La Mesa de Actores revela lo absurdo de 'las mitomanías' en el séptimo arte

El edificio Miller acoge los dos debates con las presencias de Karra Elejalde, Paco León y Gran Wyoming, y Macarena García, Anna Castillo y Elena Sánchez

Macarena García y Anna Castillo, ayer, en el edificio Miller, durante el debate de la tarde. | | ANDRÉS CRUZ

Macarena García y Anna Castillo, ayer, en el edificio Miller, durante el debate de la tarde. | | ANDRÉS CRUZ / Alberto García Saleh

La desmitificación del cine y las inseguridades que conlleva la profesión de actor fueron algunos de los ejes sobre los que giraron las dos Mesa de actores que se celebraron ayer en el edificio Miller, dentro de la programación del 22º Festival de Cine de Las Palmas.

La primera, que tuvo lugar por la mañana, fue moderada por el Gran Wyoming, y contó con las veteranías de Karra Elejalde y Paco León. Mientras que la segunda, a primera hora por la tarde, estuvo presentada por Elena Sánchez, y tuvo como protagonistas a las experiencias de las jóvenes actrices Macarena García y Anna Castillo.

«Yo empecé en la escritura, escribí canciones para el rock radical vasco, y tengo un carácter asambleario y antijerárquico por mi condición de rojo, pero siempre hay un idiota en todos lados», señaló el actor Karra Elejalde sobre los actores a los que se les sube el éxito a la cabeza. «A mí me pone muy incómodo eso de ‘aquí hay una estrella’, añadió. «Y el Goya se lo deberían dar al bombero que salvó a un niño ya que hay profesiones que se lo merecen más». Sin embargo, para el actor vasco existen un método infalible para saber cómo es una persona, sólo hay que ver cómo reacciona tras decirle ‘oye, compañero’. A esto Paco León añade que «la fama no te vuelve gilipollas, sino descubre al gilipollas que eres», aunque también puede existir el síndrome del impostor, que es «la diferencia entre lo que piensan de ti de lo que realmente tú consideres».

El gran Wyoming, Karra Elejalde y Paco León, durante el debate de la mañana, también en el edificio Miller, en la primera Mesa de Actores. | | LP/DLP

El gran Wyoming, Karra Elejalde y Paco León, durante el debate de la mañana, también en el edificio Miller, en la primera Mesa de Actores. | | LP/DLP / Alberto García Saleh

Wyoming apuntó que una de las cosas de las que ha estado más orgulloso ha sido el movimiento del No a la guerra de los actores de este país contra la guerra de Irak. «La gente de ese país primero tuvo que sufrir al tirano y luego a los que querían salvar al tirano, ya que les quitaron las armas y los bombardearon», recordó. «Fernando Fernán Gómez, que llevaba muchos años sin salir, salió de su casa y se unió para decirle a la gente que ‘guerra’ es la peor palabra que existe y que un político que lleva a su país a una guerra debe dimitir inmediatamente» y desde entonces no se lo han perdonado. «España es el único país del mundo en el que un sector de los medios de comunicación está machacando a los actores», añadió .

Elejalde recordó que en los montajes nunca sabes cuál escena van a positivar porque cogen una imagen de una toma y el sonido de otra. «El personaje de Unamuno era el de un hombre seco, frío, viejo, y para hacerlo bien te tienes que deteriorar. Si no te ves viejo puede que caigas en la sobreactuación y la sobreactuación es falta de autoestima. Pero Unamuno estaba en las antípodas de mi persona, y por eso yo pagué dos mil euros a un tipo para que me hiciera un lavado físico». Así y tras mirarse, «yo vi que estaba como un viejo y hablaba con naturalidad porque mi vestuario y maquillaje son los que me cambian realmente». El actor también destacó que en el cine no llegar no es punible, pero pasarse es horrible, al revés que en el teatro y recordó que «cuando no estás hablando, cuando estás recibiendo, es cuando estás emitiendo más puntos de vista» a lo que añadió que en un plano escorzo lo más recomendable es no hacer nada porque luego tienes que repetirlo en tu plano.

Wyoming añadió que en Hollywood le hacen todo a los actores, desde colocarle el zapato hasta poner un vaso de agua y luego en la casa vuelven a repiten ese rol inconscientemente. «Este es un trabajo que tiene una proyección pública muy grande, aunque requiere mucho esfuerzo, y que a veces está muy bien remunerado, pero ese reconocimiento social puede transformar al individuo».

Determinación

Paco León recordó que «decidí ser actor desde muy joven, no he querido hacer otra cosa, he tenido suerte y determinación y hasta que empecé no lo dejé». Por su parte, Elejalde venía más de la poesía y «me cogieron de casualidad porque me dedicaba a diversificar para tener más probabilidades». Wyoming: recordó la película que hizo con Trueba por la que «me dieron 300 pavos y me di cuenta que este es el puto camino». Elejalde señaló que la metodología es igual en todas las películas, pero «tenemos que tener capacidad psicológica para saber qué es lo que quiere cada director». Por tanto, «el actor no puede ir al rodaje pensando que va a hacer una película», sino concebir la película como un puzzle con piezas de colores y pensar que mañana tiene las escenas 14 y 25 y qué tiene que llevar. «Yo pongo los estados de ánimo de mis personajes con colores, y la secuencia 13 y 118 que son de la misma gasolinera, hoy tengo sólo este cachito y no me llevo toda la película en la chepa, en mi mente no me llevo otras pinceladas y aunque soy un violador ese día en concreto soy un buen padre de familia». De este modo, «si te vas comiendo cada cachito te terminarás comiendo toda la película», aseguró.

Elejalde destacó que los directores te hablan solo de verbos y tú tiene que lograr sorprender al directo y que «hay que desmitificar al cine porque ser actor es un oficio como el de ser chapista».

Para el actor vasco «las plataformas han venido a sanear este trabajo porque nunca hemos trabajado tanto, pero ha provocado una crisis en las salas de cine por lo que los distribuidores y exhibidores son los que lo van a sufrir de verdad». De este modo, «nos vamos a quedar en casa para todo pero eso no va a afectara a actores, directores, guionistas o productores». A lo que Paco León añadió que «hice un estudio de mercado sobre las plataformas y salió el señor de Almería que tiene cinco hijos y tiene que desplazarse no sé cuantos kilómetros para ver una película, por lo tanto las plataformas permiten que se vea más contenido de ficción que nunca y eso está conviviendo con las salas».

Ya en el segundo debate, Macarena García afirmaba que «el factor suerte es importante en esta profesión, pero yo sigo haciendo cursos de interpretación y aprendiendo porque siempre sientes que eres un aprendiz». Para ella las carreras de actores son tan complejas que «aunque te gustaría hacer esto, piensas que no te llaman para aquel proyecto que te interese», y sobre las películas en las que decide actuar «en el fondo la primera impresión es la que queda y con el tiempo entiendo que las cosas son como tenían que ser».

Por su parte, Anna Castillo recordó que es importante el entrenamiento y estar en constante reconexión. «Yo empecé a trabajar muy joven durante muchas horas, trabajando desde mis emociones». Para ella «los castings son terribles, pero aprendes a gestionar los nervios ya que hay algo de pasarte por encima», pero no hacer castings significa que te llegan opciones ciertas. Sin embargo, la actriz afirmó que «he tenido la suerte de tener proyectos muy diferentes encontrando un equilibrio donde me he sentido cómoda».

Pero, de cualquier forma, esta profesión es, para la actriz catalana, muy cíclica, y se reduce a «entender a relativizar los momentos buenos como malos».

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