Universidad | Ana B. Suárez Calvo Presidenta del Consejo Social de la ULPGC

Ana B. Suárez Calvo: «El mapa de titulaciones de la ULPGC tiene que salir del consenso social»

La primera presidenta del Consejo Social de la ULPGC asume el cargo con el compromiso de potenciar una mayor sintonía entre la academia y las necesidades sociales

Ana B. Suárez delante de los retratos de los ocho presidentes del Consejo Social de la ULPGC que la han precedido.

Ana B. Suárez delante de los retratos de los ocho presidentes del Consejo Social de la ULPGC que la han precedido. / Andrés Cruz

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Ana B. Suárez Calvo se convirtió el pasado 8 de febrero, en la primera mujer que ostenta la presidencia del Consejo Social de la ULPGC en los 35 años de historia de la Universidad, y después de ocho presidentes. La conocida empresaria asume el cargo con el compromiso de potenciar una mayor conexión y sintonía entre la actividad académica y científica con las necesidades reales de la sociedad canaria.

Es la primera mujer que asume la presidencia del Consejo Social en la ULPGC. ¿Es una señal de que se está avanzando en materia de igualdad?

Yo creo que es lo natural de una sociedad donde cada vez, la mujer tiene una mayor presencia a todos los niveles. La Universidad es un reflejo de lo que está sucediendo a nivel social, y en el Consejo Social como parte de la Universidad. Pero esto es como todo, soy mujer y me encanta que la mujer cada vez ocupe un papel mayor en la sociedad, pero lo importante es que sean buenos profesionales allá donde ocupen los puestos de responsabilidad. Es decir, que cuando alguien ocupe un puesto de responsabilidad, en cualquier sitio, sea porque realmente es una persona que está preparada, que lo puede hacer bien, y no simplemente porque sea de un sexo o de otro.

¿Qué significa para usted ponerse al frente del órgano de representación de la sociedad en la Universidad?

Para mí es un compromiso con la sociedad canaria. Yo me dedico al mundo de la empresa y realmente lo que quiero es tratar de potenciar la mayor conexión que tiene que tener el mundo docente, académico e investigador, con el mundo que hay fuera de los muros de la Universidad, con la sociedad que le está dando el sustento y el apoyo. Creo que la Universidad tiende a ser endogámica, a mirar mucho hacia adentro, por su sistema de gobernanza y por muchas otras cuestiones, y a veces sin querer, por cómo se gestiona internamente, pues al final se desconecta de lo que tiene fuera. Y también pasa al revés, que lo que está fuera se desconecta de la universidad porque no entiende que se le esté dando una solución o una respuesta acorde a lo que necesita y no cuentan lo suficiente con ella. Por lo tanto, hay que potenciar que haya una mayor conexión porque eso va a beneficiar a todos, a la sociedad en general. Y esa conexión tiene que ser en las dos direcciones, tiene que haber un mayor contacto de la Universidad hacia afuera y de los entes que están fuera hacia la Universidad, porque para mí ha sido un descubrimiento. En esta Universidad se está haciendo mucho y bien, es decir, hay grandes líneas de investigación, hay grandes profesionales del mundo académico, se hacen cosas muy interesantes en toda la Universidad que muchas veces se desconocen fuera.

Tres líneas de actuación

¿Cuáles son los principales retos que se marca en esta nueva etapa al frente del Consejo Social?

Ahora mismo las funciones del Consejo Social se agrupan en tres líneas de actuación y de mejora para que nuestra Universidad siga avanzando. La primera de ellas tiene que ver con la planificación, programación y promoción de la eficiencia de los servicios prestados por la Universidad; la segunda categoría es la supervisión de la actividad económica y el rendimiento de los servicios y su gestión; y la tercera, de interacción con los agentes sociales, económicos y productivos. En la parte de planificación y programación de la eficiencia, creo que hay recorrido en ayudarles a ve cómo dedicar o a dónde tienen que enfocar los recursos, con una visión de lo que hace falta en el futuro. En supervisión, tenemos una unidad de control interno, donde el Consejo Social lo que hace básicamente es ayudar al control de los de los fondos públicos de esta universidad, y ahí, tenemos un departamento técnico que me gustaría potenciar y donde necesitamos más recursos para poder desarrollar con mayor medida la función de supervisión, porque ahora mismo tenemos recursos muy ajustados. Esta es una institución muy grande, donde se mueve un presupuesto considerable y requerimos de algún recurso adicional para poder mejorar esta labor de supervisión. Y en cuanto a interacción con los agentes sociales, económicos y productivos, impulsar que se conozca lo que cada uno está haciendo, lo que cada uno necesita, y aportar soluciones, la Universidad a la sociedad y la sociedad a la Universidad. Cuando alguien se proponga una línea de investigación, que piense primero en ayudar a la sociedad canaria, que de alguna manera estamos dándole el sustento financiero y el respaldo, que pudiera aportar solución a problemas que tenemos en nuestro día a día, y luego pensar en otras cuestiones, es decir, que la prioridad sea que nuestra sociedad canaria mejore, y todo lo que podamos desarrollar para que eso se produzca, bienvenido sea. Todas las personas que están dentro de la universidad deben ser conscientes de que los fondos públicos que se reciben del gobierno son de todos. Y en cuanto a la formación, una de sus principales funciones, hay que ser muy exigentes. Somos formador de formadores, educador de educadores, la Universidad es el germen para que nuestros futuros profesionales vengan bien formados y bien preparados, y este es un papel en el que la Universidad tiene que ser exigente, tener una excelencia.

