El más difícil todavía. Jémez, el cerebro del milagro de los milagros. Si logra la salvación, guarden un sitio para este estratega en el libro Guinness de los récords. Comienza la escalada del Everest de la salvación de la UD. Cerrado el mercado invernal, se apaga el fax y llega la hora del revolucionario. Nadie lo ha logrado. ¿Y si Las Palmas se salva?
La misión de Paco Jémez es una travesía por el infierno. Debe reubicar a los siete fichajes -Alejandro Gálvez, Jairo, Nacho Gil, Gaby Peñalba, Etebo, Matías y Emenike- en plazo récord y este lunes, desde las 20.00 horas en el Gran Canaria, llega el Málaga de José González.
La batalla de los necesitados. Los isleños, penúltimos con 14 puntos, han recibido 50 goles tras las primeras 21 jornadas. El pasado miércoles, a veinte minutos del cierre del mercado invernal, llegó el nueve que ocupará el hueco de Rémy (decantado por el preparador cordobés el 28 de diciembre y que ha terminado cedido en el Getafe).
Tras 34 días sin un segundo atacante con ficha profesional -Jémez solo ha dispuesto de Calleri-, por fin dispone desde mañana de Emenike. Gálvez, Jairo, Gil y Gaby Peñalba ya se han hecho titulares indiscutibles en el nuevo orden táctico.
Y Matías Aguirregaray Guruceaga, apodado el Vasco, se postula como el próximo duelo del carril zurdo. A pesar de ser diestro, su potencia, colocación y olfato (contabiliza 21 goles en su carrera) aseguran una cruda competencia con Dani Castellano. Tras la marcha de Borja Herrera, se abre la lucha encarnizada.
Los siete fichajes tendrán un rol capital en el dogma del pantalón de camuflaje -prenda bélica que enaltece el compromiso y que fue elegida por Jémez en dos días claves: su regreso a la Isla (26 de diciembre) y la rueda de prensa tras el 'incendio Rémy'-. Son los elegidos. En esa carrera por extraer el máximo rendimiento de su guardia pretoriana, Jémez afronta una cruzada ideológica. ¿Modificará su sistema? ¿De qué vale la posesión si no se generan oportunidades?
Revolución y sangría
Taponar la hemorragia. El primer desafío, en estas 17 jornadas finales, pasa por recuperar las credenciales del rigor. Elevar la muralla de hormigón armado. Desde febrero de 2017, la fragilidad defensiva de la UD, sobre todo a domicilio, es alarmante.Y cabe reseñar que la etiquetada como primavera de oro, de febrero a mayo de 2016, con Setién en el cargo, se lograron seis victorias en siete jornadas. En cuatro partidos se dejó la portería a cero. La salvación llegará desde el espíritu italiano.
Frenar la cascada de tantos encajados y defender con éxito sin balón. La gran asignatura pendiente es reducir el número de pérdidas -Viera es el líder con 381, seguido por Calleri (277) y Dani Castellano (214)-. 186 remates, 86 a portería, 245 faltas, doce asistencias, 267 regates completados con éxito, 86 saques de esquina, 16 goles a favor, 50 en contra y un 54,9% de posesión.
El arte y el verso de seda de Setién, la poesía de la edad de oro ha terminado por convertirse en el epitafio. Y ahora Jémez trata de dar con la fórmula. Forjar una presión que deje sin aliento a los rivales es su gran obsesión. Salir con dinamismo al ataque y gobernar los partidos sin cometer fallos infantiles.
El técnico cordobés ha encajado 17 tantos en seis partidos. Un triunfo, un empate y cuatro derrotas entre Liga y Copa conforman su expediente. Y lo mejor de la temporada: la victoria forjada desde el sudor del segundo acto ante el Valencia. Ese partido marcará el futuro. Es el motor y la gasolina de la nueva era.
Besar el milagro y cicatrizar las heridas de una planificación catastrófica. Finalizado el mercado invernal -con quince operaciones en las oficinas de la entidad isleña, siete fichajes y nueve bajas- llega la hora de Jémez. A cinco puntos del paraíso de la salvación, batir al Málaga se antoja fundamental. Es la vida.
En busca del Santo Grial de las ocho victorias. 17 finales y la necesidad imperiosa de alcanzar los 40 puntos. La lucha de poder entre la dirección deportiva y Jémez late ahora en un segundo plano. A final de curso, llegará la hora de tomar nota. Evaluar a los pecadores.
Completar siete refuerzos cifra el nivel de incompetencia en los despachos. Solo Jémez puede salvar a la UD de la quema. "Buscamos hacer historia", dijo en la previa del pulso ante el Atlético en el Wanda. Comienza la cruzada. La operación milagro ya está en curso.
