Año nuevo, vida nueva | La primera canaria del ‘Efecto 2000’

¿Qué fue de Raquel, la primera canaria que nació bajo la amenaza del 'Efecto 2000'?

Su madre, María Belén, una farmacéutica de La Orotava, la alumbró a las 00:28 horas en el HUC mientras los canarios certificaban que lo del gran error informático era un camelo

María Belén, Raquel y José Luis posan el pasado jueves en el entorno de La Concepción de La Orotava.

María Belén, Raquel y José Luis posan el pasado jueves en el entorno de La Concepción de La Orotava. / Andrés Gutiérrez Taberne

Algunos enfermeros iban de un lado a otro con linternas y el temor a que se produjera un grave error informático estaba latente. El riesgo a caer en las redes del Efecto 2000 era más que real, pero los sanitarios programaron la cesárea, se marcharon a tomar las uvas y volvieron a atender a María Belén, la madre de la primera canaria que puso un dos al principio de su año de nacimiento: a las 00:28 horas apareció Raquel

Más de una vez me han felicitado por el Año Nuevo, pero no por mi cumpleaños", asegura la joven orotavense

Cuando José Luis volvió al Hospital Universitario de Canarias (HUC) a media mañana del 1 de enero de 2000 se encontró a las puertas de la habitación en la que descansaban su mujer, María Belén, y su segunda hija [Raquel] a José Carlos Francisco, por aquel entonces consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, con un Manual de salud infantil para madres, padres y educadores, y a una periodista que organizaba el posado del primer bebé que nació en el Archipiélago hace 24 años. La idea, para qué engañarnos, de pasar por ese trance no agradó a un padre que llegó acompañado de su hija mayor [Eva], pero se «negoció» algo breve y ésa fue la fotografía que apareció en la portada de los periódicos el 2 de enero.

El matrimonio orotavense formado por María Belén Pérez Gutiérrez, farmacéutica, y José Luis García Osorio, trabajador del Registro de la Propiedad, quedó expuesto a las preguntas de los periodistas y los objetivos de los reporteros gráficos y cámaras de televisión durante un par de minutos antes de recuperar la normalidad. Llevaba más de 24 horas en el HUC y la tranquilidad y, sobre todo, el anonimato llegaron en cuanto se cerró la puerta de la habitación.

Parto largo y ‘Efecto 2000’

El mayor deseo de María Belén era que Raquel naciera el 31 de diciembre, pero no pudo ser. Sabía que no iba a estar en la reunión familiar de Nochevieja –los astros se alinearon para juntar por primera vez en mucho tiempo a todos sus familiares en la Villa–, pero en el ambiente se percibía un halo de misterio alrededor del temido Efecto 2000. Sí. Un error de software causado por la costumbre de los programadores de omitir la centuria en el año para el almacenamiento de datos.

El miedo a un gran apagón, tanto a nivel eléctrico como informático, era más que real y por los pasillo del HUC el personal de guardia iba de un lado a otro cargando en los bolsillos de sus uniformes blancos y verdes unas pequeñas linternas. Al final a María Belén y José Luis, ambos entonces de 35 años, les dieron las uvas... La pequeña Raquel, que en el instante de nacer pesó 3,800 kilos, no quería nacer y se dio la vuelta. Esa voltereta fue la que acabó por inclinar la decisión hacia una cesárea.

Me preocupa la falta de trabajo, el precio de los alquileres y los sueldos bajos", enumera la tinerfeña

Antes de que sonaran los cuartos que anuncian el salto de año del paritorio desapareció el equipo sanitario [José Ignacio Mederos, el jefe de guardia de Ginecología, Candelario Mendoza, médico-residente, las matronas Carmen Castro y Clara Corujo y la enfermera Justa Morales]. María Belén y José Luis oyeron los ecos de las campanadas y el jolgorio en un módulo contiguo, se desearon Feliz 2000 y esperaron el regreso de los empleados del HUC: el alumbramiento de Raquel García Pérez se registró a las 00:28 horas.

Moda y estilismo

Raquel creció muy cerca del cuartel de la Guardia Civily el campo de fútbol de La Orotava, es la pequeña de la casa –su hermana Eva nació el 3 de mayo de 1991–, estudió ESO en el Colegio de La Milagrosa y Bachiller en el IES Rafael Arozarena y tiene un doble grado de Estilismo y Dirección de Peluquería y Asesoría de Imagen Corporativa. Desde mayo trabaja en una tienda de Puerto de la Cruz y antes lo hizo en un negocio de comida rápida. «Mi deseo es dedicarme algún día a algo relacionado con lo que he estudiado, bien al mundo de la moda o bien a la organización de eventos».

Raquel hoy y junto a su madre, María Belén, el 1 de enero de 2000.

Raquel hoy y junto a su madre, María Belén, el 1 de enero de 2000. / La Provincia

Seguidora confesa de las series de televisión y de la lectura, afición que han fomentado sus padres, Raquel cuenta una anécdota que tiene que ver con lo que ocurrió en el HUC en la madrugada del 1 de enero de 2000. «Dijeron que iban a colocar una pequeña placa que hiciera referencia a lo que sucedió, pero un tiempo después mis padres me llevaron al hospital porque me puse mala y no aparecía en su registro informático; tampoco había placa», señala con un tono alegre sin perder de vista las huellas del Efecto 2000. «Igual, sí que fallaron los ordenadores».

Bailar es otra de las aficiones de una joven que siente a flor de piel las tradiciones villeras [el Corpus y la romería], aunque nunca ha probado fortuna en el certamen de romera. «Aún me queda un año para intentarlo [sonríe] pero yo, sinceramente, me siento más cómoda en segunda fila con mis peinados y estilismos», subraya casi al mismo tiempo que agradece que su hermana Eva le haya servicio siempre de comodín para sus prácticas. Raquel, que acaba de independizarse, cree que los jóvenes como ella tienen que convivir a diario con una serie de inquietudes que están conectadas con la falta de oportunidades laborales, el alto precio de los alquileres y, los que tienen la fortuna de contar con un empleo, la baja remuneración de las nóminas que reciben. «Cuesta mucho llegar a fin de mes», avanza en el instante en el que define sus prioridades: «Estabilizar mi vida laboral, formar una familia y tener mi propia casa... Soy muy básica», abrevia sin caer en la cuenta que lograr esos retos hace tiempo que dejó de ser una cuestión elemental. Eso sí, para el 2024 le pide salud para su abuela Candelaria, que ya tiene 93 años.