Salud

Los pacientes más vulnerables piden que se concrete el uso de mascarillas

La Plataforma de Organizaciones de Pacientes reclama que «se marquen

unas pautas muy claras» para que las empresas sepan cómo deben actuar

El Gobierno aprobará el 19 de abril el fin de la mascarilla en interiores, salvo hospitales y transporte público

Agencia ATLAS | Foto: EFE

Nieves Salinas

Las mascarillas dejarán de ser obligatorias en los espacios interiores a partir de mañana. Fin de uno de los símbolos de la pandemia, –sobre todo en España, uno de los países europeos donde más tiempo se ha continuado usando– y una medida largamente esperada. Pero que inquieta a los pacientes más vulnerables que reclaman «su derecho a ser protegidos» por parte de las autoridades sanitarias. «Va a ser complejo. Porque todavía no ha acabado. Los pacientes crónicos no podemos estar peleándonos con la gente para que sepan que somos de riesgo», señala Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Paciente (POP), que reúne a 33 organizaciones de ámbito estatal, con más de 1.450 organizaciones asociadas.

En conversación con este diario, Carina Escobar muestra su preocupación ante una medida que es inminente. El Gobierno aprobará mañana el real decreto necesario para acabar con el uso del tapabocas en interiores. El fin de una medida de protección –que será efectiva el día 20, cuando se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE)– que, sin embargo, seguirá manteniéndose en determinados espacios .

«Habrá espacios en los que la mascarilla seguirá siendo obligatoria, atendiendo a la vulnerabilidad. Cuando vamos a un hospital, se entiende que estamos en un ámbito vulnerable. Cuando vamos a un centro de salud, también. O cuando vamos en transporte público. En una guagua, en el metro o en un avión, hay que usarla. Después hay recomendaciones: si estamos en un centro comercial, yo me la pondría. Ese es el uso responsable», señalaba la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en una entrevista concedida recientemente a este medio.

A la espera de que el anuncio de la ministra se concrete, el borrador del documento de consenso al que se llegó en la Ponencia de Alertas –de la que forman parte expertos del Ministerio y de las comunidades autónomas– incluye una serie de recomendaciones para el «uso responsable» del tapabocas en diferentes espacios. Por ejemplo, el consejo para los mayores de 60 años, las personas inmunodeprimidas o las embarazadas, es que prescindan de las mascarillas en sus casas, pero la usen «en cualquier situación en la que tengan contacto prolongado con personas a distancia menor de 1,5 metros».

En el ámbito laboral, el borrador deja la decisión en manos de los servicios de prevención de riesgos laborales. Estos servicios tendrán que hacer una evaluación de riesgo específica, teniendo en cuenta el trabajo que se hace, a qué distancia están los trabajadores y si se puede garantizar una ventilación adecuada.

¿Quién es vulnerable?

Y es ahí donde la POP muestra prevención e intranquilidad. Por la falta de concreción en relación a en qué espacios es aconsejable el uso de mascarillas en interiores, más allá de la responsabilidad individual. La entidad pide al Ministerio que especifique las personas que se incluyen dentro de este grupo de vulnerables y en qué espacios cerrados tendrá vigencia la norma, además de en zonas sanitarias, sociosanitarias o transporte público.

«¿Quiénes son los vulnerables?. Necesitamos información. Podemos tener gente joven en tratamiento, con una calidad de vida buena, pero supervulnerables al coronavirus hasta que no reciban, por ejemplo, su tratamiento de antivirales. Por eso es importante identificarlos bien», indica Carina Escobar.

En la POP están representadas, entre otras, las enfermedades oncológicas, enfermedades raras, trasplantados y enfermos de riñón, hígado y corazón, VIH-Sida, enfermedades neurológicas, cerebrovasculares, cardiovasculares...Enfermos crónicos y extremadamente frágiles, recuerda Escobar. «¿Cómo se regula todo esto en el ámbito laboral, académico, educativo....?. Lo que todos queremos es salir del aislamiento social al que llevamos dos años sometidos, sobre todo los enfermos crónicos, pero, si todo el mundo se quita la mascarilla en los entornos cerrados, podemos poner en riesgo a muchas personas», afirma.

Pautas muy claras

Por eso, la Plataforma que ella misma preside reclama que «se marquen unas pautas muy claras» para que, por ejemplo las empresas, sepan cómo deben actuar. También en el ámbito educativo o en las residencias y espacios sociosanitarios.

«Hablamos de que se especifiquen medidas y se resuelvan un montón de dudas. Pedimos campañas de información para seguir protegiendo a los pacientes crónicos, complejos y vulnerables y que, todavía, porque esto no se ha acabado, se recuerde que es necesario seguir llevando a cabo las medidas de autocuidado. Entiendo que hay que rebajar la presión y no podemos estar toda la vida con mascarillas, pero creo que todavía no estamos en esa etapa de gripalización del covid. Todavía no estamos en eso», advierte Escobar.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, aclaró ayer que la mascarilla seguirá siendo obligatoria en todos los transportes públicos «sin ninguna excepción», así como en centros, servicios y establecimientos sanitarios, incluyendo las farmacias.

Mientras, en los trabajos serán los servicios de prevención de riesgos laborales de cada empresa los que determinen la obligatoriedad en función de las circunstancias donde se desarrolle. |

Obligatoria en transportes y centros sanitarios

«Va a ser obligatoria en el interior de los centros, de los servicios y de los establecimientos sanitarios. Es decir, en los hospitales, en los centros de salud, de transfusión de sangre y va a ser obligatoria en las farmacias, como establecimientos sanitarios a los que va gente también vulnerable», aseguró la ministra en una entrevista en El País. El real decreto que aprobará el Consejo de Ministros mañana también mantendrá el uso obligatorio en los transportes «por avión, por ferrocarril, por guagua, en metro y en barco, en interior, siempre que no puedas mantener esa distancia de un metro y medio». «No hay ninguna excepción en los transportes públicos. En todos hay que llevarla», zanjó.

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