Tribunales

Seis años de cárcel por robar en una vivienda e inmovilizar a la dueña con el cable del teléfono

El acusado se había colado una hora antes en un apartamento turístico del sur de Gran Canaria para sustraer un juego de llaves, teléfonos y auriculares

El acusado, de espaldas junto a su abogado, en el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Las Palmas.

El acusado, de espaldas junto a su abogado, en el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Las Palmas. / B. M.

Benyara Machinea

Benyara Machinea

El hombre que protagonizó una noche de saqueos el 25 de febrero de 2022 en un apartamento turístico y en una vivienda particular de San Bartolomé de Tirajana, en la que inmovilizó a la moradora con cables telefónicos, cumplirá una condena de seis años y nueve meses de cárcel por un delito de robo con violencia, otro con fuerza y un tercero de lesiones. Las partes han llegado a una conformidad en el juicio celebrado este martes ante la Sección Primera de la Audiencia de Las Palmas y la Fiscalía ha rebajado cinco años la petición de pena manteniendo la indemnización de 4.195 euros.

El acusado Samuel M. R. reconoció ante los magistrados los hechos de los que se le acusa, pero solicitó que "tuvieran en cuenta" su arrepentimiento y que nunca ha negado "haber participado en esos robos". El querellado añadió que, junto a la atenuante por drogadicción que aplica el ministerio público, también padece un trastorno mental que influyó en su plan de asaltar las propiedades ajenas.

Samuel M. R. lleva dos años en prisión provisional por esta causa, desde su detención el dos de marzo de 2022, tiempo que se descontará de la pena impuesta. "Ahora mismo no tengo medios para pagar la indemnización. Estoy en prisión, intentando reunir el dinero, y estoy esperando para entrar en un módulo de trabajo y empezar a hacer el pago", manifestó en la vista oral, al tiempo que se comprometía a abonar las cuantías reclamadas en el futuro.

El valor del botín, que incluye joyas y aparatos electrónicos, asciende a 2.765 euros

El valor total del botín asciende a 2.765 euros. El escrito de acusación de la Fiscalía recoge que el encausado saltó el muro que rodeaba el perímetro de un complejo turístico de Playa del Inglés para acceder a la terraza de uno de los apartamentos, forzar la cerradura y colarse en el interior en torno a las 7.30 horas del 25 de febrero de 2022. Una vez dentro, sustrajo teléfonos móviles, portátiles, gafas de sol, un reloj y otros aparatos electrónicos pertenecientes a la pareja que se estaba hospedando en el inmueble.

Antes de darse a la fuga, el acusado añadió a su botín un juego de llaves perteneciente a la dueña de la vivienda. Hasta la fecha, ha devuelto todos los artículos a excepción de un reloj y dos pares de gafas tasados en 770 euros, así como la copia de las llaves del apartamento.

Segundo asalto

Con el mismo propósito de obtener un beneficio patrimonial ilícito, llegó una hora más tarde a una vivienda ubicada a pocos metros del complejo turístico, saltó el muro perimetral y accedió al interior del domicilio a través del jardín. En el segundo asalto no tuvo que forzar la cerradura de la entrada, ya que encontró la puerta principal abierta porque en el interior se encontraba la dueña de la casa.

Samuel M. R. propinó un fuerte puñetazo en la cara a la moradora de la vivienda, que cayó al suelo y siguió recibiendo golpes y patadas. Para evitar que se resistiera, el atacante la trasladó de una estancia a otra y la inmovilizó atándole las piernas con unos cables de teléfono. Esto le dio vía libre para registrar la propiedad en profundidad, de la que sustrajo un reloj, un teléfono fijo, un móvil, varios juegos de llaves, un bolso, joyería y 1.700 euros en efectivo. Para facilitar su huida, dejó a la mujer asaltada en el suelo, la cual logró desprenderse de las ataduras al cabo de diez minutos.

Dejó atada en el suelo a la dueña de una de las viviendas asaltadas

Como consecuencia de estos hechos, la dueña de la vivienda sufrió un gran hematoma desde la sien hasta la mejilla, inflamación con una herida suturada en los labios y diversos hematomas en codos, muñecas y muslos. La víctima recibió puntos de seda en el labio superior y en el codo derecho, sin secuelas físicas a largo plazo.

El encausado acumula, con esta última, cuatro condenas por delitos de robo con fuerza dictadas entre 2009 y 2011. El Juzgado de lo Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria le impuso una pena de dos años de prisión el 21 de octubre de 2009, el Juzgado de lo Penal número 2 dictó otros dos años de cárcel el 18 de febrero de 2011 y el Juzgado de lo Penal número 5 de la capital grancanaria emitió una condena similar el 19 de diciembre de 2011.

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