El verano multiplica las consultas oftalmológicas asociadas al síndrome del ojo seco

El doctor Rafael Melián alerta de los factores que afectan a la salud ocular y que están ligados a esta estación

El aire acondicionado aumenta la sintomatología

El doctor Rafael Melián explora el ojo de un paciente.

El doctor Rafael Melián explora el ojo de un paciente. / Andrés Cruz

El síndrome del ojo seco constituye la causa más frecuente de visita al oftalmólogo, pero en verano la cifra de consultas se multiplica. Así lo pone de manifiesto el doctor Rafael Melián, especialista en Cirugía Refractiva y Superficie Ocular en Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico. Y es que esta estación va de la mano de un conjunto de factores que contribuyen a su aparición y al desarrollo de otros problemas de salud ocular. «Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay más horas de sol y, por tanto, más radiación ultravioleta. Esto de por sí causa daños en los ojos y favorece la manifestación de cataratas y de alteraciones en la retina», resalta el facultativo.

Al haber más horas sol, aumenta el calor. Es entonces cuando entran en juego las herramientas destinadas a combatir las altas temperaturas. Un ejemplo claro lo pone el aire acondicionado. «Este recurso deshidrata el ambiente, una situación que puede resecar las mucosas y dar lugar al síndrome del ojo seco», apunta el especialista. Ahora bien, para mitigar los efectos del aire acondicionado, es recomendable disminuir su intensidad o recurrir a humificadores. Otra opción consiste en paliar la sensación de calor con el uso de ventiladores. «Siempre y cuando no estén enfocados directamente a la cara, son mucho más beneficiosos», asegura. 

Características

Pero, ¿por qué se caracteriza el síndrome del ojo seco? Tal y como explica el profesional del citado centro de la capital grancanaria, se trata de una alteración de la superficie ocular causada por una disminución del volumen lagrimal. «Este proceso se traduce en una inflamación que abre la puerta a una serie de síntomas como puede ser la sensación de tener un cuerpo extraño en los ojos, el enrojecimiento ocular, la incapacidad de mantener la vista fija en pantallas y libros o la aparición fluctuante de visión borrosa», detalla el doctor Melián, que también informa de que las personas que utilizan lentes de contacto son más propensas a desarrollar esta dolencia. 

El diagnóstico en sencillo. Tan es así, que en ocasiones basta con que los oftalmólogos conozcan la historia clínica del paciente y procedan a realizar una exploración cotidiana. «También disponemos de equipos que nos indican la cantidad de lágrimas que está fabricando el paciente y lo que tardan en evaporarse. A partir de ahí, podemos evaluar el estado de la superficie ocular y decidir qué tratamiento emplear», anota el experto. 

En este sentido, el doctor señala que la primera opción siempre son las lágrimas artificiales, pero si el problema persiste es necesario utilizar antiinflamatorios tópicos en gotas. Atendiendo a esto, ¿cada cuánto tiempo sería recomendable aplicar las lágrimas artificiales? Lo ideal es prestar atención a la propia demanda. «Es preferible aplicarlas antes de que nuestros ojos nos las pidan. Además, recomendamos utilizarlas de forma previa a la aparición del problema, ya que el ojo seco se convierte en un círculo vicioso y es mejor actuar antes de que aparezcan los síntomas», advierte. 

Cabe destacar que bajo ningún concepto hay que frotarse los ojos para disminuir la sensación de picor, pues esta acción puede derivar en el desarrollo de alguna enfermedad corneal. De hecho, según el doctor Melián, los casos de queratocono son más frecuentes en Canarias por la presencia de la calima, un fenómeno meteorológico muy habitual en las Islas, que causa iritación ocular y a menudo lleva a la población a realizar este gesto. 

Hay que señalar que otro factor implicado en el deterioro de la salud ocular en verano es la disminución de los días de lluvia, un hecho que provoca que la atmósfera no se limpie con tanta frecuencia como en otras estaciones. ¿El resultado? Más sustancias irritantes en el aire que contactan con la superficie del ojo. A esto se suma el aumento de las visitas a las playas y a las piscinas. «En estos espacios, el ojo entra en contacto con bacterias y cloro, por lo que es recomendable llevar siempre gafas de natación. También es importante acudir sin lentillas, ya que los riesgos de irritación ocular y de contraer alguna infección son mucho mayores», alerta el oftalmólogo. 

Precaución con las pantallas

«Lo que ocurre cuando estamos delante de una pantalla, ya sea de un ordenador, de un móvil o de un televisor, es que fijamos la mirada. Esto hace que bajemos la frecuencia de parpadeo, pasando de 19 por minuto a cinco», señala el doctor Rafael Melián, especialista en Cirugía Refractiva y Superficie Ocular en Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico. De este modo, el ojo se seca más de lo habitual. «La situación empeora en los usuarios de lentillas. Por tanto, es importante descansar la vista cada media hora, al menos un minuto, y parpadear para que el ojo se lubrique», agrega el experto. Además de esto, el profesional recomienda hacer uso de lágrimas artificiales en los descansos y relajar la vista mirando a objetos que estén situados a una distancia de cinco metros. | Y.M. 

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