Sant Boi de Llobregat (Barcelona) ha recordado con dos actos -uno institucional, al que no asistieron las familias- a los cuatro niños que murieron hace un año aplastados en el túnel de bateo del campo de béisbol de Camps Blancs, que se derrumbó por las fuertes rachas de viento.

Al mediodía se ha organizado un pleno extraordinario en el Ayuntamiento, donde se ha guardado un minuto de silencio por las víctimas, y al que no ha acudido ningún familiar porque siguen indignados con el alcalde, Jaume Bosch, por no pedir disculpas por el suceso.

Bosch en un principio achacó el accidente al viento y defendió que el túnel de bateo no sufría desperfecto alguno, pero un informe pericial determinó que la estructura sí tenía graves defectos.

Las familias de los niños también están molestas porque aún no han cobrado las indemnizaciones fijadas por el juez.

A las 13.00 horas se ha organizado un partido en el Estadio Municipal de béisbol de Sant Boi en memoria de las víctimas, y las familias sí han asistido a este acto para recordar, junto a los compañeros de escuela, a sus fallecidos.