La piratería que describió a Canarias

El libro 'Piratería inglesa en las Islas Canarias' del doctor en Geografía e Historia Nicolás Gómez Lemus traduce por primera los textos de navegantes ingleses de los siglos XVI y XVII

La obra se presentó hoy en la Casa de Colón de la capital grancanaria con el autor y el catedrático Manuel Lobo Cabrera; en Tenerife, se exhibe el próximo viernes en Puerto de La Cruz y el 30 de noviembre, en La Orotava

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

Los ataques de piratas ingleses que durante el siglo XVI sacudieron a las islas canarias no solo dejaron saqueos, cañonazos, heroicidades o muertes, también escondieron un retrato del Archipiélago de la época. En sus textos, los navegantes reflejaban un conocimiento de las sociedades de ciudades portuarias como Las Palmas o La Laguna, se referían al Teide como "el pico" o describían los productos que se llevaban, destacando sobre todo ellos el vino malvasía, especialmente de La Palma, “que alegra los sentidos y perfuma la sangre”, frase que se atribuye a William Shakespeare.

El doctor en Geografía e Historia Nicolás Gómez Lemus (La Orotava, 1952) plasma en su reciente libro, titulado Piratería inglesa en las Islas Canarias. Aventura, comercio y pirateo en la dinastía Tudor, con la colaboración de John Lucas y Dorothy Charnock, la traducción inédita al español de los textos de los navegantes ingleses que realizaron incursiones en el Archipiélago, desde comerciantes a piratas o corsarios. Lo que allí se describía "se acerca mucho a la realidad histórica que se vivía en las islas", explica Gómez Lemus, que "desde la incorporación al dominio europeo se convirtieron en escalas de avituallamiento".

Gómez Lemus arroja luz en la penumbra que envuelve la piratería inglesa en Canarias, un fenómeno poco tratado por historiadores e hispanistas por su complejidad. El libro, de unas 400 páginas y publicado por la prestigiosa editorial Renacimiento, aborda las enrevesadas relaciones entre España e Inglaterra durante la dinastía Tudor, que abarca desde 1485 a 1603 y cimentó el futuro Reino Unido.

El contexto parte desde que Cristóbal Colón hiciera sus primeros viajes entre 1492 y 1493. Es entonces cuando Canarias se convierte en una zona de provisiones de suministros para el Nuevo Mundo, cuya navegación y comercio controlaba la Corona de Castilla desde Sevilla.

Amistad entre Castilla e Inglaterra

En este escenario, el libro diferencia una primera etapa, desde finales del siglo XV hasta 1558, caracterizada por una estrecha amistad entre las coronas de Castilla e Inglaterra y se centra, sobre todo, en las razones que obligaron a los comerciantes ingleses que actuaban en Normandía y Vizcaya a dirigirse al Archipiélago.

Pero la tirantez comenzó con el inicio de la reforma protestante y el último intento de se ve refrenada, cuando murió la única descendiente de Enrique VIII y Catalina de Aragón: María Tudor, reina de Inglaterra e Irlanda y consorte de la Monarquía Hispánica al casarse con Felipe II. Durante su reinado, de unos cinco años, trató de restablecer duramente el catolicismo con una política sanguinaria y represiva contra sus oponentes protestantes.

Todo cambió con el ascenso de su hermanastra, la reina Isabel I, que abrazó las tesis protestantes constituyendo el nacimiento de la Iglesia de Inglaterra, independiente de la Santa Sede. Con ello y con sus intentos de resquebrajar el monopolio comercial de España y Portugal con América, alteró las relaciones con Felipe II alcanzado el cenit con el episodio de la Armada Invencible y la posterior Contraarmada inglesa.

Inicio de la piratería

Isabel I dio vía libre a sus súbditos armadores para que atacaran puertos o saquearan los galeones cargados de oro procedentes de las Indias Occidentales a su vuelta a Sevilla, que se ejecutaba en las islas macaronésicas: Azores, Madeira y Canarias. Así, generó el caldo de cultivo para el nacimiento y desarrollo de la piratería inglesa, que según Gómez Lemus, vivió en el siglo XVI su época dorada.

De este periodo son los corsarios o piratas que dejaron sus huellas en Canarias, como el también traficante de esclavos John Hawkins (1532-1595) o su conocido sobrino Francis Drake (1540-1596), quien fue incluso nombrado caballero. Ambos hicieron varias incursiones en las Islas, pero la más conocida fue cuando atacaron en 1595 Las Palmas en el marco de una expedición contra los asentamientos españoles en el Caribe, pero fueron repelidos de Canarias y murieron durante su empresa. El autor también destaca al aristócrata Walter Ralleigh (1552-1618), amante, además, de la geografía, la química y entusiasta de los viajes marítimos.

Para narrar el contexto y los acontecimientos, Gómez Lemus ha documentado y clasificado todas las actuaciones marítimas inglesas y ofrece al final del libro una tabla de las áreas de actuación pirática en el Atlántico, así como el año de navegación. Y la publicación la cierra un índice onomástico para facilitar la localización de los viajeros protagonistas que pertenecen a la generación de Inglaterra bajo los reinados de Enrique VIII y su hija Isabel I.

Presentación del libro

El autor presentó ayer la obra en la Casa de Colón de la capital grancanaria, acompañado del catedrático Manuel Lobo Cabrera; en Tenerife, se exhibe el próximo viernes en Puerto de La Cruz y el 30 de noviembre, en La Orotava. También licenciado en Filosofía, su dilatada actividad académica ha estado estrechamente vinculada a Londres: desde trabajar en su tesis doctoral en la British Library y otros archivos británicos a ser miembro de la Royal Historical Society.

En Canarias, ejerció como profesor de Historia Económica del Turismo en Canarias, en el Centro Universitario Iriarte, de la Universidad de La Laguna en el Puerto de la Cruz, donde funda la revista Turismo y organiza la editorial del centro. Además, combina la docencia y actividad académica con la dirección de la sección de Ciencias Sociales y Humanidades de la librería Lemus.

Además, ha recibido el premio de investigación Álvarez Rixo, del III Premio Mare Nostrum y de Investigación Histórica Antonio Rumeu de Armas. Es autor de una treintena de libros. De lo variado de su obra dan cuenta títulos como Las Islas de La Ilusión (Británicos en Tenerife. 1850-1900), Del hotel Martiánez al hotel Taoro, Las Islas Canarias en la British and Foreign Bible Society, La Expedición alemana de 1910 a las Cañadas del Teide, Viajeros por sol, playa y descanso o Viajeros victorianos en Canarias, con prólogo del hispanista sir Raymond Carr.