Claves sobre la dermatitis atópica

Esta patología crónica es una de las que más condiciona la vida de las personas afectadas

El Archipiélago cuenta con un mayor porcentaje de casos graves

Un paciente con dermatitis atópica

Un paciente con dermatitis atópica / Agencias

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que afecta a entre un 5 y un 10% de los adultos y a entre un 10 y un 15% de los niños. Su incidencia se ha duplicado en el transcurso de los últimos 30 años y en España ya hay más de dos millones de personas afectadas. Además, en las Islas existe un mayor porcentaje de casos graves que en otras comunidades autónomas por las particularidades del clima. Pero, ¿por qué se caracteriza esta patología y cómo debe tratarse? Para despejar este interrogante, el doctor Leopoldo Borrego, presidente de la Sección Canaria de la Academia Española de Dermatología y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), aborda una serie de claves

Características

Tal y como explica el facultativo, la dermatitis atópica es un cuadro clínico crónico de causa desconocida, que cursa con brotes, y que se caracteriza por la aparición de lesiones pruriginosas de un patrón peculiar. El grado de afectación varía entre los pacientes. A pesar de que las lesiones pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo, lo más común es que aparezcan en la parte interna de los codos, detrás de las rodillas y delante del cuello. 

Factores asociados

Los factores que pueden intervenir en su aparición son también muy variables. «Sabemos que el factor genético está implicado, así como el vínculo con otros cuadros sistémicos generales como el asma, la rinitis y la conjuntivitis alérgica», apunta el especialista. «Dentro de la patogenia de la enfermedad cutánea encontramos la sequedad de la piel. En ella intervienen unas alteraciones específicas de una proteína que se llama filagrina», agrega. El otro gran bloque vinculado a la patogenia lo conforman las alteraciones inmunológicas que tienen los enfermos atópicos en relación con los agentes externos. Hay que señalar que los ambientes secos, el calor y el sudor empeoran los brotes de la patología

Afectación

Esta enfermedad condiciona mucho la vida de los pacientes que sufren casos más severos. De hecho, es una de las patologías que peor calidad de vida ocasiona a las personas que la padecen. «Teniendo en cuenta que las lesiones provocan un picor muy intenso a algunos pacientes, es frecuente que lleguen a experimentar alteraciones del sueño», resalta el doctor Borrego. Otras personas pueden sufrir también ansiedad y agitación. 

Síntomas

El principal síntoma que provoca esta enfermedad es picor. Ahora bien, también es habitual que la piel se encuentre seca y agrietada, y que cause irritación.

Tratamiento

En función del grado de la enfermedad, los tratamientos serán más o menos agresivos. Por esta razón, el programa terapéutico se debe adecuar a las necesidades de cada paciente. «Afortunadamente, ahora contamos con medicamentos modificadores de la respuesta inmune que son muy efectivos y provocan muy pocos efectos secundarios», detalla el experto. No obstante, para lograr espaciar los brotes y controlar la dolencia, la base del tratamiento consiste en hidratar la piel con cremas elaboradas para este fin y en administrar una terapia antiinflamatoria. «Como la mayoría de los pacientes padece cuadros leves, es frecuente emplear antiinflamatorios tópicos. Normalmente, utilizamos corticoides o inhibidores de la calcineurina», cuenta. Para abordar los casos más graves es necesario recurrir a tratamientos inmunosupresores

Diagnóstico

Según informa el dermatólogo, el diagnóstico se basa en criterios clínicos y no existe ninguna prueba específica que detecte la enfermedad. «Es posible que sea necesario hacer pruebas especiales a algunos enfermos para descartar otros cuadros, pero el diagnóstico de la patología en sí es clínico», recalca.

Una afección que pasa factura

Una encuesta realizada por la <strong>Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA)</strong> entre octubre de 2021 y abril de 2022 para conocer la calidad de vida de los pacientes aquejados desveló que un 44% de los encuestados ha necesitado apoyo psicológico en algún momento debido a la patología. En cuanto al impacto en la autoestima, el 87% manifestó sentir preocupación por su apariencia; el 81% por la concentración; otro 81% por las ganas de llorar; y un 79% por no poder hacer las cosas que quiere. En el sondeo participaron 341 personas -el 90% de ellas mayores de edad- de todas las comunidades autónomas. La edad media de estos pacientes quedó cifrada en 29 años. | Y.M. 

Suscríbete para seguir leyendo