudiantes de primero de la ESO se mostraban inquietos en el ingreso

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Su padre Francisco Rodríguez, que le esperaba a las puertas, confesaba que había “estado inquieta” y que la falta de información del centro, que hasta el lunes no colgó la fecha en la que debía de incorporarse, según el progenitor, incrementó los nervios. “Todo fue a última hora, creo que pensaban que el curso empezaría online”.

Francisco esperaba que el virus no interfiriera en el nuevo curso académico porque “los chicos no aprenden con las clases online”. “La mandaron muchas tareas y estuvo a piñón, pero creo que no se aprende igual que teniendo al profesor delante”, indicaba el padre, autónomo. “En el último trimestre todo fue repaso y ocurrirá lo mismo en este primero”.

Carolina Galván también había venido a acompañar a su hija Tayri, que pisaba por primera vez el IES Poeta Tomás Morales Castellano tras dejar atrás el CEIP Guiniguada. Su primer consejo había sido “observa y no critiques a nadie; y piensa en el sitio que te vas a sentar porque será para todo el curso” dada la situación.

La madre tampoco quería pensar en otro confinamiento escolar. “Se lo tomó fenomenal, como no tenía que venir a clase pensó que eran vacaciones hasta que se dio cuenta de que tenía que estudiar”, comentaba en referencia a que tuvo que estar detrás de ella para que no diera un bajón en los estudios. “Ya le he dicho que como el instituto cierre será una mala noticia para todos, habrá enfermos, y ella estará de nuevo confinada”.

La progenitora señaló que la joven es aún muy inocente y que todavía “no es consciente de la situación que estamos viviendo” y de cómo el virus está cambiando el mundo, su mundo. Su temor era si aguantará en el instituto con el tapabocas puesto. “No se cómo lo va a llevar, apenas lo ha tenido puesto. Entre que ha estado confinada y que las compras las hago yo pues lo ha llevado poco. El otro día no paraba de decir que le hacía daño en la nariz, que le apretaba”, añadía.

Dariana y Davinia Moreno, hermanas gemelas, esperaban su turno para entrar al centro. Las jóvenes, de 12 años, iniciaban Secundaria, aunque por su aspecto pasaban por bachilleres. Ellas también se encontraban nerviosas “pero con ganas de empezar” tras acabar Primaria sin orla y sin viaje de curso a causa del coronavirus.

“Cuando nos conectábamos por internet todos no se oía bien”, recordaban de sus clases online del pasado año, aunque resaltaban que el profesor “explicaba bien” pese a las circunstancias de enseñar a distancia. También que trabajaron mañana y tarde. “Había mucha tarea”, señalaron.

La consigna de los padres para el nuevo curso escolar, que no las habían acompañado al centro porque trabajaban, era que tuvieran cuidado con la mascarilla y la distancia de seguridad. “Demasiado”, refunfuñaba Dariana por la insistencia de los progenitores.

El desdoblamiento de grupos manda a algunos estudiantes al turno de tarde

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A las puertas del IES Pérez Galdós Rubén, Lucía, Samuel y José se saludaban con el codo después de meses sin verse. Los jóvenes iniciarán cuarto de la ESO este curso en el centro, aunque no tenían muchas expectativas de terminarlo de modo presencial. “Creo que nos iremos a casa en una semanas”, decía Samuel. La pandilla de amigos estaba concienciada de que el virus les haría regresar a casa, mientras recordaban lo “estresante” que había sido seguir las clases online.

Benedicta Rodríguez esperaba junto a su hijo Marco Antonio Santana a que saliera su hija Isabel del Pilar, que se había matriculado en primero de Bachillerato en el instituto. “Está súperprivada de que le hayan cogido en el instituto”, decía tras haber salido del anterior centro por desavenencias con el profesorado. Benedicta estaba convencida de que el cambio iba a ser muy positivo para la joven, de 16 años, a la que calificó de “súpermadura”. Tanto es así que el virus no la preocupaba ya que la joven tenía “muy asumidas” las medidas de seguridad; lo importante es que estuviera contenta en el instituto. Su hermano, que había acabado los estudios universitarios de Marketing y Comunicación, había cursado estudios en el IES Pérez Galdós y no podía haber mejor referente para iniciar el curso con ánimo.

El instituto no había empezando con buen pie para Daylos Santana, Carmen Gutiérrez y Ruth Cedres, estudiantes de segundo de Bachillerato en el IES Pérez Galdós. Los tres habían sido enviados al turno de tarde al crearse los grupos burbujas para disminuir las ratio de las aulas. Los tres ya habían hecho su reclamación correspondiente. A Carmen el horario de tarde le coincidía con sus clases de piano en la Escuela Municipal de Música, algo a lo que quiere dedicarse en el futuro; a Daylos le impedía practicar deporte, uno de sus hobby favoritos, mientras que a Ruth el cambio no la permitía de encargarse de unos asuntos familiares. Y todo ello sin olvidar la pérdida de amigos.

Ellos también pensaban que tarde o temprano volverían a casa a estudiar a causa del Covid-19, aunque la experiencia del pasado año no les desmotivó. Según Daylos, los profesores “infundieron ánimo para estar como en clase”.A la izquierda, entrada al IES Pérez Galdós. Arriba, una docente controla el acceso al IES Isabel de España; en medio, unas familias se saludan, y abajo, jóvenes en la calle, ayer.

COMPRENSIÓN Y COLABORACIÓN

El equipo directivo del IES Isabel de España pedía comprensión y colaboración a las familias en el inicio escolar, a través de una carta publicada en la web de centro, dada las “situaciones cambiantes” a las que se enfrentan a diario por el Covid-19. “A día de hoy estamos esperando los recursos humanos y materiales que la Consejería se ha comprometido a proporcionarnos y que confiamos en que estarán para el inicio de curso”, indicaban en la misiva, en la que explicaban que el profesorado y el personal no docente llevaba semanas “trabajando duro” para organizar el curso. En similares términos se expresaban en el IES Poeta Tomás Morales Castellano. También se habían dirigido vía online a las familias y pedían entendimiento por las situaciones que los “grupos burbujas” pudieran ocasionar. “La creación de estos grupos comporta una serie de sacrificios que esperamos entiendan. El principal es la imposibilidad de respetar al cien por cien las optativas elegidas por el alumnado. Esto se lleva a cabo para evitar el trasiego por los pasillos y el cambio de aula con el fin de minimizar los pinchazos de la burbujas que, en muy pocos casos, y por razones justificadas, resultan inevitables”, afirmaban. También se disculpaban por los cambios en los horarios. | L. S. V.

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