Tribunales

"Lo siento, me ha dado un calentón": dos años de cárcel para el surfista que abusó de una niña de 10 años

Las partes llegan a un acuerdo y el acusado, de 66 años, deberá pagar una indemnización de 10.000 euros a la víctima por daños morales

Imagen de la sala de la Audiencia Provincial de Las Palmas tras la celebración del juicio.

Imagen de la sala de la Audiencia Provincial de Las Palmas tras la celebración del juicio. / LP/DLP

El surfista de 66 años A. R. M. ha reconocido en el juicio celebrado este jueves en la Audiencia Provincial de Las Palmas los abusos sexuales a una menor en 2014, cuando esta tenía 10 años. Al haber conformidad por ambas partes, y tras reconocer los hechos, la Fiscalía ha rebajado la pena que solicitaba de seis años de cárcel a dos. A. R. M. tendrá que indemnizar a la víctima con 10.000 euros por los daños morales ocasionados, además de cumplir con el alejamiento y libertad vigilada. También deberá pagar las costas judiciales de abogacía y procuraduría.

Hechos probados

El escrito de acusación del Ministerio Fiscal recoge que los hechos sucedieron en el año 2014, cuando el acusado, A. R. M., sin antecedentes penales, aprovechando que la menor A. M. R., que por esa fecha contaba con 10 años de edad, se quedaba a dormir en su casa, para así levantarse muy temprano a coger olas. El acusado le ensañaba a practicar surf y era la pareja de una amiga de la madre de la menor. «Realizó con ánimo libidinoso actos de naturaleza sexual en cinco ocasiones durante cinco fines de semana seguidos», relata la Fiscalía entre los hechos que reconoció el acusado.

Ciudad de la Justicia de Las Palmas.

Ciudad de la Justicia de Las Palmas. / Juan Castro

El documento detalla que en la primera de ellas, el acusado con «ánimo de satisfacer sus deseos sexuales» y tras pedir a la menor que durmiera con él en la cama de abajo, «metió su mano en el interior del pijama de la menor y empezó a hacerle cosquillas en sus partes íntimas», ante lo cual esta, haciéndose la dormida, se dio la vuelta dándole la espalda al acusado. Acto seguido, A. M. R. se bajó el pantalón y apretó sus genitales contra la menor moviéndose de forma que simulaba el acto sexual, pero sin penetración.

Cuando paró, cogió la mano de la menor y se la colocó en su pene y le dijo «lo siento, me ha dado un calentón», pero la menor continuó haciéndose la dormida. En las cuatro ocasiones siguientes, los tocamientos fueron en el sofá en el que dormía la menor, donde el acusado, con ánimo libidinoso, metía la mano por debajo del pijama y le tocaba los glúteos mientras la menor se hacía la dormida.