Gáldar

Un testigo afirma que Ramón mató a Mariam por su dinero

«Yo la maté y la quemé, no la van a encontrar», asegura que le manifestó por teléfono el acusado por el homicidio en Gáldar

Ramón Manuel C.G., acusado de matar a su pareja, Mariam. | | EFE

Ramón Manuel C.G., acusado de matar a su pareja, Mariam. | | EFE / Efe

Efe

Un testigo declaró ayer ante el Jurado de la Audiencia de Las Palmas que Ramnón Manuel C. G., acusado de matar a su pareja, Mariam, y quemarla el día de Navidad de 2020 en Gáldar planificó su muerte porque sabía que tenía dinero y que «no hay duda» de la relación sentimental que mantenían.

En la segunda sesión del juicio que se sigue contra Ramón Manuel C. G, el principal testigo de la causa y amigo de la víctima relató ayer que denunció su desaparición a los tres días de que ocurrieran los hechos porque no lograba contactar con ella y que cuando consiguió hablar por teléfono con el procesado, éste le manifestó: «Yo maté a Mariam y la quemé, no la van a encontrar». Según ha indicado en su testimoni, el acusado se mostró «muy frío» cuando le confesó su crimen: «Lo dijo como si hubiera matado un pollo».

La víctima, María de los Ángeles Ibarlucea Echave, de 66 años y conocida por Mariam, llevaba años afincada en Gran Canaria, y, conforme a lo que ha indicado este testigo, «estaba contentísima con la relación que mantenía con el acusado», unos 20 años menor que ella, si bien en esos días tenían problemas y discutían, según le había dicho su amiga.

Así mismo, señaló que el día 26 de diciembre se acercó a la chabola en la que vivía el acusado con su pareja, en una zona próxima al paseo de Los Guanartemes, y se encontró con la puerta cerrada y el candado puesto, pero lo que más le extrañó fue que la zanja que había próxima a la infravivienda estaba tapada.

Otro testigo que conocía también al acusado y a la víctima, ha dicho que al primero le llamaban «el sevillano», porque procedía de Sevilla, y a ella «la vasca», y que la relación que mantenían era de pareja, «los veía de manos», además él se refería a ella como «mi chica» y Mariam le había manifestado que «ya tengo novio de nuevo».

En esta sesión también ha declarado el guardia civil instructor de la causa, jefe de delitos contra las personas en Las Palmas, quien ha afirmado que si no llega a ser por el testigo principal no cree que se hubiera descubierto el crimen, «hubiera pasado desapercibido» y «como una quema de basura», dijo el funcionario. Ha señalado que cuando se entregó el acusado, días después del crimen, en Arrecife (Lanzarote), indicó a los agentes que había matado a su mujer en Gáldar; y añadió en su declaración que no tiene duda de que el acusado era o había sido pareja de la víctima.

Ello por las notas manuscritas halladas del procesado «muy llamativas de los sentimientos hacia ella», porque existía un certificado de convivencia del Ayuntamiento de Guía y por lo que han referido testigos, ha precisado el funcionario de la guardia civil.

Sobre los hechos, ha explicado que el acusado en la reconstrucción dijo que habían mantenido una discusión a causa de la basura que almacenaba la víctima en la chabola y que en una primera manifestación reconoció que la golpeó y cayó, pero de forma inmediata rectificó y dijo que la empujó.

La guardia civil que actuó de secretaria del atestado ha señalado que en la reconstrucción de los hechos se concluye que es posible que sucedieran como narró el acusado: que discutieron, la empujó y cayó sobre una mesa contra la que se golpeó, pero también ha reconocido que «la pudo haber matado a golpes o estratrangularla», pero la manera en la que se deshizo del cuerpo para «entorpecer» la investigación impide averiguarlo, solo quedaron pequeños fragmentos de sus huesos.

En una llamada que realizó el acusado al testigo principal cuando estaba huido en Lanzarote, un agente de la policía judicial logró hablar con él y le pidió que se entregara, y Ramón Manuel C.G. ya asumía que le iban a caer bastantes años por lo que había hecho, según manifestó al tribunal. Este agente no recuerda que le dijera la palabra matar, pero sí que mantuvo una discusión con la víctima y que tenía «que arreglar cuestiones» antes de entregarse porque le iban a caer 20 años de prisión.

El juicio continuará hoy miércoles con la prueba pericial y la declaración del acusado, cuya abogada solicitó que su testimonio se pospusiera al final para mayor garantía de la defensa, que niega que existiera una relación de pareja con la víctima y que reclama para el procesado una condena de cinco años por el delito de homicidio con los atenuantes de confesión, de drogadicción y de actuar como consecuencia de un arrebato.

La Fiscalía de Violencia de Género y el Instituto Canario de Igualdad solicitan una condena de 15 años de prisión, la máxima por homicidio, y cinco meses de cárcel por un delito de profanación de cadáver, que también advierte la acusación particular que ejerce la familia, si bien los hechos los considera como un asesinato machista por el que reclama 25 años de prisión.