"La experiencia ha sido muy positiva. El proyecto nació como un test para integrar la función de MeSumaría y sus alumnos con las necesidades de las empresas y se va a continuar realizando. En esta ocasión ha funcionado muy bien y son más las empresas que se han interesado para ofrecer empleo", explica Lorenzo Esma, gerente del centro comercial El Mirador.

El éxito se puede medir en el hecho de que "el mánager no sabía que ellos venían del proyecto Empléate. Dentro de las empresas fueron uno más desde el primer momento", apunta Leila Portillo, docente de la asociación MeSumaría. "Tras esta primera experiencia ya nos han solicitado perfiles concretos de personas con diversidad funcional".

Tanto el centro comercial como las empresas y la asociación están satisfechos con los empleados, pero ellos son los que más felices están. Con el proyecto Empléate han vuelto a sentirse útiles y sobre todo se van satisfechos con el trato que les han ofrecido las empresas. Es así como Moneyba Ortega apunta: "Mi percepción de la empresa ha cambiado enormemente una vez que estuve dentro". En su caso, trabajó en una gran superficie de textil y decoración. "Me quedé impresionada con la enorme organización que tienen. Es un trabajo muy dinámico en el que se te va el tiempo volando, además hay un gran compañerismo entre todos", apunta. De la misma forma su compañero de curso y trabajo, Roberto Artiles, añade: "Es una empresa muy grande pero en la que hay un trato muy cercano".

Roberto Artiles nunca había trabajado en el sector textil, pero afirma que "no noté el cambio, me adapté mejor de lo que yo pensaba". Junto a ellos, Elena Quevedo compartió empresa y experiencia. "Me fui muy satisfecha con todo. La organización es muy grande y no te da tiempo a nada las horas se te iban volando". asegura.

Para ellos fue una forma de volver a sentirse útiles y "darle un rumbo a la vida. Había días en los que estaba en mi casa y me preguntaba, ¿para qué sirvo?. Este proyecto y estar trabajando me ha servido para mucho", explica Moneyba Ortega. Junto a ellos se encuentra Jessica Zurita, cuya experiencia se desarrolla en la empresa Eroski, donde le han renovado el contrato y ampliado de las 16 horas iniciales a 20 horas semanales.

"Estoy muy contenta. El trato ha sido exquisito y me han dado muchas facilidades en relación a los horarios", explica Jessica Zurita, que ejerce de cajera en Eroski. Un trabajo en el que han tenido la oportunidad de volver a sentirse útiles y realizados después de un tiempo de desempleo. Y en el que han encontrado más facilidades de las que se pensaban. "Nos han permitido conciliar la vida familiar y laboral al cien por cien. Nos preguntaban a la hora de ajustar los horarios y nos lo ajustaban a nuestras peticiones", apunta Moneyba Ortega.

Un proyecto con éxito y que este sea su punto de partida. "Ya estamos pensando en la campaña de Navidad y en volver a sacar una formación como la que hemos realizado", explica Leyla Portillo. A la vez que buscan nuevas empresas que se quieran sumar y aportar su granito de arena al proyecto.