Los atascos en la autovía a su paso por el municipio de Telde han sido fuente de quejas desde hace muchos años y aunque se han diseñado numerosas soluciones al problema, las instituciones no habían podido hallar aún la fórmula para solventarlo. Sin embargo, ahora el Gobierno de Canarias estudia la manera de aliviar el tráfico de este tramo de la GC-1 con una serie de actuaciones enfocadas en la mejora de los accesos y los enlaces desde el barrio de Jinámar hasta el polígono de Salinetas, un total de ocho kilómetros.
Entre las posibilidades se baraja la instalación de una vía de servicio en algunos tramos de la carretera, aunque no hay nada decidido. De momento la institución ha encargado un proyecto para analizar el tránsito actual de vehículos en la carretera principal y en las entradas y salidas que existen a los diferentes barrios del municipio, como La Pardilla, Marpequeña, Las Huesas, el Goro, la costa o el propio casco.
La encomienda, que impulsa el área de Obras Públicas con el consenso del Cabildo y el Ayuntamiento de Telde, incluye el diseño de las actuaciones más apropiadas para mejorar la fluidez una vez se ejecute el estudio de la circulación, que se realizará con herramientas para contabilizar el número de coches y concretar qué zonas sufren un mayor colapso y a qué horas, de cara a la elaboración de un modelo de tráfico consistente, que sirva de base a las simulaciones (macro y microsimulaciones) necesarias para evaluar con precisión el comportamiento del tráfico. Según los resultados podrá sopesarse la opción de eliminar accesos innecesarios, efectuar cambios en la malla viaria interior o en el funcionamiento de los enlaces existentes.
Asimismo, la empresa que sea adjudicada tendrá la tarea de estudiar la capacidad de los enlaces existentes en este tramo de la autovía, para analizar si es posible llevar a cabo la ampliación de las estructuras de paso existentes, demoliciones y reconstrucción, si fuera necesario, de pasarelas, pasos a distinto nivel y ejecución de muros; además de la posible remodelación o nuevo trazado de la malla viaria interior en el entorno para redirigir el tráfico local, entre otras acciones.
Por otro lado, la administración destaca que el pliegos del proyecto se ha realizado de forma que pueda contemplar la inclusión de esas actuaciones a lo largo de la vía para que puedan ser ejecutadas de forma independiente una a la otra. De esta forma se gana en agilidad ya que se pueden licitar y realizar las obras de cada actuación de una en una y no esperar a adjudicar todo el lote entero con todas las actuaciones.
Sebastián Franquis, consejero del área, asevera que «estas no van a ser obras complicadas, aunque sí molestas». Explica que los trabajos que puedan acometerse no supondrán un periodo de ejecución muy extenso, «aunque no puede concretarse hasta que esté el proyecto, no creo que se dilaten más de año y medio en el tiempo», sostiene, aunque es consciente que causará incomodidad por ser una vía que está en uso. «Trataremos de acometer las actuaciones en los horarios con menos tránsito, como la noche», detalla.
El responsable político recuerda que este proyecto surge tras las reuniones mantenidas con los responsables y expertos de las administraciones públicas que componen la mesa técnica que se creó al principio de la legislatura para buscar una solución a las retenciones que se producen diariamente en la GC-1. Franquis agrega que se acordó unificar en un único proyecto todas las actuaciones y estudios esbozados con anterioridad tanto por el Cabildo como por la Consejería regional para atender algunas de las incidencias que se registran a lo largo de este tramo de la autovía. Esos estudios previos sirvieron de base para elaborar una propuesta global que es la que ahora sale a licitación.
En este sentido, Franquis recuerda que una de las últimas propuestas que se puso sobre la mesa era la ejecución de un carril bus-vao. «Sin embargo, llegamos a la conclusión de que era imposible que esto redujese el tráfico actual», afirma y defiende que la mejora de los accesos es la fórmula más rápida que precisan en estos momentos.
Solución temporal
Aún así, quiere dejar claro que «con esto no vamos a solucionar por completo el problema que hay en este tramo de la autovía», alerta el consejero, que recuerda que la carretera fue construida en momento en el que las áreas urbanas, comerciales e industriales del municipio de Telde no estaban tan desarrollados, por lo que no se producían colapsos tan significativos.
Desde el Ejecutivo regional consideran que la clave para solventar el problema está en la construcción de la GC-5, conocida como la circunvalación de Telde, que une el municipal con la capital. Desde la Consejería aseveran que esta infraestructura supondrá una buena alternativa como vía de alta capacidad para los tráficos en el eje norte-sur insular a través de la plataforma litoral este insular. El contrato para la redacción del proyecto de trazado y construcción de la nueva carretera se encuentra actualmente en redacción y fue adjudicado por un importe de 1.887.683 euros.
Accesos rehabilitados
El mal estado de algunas vías de acceso y salida a la GC-1 desde el municipio de Telde han sido motivo de denuncias para colectivos vecinales y empresariales en los últimos años. Por este motivo, el Ayuntamiento de Telde solicitó a finales del año pasado una reunión con el consejero de Obras Públicasl del Cabildo insular, Miguel Ángel Pérez del Pino. Desde la institución insular solicitaron la puesta en marcha de actuaciones de reasfaltado del pavimento, sobre todo para garantizar la seguridad, ya que en algunos puntos los baches son demasiado profundos y cuentan con materiales granulados que obliga a los conductores a efectuar maniobras bruscas para evitarlos. En este sentido, el Cabildo impulsó la mejora del acceso al parque comercial La Mareta (que efectuaron los propietarios del área) e incluyó en su programación el reasfaltado del acceso a la zona industrial de Salinetas, que también se encuentran en malas condiciones desde hace tiempo. | J. P.
