A sus 65 años y 454 encuentros en un banquillo de Segunda -ostenta el récord de la categoría de plata-, pocos secretos se le resisten a Paco Herrera. Su dogma suma 27 años y tiene dos ascensos a Primera -con Celta (2012) y UD (2015)-. El domingo se reencuentra en el Gran Canaria con el Sporting de Gijón, club que dirigió en la 2017-18 durante 18 partidos hasta que fue destituido -8 de diciembre de 2017-, y que llegó a defender como futbolista durante tres campañas -una en Primera, dos en la categoría de plata con otro ascenso en su zurrón (1977)-. En su segundo periplo en el club amarillo, Herrera suma una victoria en diez partidos. Reinan las dudas. Invicto en 2019, necesita un torrente de victorias urgentes.
"Saldremos adelante y superaremos todos los obstáculos", insisten desde la zona noble de la entidad, que solo conciben un futuro con el veterano en el cargo. Herrera se cruza el domingo ante su último pasado más tenebroso. El despido en el Sporting de Gijón le dejó sin la opción de luchar por su tercer salto de categoría a Primera. El estratega catalán encadenó seis partidos sin ganar y la derrota en el Mini Estadi le costó el cargo ante el Barça B.
Terminó su ciclo con seis victorias, seis empates y seis derrotas. Alcanzó los 24 puntos, en la décima plaza y a cinco unidades del playoff. Llegó Rubén Baraja y el cuadro gijonés terminó en la cuarta plaza con una reacción portentosa. Fue eliminado por el Valladolid en las semifinales de la promoción de ascenso.
En la actualidad, Herrera busca su segunda victoria de amarillo -y lleva 89 días en el cargo-. Sus cifras resultan un espanto: un triunfo, seis empates, tres derrotas, diez goles a favor y quince en contra. El catalán encadena tres jornadas sin ganar, y tiene el playoff a cinco puntos.
Con el segundo mayor tope salarial de la competición (19,2 millones), la UD desperdició una grandísima oportunidad de tumbar al Málaga en la última jornada. Nueve puntos de 30 en litigio son un botín inadmisible para un gigante obligado a regresar a la tierra prometida.
Míster intensidad se ha medido en diez ocasiones al Sporting con un balance de dos victorias, cinco empates y dos derrotas. Dispone de todo el arsenal, salvo el sancionado Deivid. Ayer, junto al delegado Rubén Fontes, dieron una charla motivacional a sus pupilos en El Hornillo. El reto: sepultar los viejos fantasmas rojiblancos e iniciar el despegue del portaaviones legionario.
