El 37,8% de la población del Archipiélago –822.130 personas– se encuentra en situación de pobreza o exclusión social. Un dato que, aún siendo dramático, está por debajo de las previsiones que las entidades sociales barajaban para el segundo año de pandemia, en el que Canarias sufrió una parálisis económica sin precedentes que amenazaba con elevar la pobreza a cifras récord. 

Aunque la pobreza continúa su avance en España, en Canarias pronóstico se ha podido evitarse gracias al escudo social desplegado por las administraciones para hacer frente a las consecuencias de la crisis, que ha logrado evitar que este indicador se disparase un 17% –hasta alcanzar al 45% de la población isleña– y que 375.000 nuevos canarios sufrieran estrecheces económicas. 

Esta fue una de las conclusiones del informe elaborado por la delegación en Canarias de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social de Canarias (EAPN), que sigue el indicador europeo de riesgo de pobreza y exclusión social –AROPE por sus siglas en inglés–. Tal y como explicaron ayer Juan Carlos Lorenzo y Fernando Rodríguez, presidente y vicepresidente de la red en Canarias en la presentación del informe en el Parlamento de Canarias, la tasa engloba varios tipos de pobreza.

En ella se encuentran tanto aquellas personas que están en pobreza severa –que en el caso del Archipiélago se trata de familias que sobreviven con solo 454 euros al mes–; los hogares que están en riesgo de pobreza –donde se perciben una renta de 681 euros mensuales–; y también aquellas que sufren algún tipo de escasez material severa y que no llegan a final de mes. 

De manera global, la tasa Arope se sitúa en Canarias en el 37,8% de la población. Un porcentaje que se vio reducido en un 1,3 puntos el año pasado respecto a 2020, lo que se traduce en 29.329 personas menos en situación de pobreza y exclusión.