El Negro se acerca. Jorge Francisco Almirón alza los brazos como el virtual ganador del casting del banquillo de la UD. Comienza la era 'post kalamidad'. De Pako Ayestará al Negro. Con el paso interino de Paquito Ortiz, llevará esta noche las riendas ante el Betis de Setién, la comisión deportiva acelera por un alta de quilates para el banquillo.

Tras Manolo Márquez -duró siete jornadas tras una pretemporada agitada-, Pako Ayestarán -míster derrota con seis varapalos y un empate en Liga- y el citado paso efímero de Paquito con fecha de caducidad, ahora no hay margen de error.

El elegido es Jorge Almirón. Y mañana dirige su último partido con el Club Atlético Lanús en la Primera División de Argentina ante Vélez. Tras caer en la final de Copa Libertadores -en la madrugada del pasado jueves, tras anunciar la UD que Ayestarán ya era historia, a pesar de eliminar al Deportivo-, anunció públicamente que su exitoso ciclo se había concluido.

Vitoria, rival directo en el pozo

De 46 años, ya reiteró de forma pública su intención de triunfar en Europa. La intención de la entidad amarilla es que viaje a la Isla el martes o miércoles de forma urgente, y que debute ante el Deportivo Alavés -el partido se juega el viernes en Mendizorroza ante el cuadro vitoriano, que está dirigido ahora por Abelardo-. Almirón ya figuró en la lista de opciones para el banquillo grancanario tras la renuncia de Márquez el pasado septiembre.

Con Lanús conquistó tres títulos y cayó en la final de la Copa Libertadores, la primera en la historia del club argentino, y que perdió ante el Gremio brasileño (1-0 y 1-2 en el estadio de La Fortaleza de Buenos Aires). Un varapalo con significado.

La Cadena COPE ya da por hecha la incorporación de Almirón al organigrama técnico la próxima semana de la UD, que solo ha ganado dos partidos en el campeonato liguero -los dos con Manolo Márquez-. Con el argentino, que también cuenta con la nacionalidad mexicana, la UD afronta el quinto rostro para el banco en 2017.

Comenzó el año deportivo el cántabro Setién, que en marzo anunció que no aceptaba la propuesta millonaria de renovación por cinco temporadas en el vestuario amarillo. Según los interlocutores del conjunto grancanario, era el mayor desembolso de la UD por un entrenador en toda su historia.

El divorcio con la dirección deportiva fue total, y el cuadro isleño dio concluida la temporada 2016-17 de forma dramática: cinco derrotas consecutivas. Tras caerse la opción del italiano De Zerbi a último ahora, se apostó por Manolo Márquez -que llegaba avalado por su ascenso con Las Palmas B-.

Duró siete asaltos. El catalán se declaró "superado" y se desmarcó del mayor desafío de su carrera como portar el volante del Ferrari de la UD -con un plantel tasado en 115 millones de euros y un presupuesto récord de 60 'kilos'-. De forma urgente (34 horas), la comisión deportiva se decantó por Pako.

Tras seis derrotas consecutivas, arrancó un punto en Anoeta. Alcanzó los octavos de Copa, pero el (2-3) ante el Dépor enojó a 6.000 almas que acudieron al Gran Canaria -ante el Levante fueron 26.212 espectadores y reclamaron la dimisión de Pako y del presidente Miguel Ángel Ramírez tras el esperpento-.

El sonrojo ante el cuadro deportivista fue la guillotina de Ayestarán y la apuesta interina por Paquito (el cuarto estratega de 2017). Con Almirón en camino, hoy hay una final en juego ante el Betis de Setién. La funcionalidad y categoría de la estructura sigue en tela de juicio. Pero hay margen para la resurrección.