El fallecido de 58 años en el accidente del viernes en el túnel de La Ballena es Carlos Gutiérrez Cabrera, vecino de Santa Brígida y catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) especializado en Medicina y Cirugía Animal. Licenciado en Veterinaria por la Universidad de Córdoba, doctor en la misma materia por la ULPGC y diplomado en Sanidad por la Escuela Nacional de Sanidad, investigó entre otras materias el virus MERS-CoV (siglas en inglés del síndrome respiratorio de Oriente Medio o Coronavirus).

El vehículo de Gutiérrez Cabrera, un Isuzu Trooper, quedó el viernes parado en uno de los dos carriles centrales del túnel de La Ballena, en la carretera GC-23 que une la Circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria (GC-3) con la autovía del Norte (GC-2). El conductor salió del vehículo y se disponía a señalizar la incidencia. Sin embargo, otro coche que circulaba por la misma vía no se percató de lo ocurrido, chocó contra su todoterreno y desplazó a Carlos Gutiérrez Cabrera, que fue atropellado por un tercer vehículo. Los sanitarios nada pudieron hacer por reanimarlo.

A las 15.51 horas, el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 recibió una alerta en la que se informaba de que una persona había sido atropellada en el interior del citado subterráneo en sentido La Paterna y que necesitaba de atención médica urgente porque se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Antes de que llegaran los recursos sanitarios, un médico que se encontraba en ese momento en la vía comenzó a realizar las tareas de reanimación, que continuaron los miembros de una ambulancia medicalizada y otra de soporte vital básico del Servicio de Urgencias Canario (SUC). Estos últimos lo intentaron tanto con maniobras básicas como avanzadas, pero a los pocos minutos confirmaron el fallecimiento debido a la gravedad de las lesiones sufridas, según informó el 112.

Varias dotaciones de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria y de los bomberos del parque de Miller Bajo también acudieron de inmediato. Los primeros se encargaron de agilizar las importantes retenciones que se habían originado en los cuatro carriles ascendentes, además de cortar el tráfico de la GC-23 en este mismo sentido, desviándolo a la avenida Juan Carlos I.

Agentes de la unidad de Atestados iniciaron una investigación para tratar de determinar las causas. Según indicaron a los agentes testigos de los hechos, el Isuzu Trooper se había quedado parado por una avería y su dueño salió para indicar lo ocurrido. En ese momento, el conductor de un Volvo V60 no pudo evitar el impacto y colisionaba con la parte trasera del todoterreno. El dueño del primer vehículo caía al suelo y un tercer coche, un Seat Ibiza, le atropellaba.

La carretera GC-23 quedó cortada al tráfico durante algo más de una hora hasta que finalmente todos los vehículos pudieron ser retirados de la vía. Este cierre hizo que la fila de vehículos llegara en un primer momento al barrio de Guanarteme, por lo que afectó a la circulación de las calles adyacentes, desviándose el tráfico por la antigua carretera de Chile y por la avenida Juan Carlos I para aquellos que querían llegar a la parte alta de la ciudad. La afectación también se prolongó hasta el túnel de Julio Luengo, en especial el carril de acceso a la GC-23 y a la avenida de Mesa y López.