Los Picachos de Telde, tres décadas después

Este mes de febrero se cumplen los treinta años de la caída de una de las pilastras del ingenio azucarero de Los Picachos, una efemérides que se ha convertido en una cita ineludible para el colectivo Turcón Ecologistas en Acción, el cronista oficial de Telde, Antonio González Padrón, y todas las personas que aman y defienden el patrimonio histórico. 

Fue la noche del 14 de febrero de 1994 cuando una de las torretas de este emblemático inmueble cayó al suelo sin previo aviso y al ruido de su derrumbe se unió, a partir de entonces, el sonido de una reivindicación: salvar las ruinas de este ingenio con más de 500 años de historia y que desempeñó un papel fundamental en la alimentación de esta isla. 

Afortunadamente, en los últimos años ha habido avances. El ingenio azucarero de Los Picachos ya está inscrito en el registro de Bienes de Interés Cultural como anotación previa, un trámite previo que permite protegerlo igual que a un BIC, mientras se termina de tramitar su expediente, que el pasado año fue reimpulsado por el Cabildo grancanario. Y en octubre el Ayuntamiento de Telde concluyó el procedimiento iniciado en mayo de 2022 para hacerse con la propiedad del suelo donde se halla. 

Evitar más caídas

Sin embargo, Turcón advierte del riesgo de que suceda algún derrumbe más. Su presidenta, Consuelo Jorges, reitera la necesidad e tomar medidas preventivas y pide que se apuntale o «se coloque alguna estructura que evite que se sigan cayendo y perdiendo elementos de este importante patrimonio histórico» al que únicamente le queda en pie una de las pilastras originarias.  

Mientras exista riesgo, los activistas mantendrán vivo su compromiso de «recordar y hacer sentir la historia, a la vez que modelar con sus acciones todo un hito de participación, vínculo y contrato con el legado arqueológico y patrimonial de Telde y de Canarias en general», asevera Turcón. 

Telde se hace definitivamente con el ingenio azucarero de Los Picachos

A lo largo de estas décadas han puesto en escena múltiples iniciativas para «mentalizar y crear un estado de opinión activo y de defensa de este bien patrimonial» y conseguir que las administraciones se unieran al movimiento civil y social bajo la premisa de que «todo lo que vale la pena hacerlo solos, se enriquece haciéndolo juntos».

Desgaste del suelo

Las excavaciones y los estudios geológicos que realizó el Gobierno de Canarias en 2021 en el terreno en el que se asienta este vestigio arqueológico que en el siglo XVI jugó un papel vital para la economía de Telde y Gran Canaria, desvelaron que la caída de la 'chimenea' se produjo por el desgaste del sustrato que lo sostiene producido por las intervenciones en el terreno, que durante un tiempo —por, ejemplo—, estuvo habilitado como aparcamiento para camiones. 

Además, cabe destacar que en esta zona hay restos de una red de acequias y cantoneras de reparto de agua de la Comunidad de Regantes de la Vega Mayor de Telde.

Ruta y ponencias

Para este año, Turcón Ecologistas en Acción ha organizado, además de la tradicional visita a las ruinas, la tercera edición de las Jornadas de los Ingenios Azucareros: Investigación, participación y valores a preservar. Los Picachos: 30 Aniversario (1994-2024), los días 14 y 16 de febrero en la Casa Museo León y Castillo «para poner en valor el rico y variado patrimonio que la actividad generó alrededor de nuestra ciudad».

La primera de las actividades programadas se desarrollará el próximo sábado, 10 de febrero, a partir de las 9.30 horas, cuando se realizará la tradicional visita a las ruinas del antiguo ingenio azucarero de Los Picachos y otras construcciones del municipio de Telde que están vinculadas con el cultivo de la caña de azúcar. 

La ruta, que comenzará en Los Picachos, contará con el arqueólogo Valentín Barroso, que ofrecerá a las personas participantes información acerca de este vestigio del patrimonio histórico que han sido recogidas en diversas investigaciones, mientras que otros especialistas del colectivo serán los encargados de guiar el paseo por los exteriores de Los Picachos. 