¿Existe un desfase entre la formación con la que sale el egresado de la Universidad y los perfiles o especialistas que demanda la empresa?

Bueno, eso no lo digo yo, lo dice el índice de empleabilidad de los estudiantes. El sistema universitario es poco ágil, y además, creo que lo que falta es una parte de orientación al alumnado antes de llegar a la universidad. En los últimos años de educación secundaria y de bachillerato, que es cuando el estudiante toma la decisión de a qué quiere dedicar su futuro profesional y su vida, quizás falta un poquito más de orientación para despertar vocaciones, ilusionarlos, darles a conocer las diferentes alternativas que pueden existir, y sobre todo, también con el foco puesto en qué perfiles son los que pueden tener una mayor empleabilidad en su comunidad autónoma, en el lugar donde viven, algo que interesa para generar arraigo del talento que vamos a generar.

Exceso de sobre cualificación

¿Cree que existe actualmente un exceso de sobre cualificación, por falta de orientación?

Hay carreras con un exceso de oferta, porque son más generalistas y se eligen porque no se tiene claro lo que se quiere hacer y el estudiante, en un momento determinado, puedes decir, pues mira como no lo tengo claro, me meto en esta carrera porque luego me va a permitir un mayor abanico de posibilidades cuando termine. Pero luego sale y no consigue un puesto de trabajo acorde a su formación, y elevamos la figura de la sobre cualificación que se produce porque hay muchos estudiantes universitarios con su grado terminado en determinadas materias y luego no consiguen emplearse en lo que han estudiado, y para ellos es una frustración. Quizás si los hubiéramos orientado previamente, sobre otras alternativas, podríamos haber contribuido a que no se diera esta situación.

¿Cómo se pueden mejorar las relaciones entre universidad y la empresa, un caballo de batalla que no termina de cuajar en la universidad. Debería seguir el modelo Dual que está siendo un éxito en la Formación Profesional?

Efectivamente, hay que ir hacia una formación más dual, y ahí, hay que trabajar mucho con el tejido empresarial, a nivel público y privado, trabajar más de cerca, porque al fin y al cabo en la Universidad está la cantera del futuro de las empresas. Lógicamente también está la Formación Profesional, pero en el conjunto, FP y Universidad, somos la cantera del futuro del tejido social y económico de las islas. Tenemos que trabajar ahí también e implicarnos para orientarlos. Respecto a la formación dual, y aquí hablo como empresaria, trabajamos codo a codo por esta Universidad, y también con centros de Formación Profesional, con estudiantes en prácticas para, por un lado formarlos, ayudarlos a prepararse, y por otro, también nos tienen a las empresas para detectar talento que incorporar en el futuro. El beneficio es mutuo. Así que la empresa, si quiere contar con perfiles preparados también debe implicarse, y yo como empresaria quiero visibilizar que a mí esto me preocupa y me ocupa, y obviamente, por eso estoy donde estoy.

La LOSU y los consejos sociales

¿Cómo encajan los consejos sociales en la Ley Orgánica del Sistema Educativo (LOSU)?

Pienso que los consejos sociales deberían tener un mayor papel del que tienen. Creo que el sistema universitario a día de hoy es complejo, complicado, poco ágil, cuando se quiere innovar, introducir cambios, cuesta mucho. Tiene un sistema de gobernanza que no ayuda a que la universidad se abra a la sociedad, porque al fin y al cabo son sus colectivos los que están dentro los que deciden como o quién tiene que dirigir la universidad. Eso hace que no miran hacia fuera, porque quien gobierna se debe a quien está dentro. Es complicado, pero es el sistema que hay, y lo que tenemos que hacer es tratar de ayudar y mejorar en lo posible. Quitándole mayor protagonismo o mayor peso al consejo social lo que se hace es que todavía la situación se perpetúe y no mejore, en lugar de abrirse va conseguir el efecto contrario. El consejo social aglutina a los distintos colectivos que hay dentro de la universidad, desde los docentes, investigadores, personal de administración y servicios, estudiantes, los distintos estamentos que hay en los órganos de gobierno, pero luego hay una representación muy importante de fuera, de las administraciones, de los empresarios, sindicatos, agentes sociales... Es muy variopinto y muy variado y tenemos gente de todos los colores políticos, de todos los perfiles, más o menos académicos. Yo creo que le damos un poco de sentido común a todo lo que se hace por el bien de esta Universidad y por el bien de nuestra sociedad. No hay mayor interés, es decir, aquí somos personas que estamos dedicando un tiempo por el mero interés de obtener el mejor resultado posible. A un ente cuyo único interés es velar por la mejora de esta Universidad, yo creo que todo el peso que le podamos dar, va a favorecer a la institución universitaria.

