Con el paso de los días, los familiares y amigos de Jhonatan Orozco Calderón sienten más su pérdida, tan dolorosa y repentina, así como se acumulan más preguntas de por qué ocurrió su trágico fin. Ya se suman hoy 22 días desde su fallecimiento. Todo comenzó con el puñetazo que recibió y luego las patadas. Fue el golpe de la desgracia.

Jhonatan Orozco, colombiano, que vivía en Gran Canaria, con su familia, desde que tenía cinco años, estaba disfrutando el día 4 de este mes, como uno más, de la celebración del Carnaval en el parque de Santa Catalina, en la capital grancanaria. Dos hombres comenzaron la agresión contra él. Uno de ellos le dio un puñetazo, cayó al suelo y comenzaron a darle patadas. Fue atendido por miembros de Cruz Roja, que supuestamente advirtieron que podría sufrir un traumatismo craneoencefálico, cuando fue trasladado al hospital Doctor Negrín. Horas después, el domingo, recibió el alta médica.

Johanna Gutiérrez, tía del joven, reclamó: "que todos paguen, los asesinos y todos los implicados, sean quienes sean, por la muerte de nuestro Jhonatan". ""Esto no puede quedar así, ni los dos que le pegaron en libertad", añadió Johanna en el parque de Las Rehoyas, donde su sobrino iba casi a diario con su perro Max. En el momento de sus declaraciones, estaba acompañada por Sergio Gutiérrez, primo de Jhonatan y de los amigos Javier García, Wendy Bermeo y Ayoze Martín. "Yo me siento impotente e incrédulo", dijo Javier García, mientras Sergio señaló: "Estoy nervioso y preocupado por el miedo de que se repita esta violencia y la muerte de cualquiera".