Las comisarías canarias reciben una decena de desfibriladores

Estas herramientas permiten reanimar a las personas que sufren una parada cardíaca - Su tecnología avanzada facilita el uso

El doctor Javier Vilda muestra el funcionamiento de los desfibriladores a los asistentes. En la mesa, de izquierda a derecha, Rafael Martínez, Augusto Hidalgo, Carolina Darias y Lluis Donoso.

El doctor Javier Vilda muestra el funcionamiento de los desfibriladores a los asistentes. En la mesa, de izquierda a derecha, Rafael Martínez, Augusto Hidalgo, Carolina Darias y Lluis Donoso. / Juan Carlos Castro

Las comisarías del Archipiélago se convertirán en espacios cardioprotegidos. Y es que este viernes la Policía Nacional recibió una decena de desfibriladores de última generación, unas herramientas dotadas de una tecnología inteligente, que son imprescindibles para lograr reanimar a las personas que sufran una parada cardíaca. Cabe señalar que la iniciativa es fruto del convenio suscrito por la Fundación España Salud y el Ministerio del Interior

El acto de entrega tuvo lugar en las instalaciones de la Jefatura Superior de Policía de Canarias y estuvo presidido por la ministra de Sanidad, Carolina Darias. A la cita también acudieron el delegado del Ejecutivo autonómico, Anselmo Pestana; el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo; el jefe superior de Policía en las Islas, Rafael Martínez; el consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Blas Trujillo; y el presidente de la Fundación España Salud, Lluis Donoso, entre otras personalidades. 

«El hecho de tener cerca un desfibrilador y a una persona formada cuando alguien sufre una parada cardíaca puede salvar vidas», enfatizó Carolina Darias, quien además recordó el compromiso que tiene el ministerio que dirige con la salud cardiovascular. «Recientemente, hemos aprobado la Estrategia de Salud Cardiovascular en el marco del Consejo Interterritorial. La acción aborda cuatro áreas de actuación preferentes dentro de las enfermedades cardiovasculares: la cardiopatía isquémica, la insuficiencia cardíaca, las valvulopatías y las arritmias», recordó la ministra. 

A estos objetivos se suma la creación de un marco de referencia estatal centrado en la atención de la parada cardiorrespiratoria. «Esto permitirá extender la desfibrilación precoz, consensuar criterios comunes sobre el uso de los desfibriladores externos e incrementar la formación en reanimación precoz y el uso de estos aparatos», agregó. 

Lo cierto es que la colaboración entre la Fundación España Salud y el Ministerio del Interior contempla también formación específica sobre el uso de los desfibriladores y las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP), así como el manejo de dispositivos cardíacos portátiles como los que se han instalado en los últimos días en centros policiales de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife. 

El Archipiélago es la segunda región con más fallecimientos por patologías cardiovasculares

Ahora bien, ¿cómo se utilizan estos instrumentos y cómo se debe actuar ante una posible parada cardiorrespiratoria? Precisamente, con el propósito de despejar este interrogante, el responsable técnico de formación de la citada fundación, Javier Vilda, ofreció una demostración ante los asistentes. «Cuando una persona pierde la conciencia es fundamental actuar lo más rápido posible. Hay que tener en cuenta que, si no hacemos nada, puede llegar a morir en tan solo diez minutos», destacó el doctor. 

En primer lugar, hay que averiguar si la persona responde. Si es así, es necesario colocarla en posición lateral para evitar que sufra una broncoaspiración. Por el contrario, si no se aprecia ningún tipo de reacción, habrá que comprobar si ha dejado de respirar. «Para eso, tendremos que observar si su pecho sube y baja, si exhala aire y poner el oído para determinar si está respirando. De no ser así, posiblemente estaremos ante un problema de parada cardiorrespiratoria y habrá que llamar al 112». 

Si hay cerca un desfibrilador no hay que tardar en ir a buscarlo, pero mientras tanto el tiempo apremia. Por esta razón, otra persona puede encargarse de hacer la RCP. «Para eso, hay que desnudar el pecho del paciente y poner la mano en el centro, en forma de empuña, para poder hacer las compresiones torácicas a un ritmo que oscila entre las 90 y las 100 por minuto. La mano que manda irá encima y la otra debajo», detalló el profesional. Para que las compresiones sean de calidad, hay que conseguir que el pecho baje entre cinco y siete centímetros. 

Cuando llegue el desfibrilador, habrá que continuar con la maniobra para seguir enviando sangre y oxígeno al cerebro. «Todos los desfibriladores funcionan de la misma forma y normalmente vienen con una tijera para cortar la ropa. Además, hay dos electrodos adhesivos. Uno de ellos hay que ponerlo encima del hombro, en el lado derecho, mientras que el otro tiene que estar debajo de la axila izquierda», explicó. En ese momento, se estará realizando un electrocardiograma a tiempo real y el aparato indicará cuándo hay que pulsar el botón para iniciar la descarga. «No hay que tocar al paciente para evitar confundir a la máquina», advirtió el responsable técnico de formación. 

La cardiopatía isquémica es la dolencia que provoca más muertes en las Islas

La cita sirvió también para poner de relieve que en las Islas, al igual que en el resto del país, una de cada tres personas fallece como consecuencia de una patología cardíaca, un dato 65 veces superior al registrado en los accidentes de tráfico. Atendiendo al sexo de los aquejados, la mortalidad de las mujeres por estas causas es un 9% superior a la de los hombres

Asimismo, las enfermedades cardiovasculares son también las responsables de una de cada tres muertes en la comunidad autónoma, lo que la convierte en la segunda región con la tasa de mortalidad cardiovascular más alta del país –solo está por delante Andalucía–. En base a las últimas cifras disponibles, que datan de 2019, este conjunto de dolencias constituyen la principal causa de fallecimiento en el territorio nacional, aunando 203,5 óbitos por cada 100.000 personas. En el caso concreto de Canarias, el cómputo asciende a 249. 

Dentro del nutrido grupo de enfermedades, las que se asocian con un mayor índice de mortalidad en las Islas son la cardiopatía isquémica –108,6 decesos por cada 100.000 habitantes– , las arritmias y otras patologías similares –45,5– y la insuficiencia cardíaca –27,5–