¿Hablaba antes del sistema de gobernanza de las universidades, cual sería a su juicio el modelo idóneo?

Lo ideal sería que tuviéramos como un consejo de administración, que podría ser equiparable a lo que hoy es el consejo social, que fuera un órgano de decisión, con presencia de todos los estamentos. A día de hoy somos un órgano de ayuda a la eficiencia, que ayuda en la supervisión y en la interacción, pero no es un órgano de toma de decisiones en el día a día, para eso está el equipo rectoral, que es quien gobierna. Nosotros tenemos una funciones atribuidas, pero a mí me parecería lógico que un Consejo Social fuera como un consejo de administración de una empresa privada que tuviera capacidad de decisión.

Progreso y permanencia

Respecto al alumnado, ¿cambiaría algo de las Normas de Progreso y Permanencia?

Yo creo que las Normas de Progreso y Permanencia deberían ser la última preocupación que debería tener el alumnado. Son circunstancias muy excepcionales, en esta Universidad se ayuda para que los estudiantes no lleguen y no tengan que utilizar las Normas de Progreso y Permanencia y cuando se llega, se analiza y se estudia caso a caso. Durante los últimos años se ha incluso flexibilizado su aplicación. Cuando un estudiante pasa por una sexta y hasta una séptima convocatoria adicional, lo suyo es ver y detectar antes, qué problemas son los que está teniendo y el por qué no está superando esa materia concreta. También es verdad que hay casos y casos, y las Normas de Progreso y Permanencia están para aplicarse cuando hay una dejadez o desidia por parte de un estudiante que usa recursos públicos. Nosotros tenemos que velar por la eficiencia de estos recursos y no podemos dejar que un estudiante se perpetúe eternamente en la Universidad, porque los recursos son de todos, hay que sacarles el mejor partido. Pero son muchas las convocatorias, y muchas veces son más circunstancias personales, y los estudiantes tienen que estar tranquilos, porque estas Normas se aplican en casos extremos, son muy pocos casos, y se aplican siempre dentro del sentido común.

¿Algunas sugerencias respecto al mapa de titulaciones de la ULPGC?

El mapa de titulaciones de la Universidad tiene que analizarse, y ahí se deben realizar encuentros, entre centros, departamentos y por titulaciones con los agentes sociales y económicos, de forma y manera que se vea hacia dónde vamos. La Universidad tiene que analizar conforme a la realidad y con las expectativas que hay en los próximos años. Eso es un trabajo continuo porque estamos en un proceso de transformación en todos los sentidos, todo cambia muy rápido y esta Universidad tiene que ser capaz de ser ágil, de adaptarse y anticiparse en lo posible para tratar de preparar perfiles que vamos a necesitar en cinco o diez años. Pero para eso yo creo que también se tiene que tener medida la realidad, sacar el mundo académico e investigador de sus aulas y hacerles partícipe de qué es lo que estamos viviendo y hacia dónde nos dirigimos para que ellos puedan reflexionar sobre las titulaciones. El mapa de titulaciones tiene que salir del consenso social, no es una cuestión que pueda decidir yo o el rector, debe surgir del consenso de esta universidad con la sociedad, y de un reclamo y de unas necesidades que vamos a tener en el futuro. Lo que tenemos que hacer es ser capaces de detectarlo con anticipación suficiente para hacerlo.

¿Cree posible que en 2024 se logre un contrato programa que permita una planificación plurianual sin sobresaltos para las universidades canarias?

Es muy importante, porque la Universidad tiene titulaciones con un mínimo de cuatro años de duración, por ejemplo, y las líneas de investigación muchas veces también son plurianuales. Con esto, lo que quiero decir es que es complicado desarrollar una actividad a lo largo de varios años cuando solo tienes garantizado financiación para uno. Necesitas saber el marco en el que te mueves, con lo que cuentas para poder planificar en el medio y largo plazo. Lo ideal es trabajar con presupuestos plurianuales, que vayan más allá de un año.