La actividad concluirá en la Basílica Menor de San Juan para conocer los trabajos de conservación y mantenimiento que se están realizando en el retablo gótico flamenco del Altar Mayor, que llegó de Flandes en el siglo XVI y está íntimamente vinculado a la familia García del Castillo, propietarios de ingenios azucareros en la ciudad.

Turcón precisa que esta actividad es gratuita y está dirigida a toda la familia. 

En el museo

El día que se cumplen los 30 años de la caída de una de las pilastras del ingenio azucarero, el miércoles 14 de febrero, comenzarán las jornadas a las 18.00 horas, en la Casa Museo León y Castillo. Será la presidenta del colectivo ecologista Turcón, Consuelo Jorges, la encargada de abrir coordinar la inauguración en la que participarán el director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, y representantes del Cabildo de Gran Canaria y del Ayuntamiento de Telde. 

La primera de las ponencias incluidas en estas jornadas será impartida por Manuel Lobo Cabrera, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en la que profundizará acerca de Las Haciendas Azucareras en Canarias.

Dos días después, el viernes 16, será el cronista oficial de Telde y miembro correspondiente de la Real Academia Canaria de Historia, Antonio María González Padrón, quien hable sobre El patrimonio artístico teldense como resultado del comercio del azúcar.

Homenaje póstumo a Benedicta Rivero

Y para concluir, se celebrará un homenaje póstumo a la profesora de Historia Medieval de la ULPGC Benedicta Rivero, que falleció en Telde, el año 2023. Será el profesor honorífico de esta entidad educativa Vicente Suárez Grimón quien esboce una semblanza y ponga en valor el trabajo que esta docente realizó durante toda su trayectoria profesional.

El colectivo ecologista recalca que estas jornadas «cuentan con la colaboración de la Casa Museo León y Castillo de Telde, el Gobierno de Canarias (Dirección General de Patrimonio Cultural) y la Consejería de Participación Ciudadana del Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Telde».

Oro blanco

El escritor medioambiental Álvaro Monzón, miembro de Turcón, califica de «oro blanco» el producto que salía de los ingenios de azúcar, un alimento que «en los siglos XV, XVI y ya en menor medida en el primer cuarto del XVII supuso el auténtico motor económico de la Isla, marcando su desarrollo». 

En un artículo que publicó bajo el título Los Picachos y la globalización del oro blanco, el ecologista recoge también que «los ingenios, tanto con sus plantaciones, como sus núcleos fabriles y de población, y sobre todo con la extracción permanente y continua de madera de los bosques isleños supusieron un fenómeno de transformación paisajística de gran importancia que sin duda marcó la fisonomía de la Isla en los siglos venideros».

Disección de un ingenio azucarero

Estas manufacturas se convirtieron en «importantes emporios económicos» alrededor de los cuales se fueron construyendo «viviendas para alojar a los trabajadores del ingenio», como los especialistas, artesanos, asalariados, esclavos y otras personas, así como hornos de pan y otros servicios necesarios para atender las necesidades de esta población.

El escrito de Monzón añade que «la exportación de azúcar permitió el despegue económico del archipiélago marcando el desarrollo de los principales núcleos poblacionales de las islas productoras, hasta que la competencia de las producciones americanas, provoca la crisis y declive del azúcar en el archipiélago, obligando a la reconversión de la producción agrícola canaria hacia la producción de vino». 

Fragmentos cerámicos

Monzón recuerda que en la primera de las jornadas organizadas por Turcón en el marco de la conmemoración de la caída de la penúltima pilastra de Los Picachos, «el arqueólogo Valentín Barroso confirmó la existencia, relación, causa y efecto, de que las pilastras de Los Picachos coincidían con un Ingenio Azucarero, por si había dudas. Descubrió la recuperación de fragmentos de recipientes cerámicos variados y la zona del hueco de la rueda del molino, posible sala de molienda y recreó con las modernas técnicas (dibujos y maquetas) lo que pudo ser la industria del azúcar en Telde, el Ingenio Azucarero de Los Picachos». Por último, el escritor medioambiental resalta que el ingenio y el azúcar permitió trazar una línea tangencial atlántica, una ruta económica, social y cultural, entre Europa, Madeira, Canarias y el Nuevo Mundo». 

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