Pepe Mel fue el primero en saltar al Estadio de Gran Canaria. Acompañado por Roberto Ríos, su segundo, y por David Gómez, preparador físico, el nuevo entrenador de la UD Las Palmas pisó por segunda vez el césped de la casa amarilla, donde al mediodía había posado para los medios gráficos junto a su equipo de trabajo después de ser presentado. Allí esperó la salida de los 24 futbolistas de la plantilla y luego dirigió su primer entrenamiento, que se prolongó durante una hora y 20 minutos.

Antes, en el vestuario, el madrileño había tenido la primera toma de contacto con los jugadores, a los que dirigirá hasta final de temporada. Les transmitió lo que horas antes había revelado en su comparecencia pública, que alcanzar el playoff todavía es posible. Y para que eso se produzca, el mensaje que les lanzó fue claro: hacen falta nueve victorias en los 14 partidos que restan para acabar la fase regular.

Mel es hombre de pocas palabras. Por lo menos así se mostró en su primera sesión. Más allá de una serie de carantoñas con Rubén Castro, Sergio Araujo, Juan Cala David García o Maikel Mesa, el técnico prefirió dejar actuar a los suyos e intervenir lo justo.

Tras una pequeña charla con Peñalba y otra con Deivid, el grupo comenzó a correr alrededor del campo y luego, tras una serie de ejercicios físicos y de finalización de jugadas, el preparador amarillo dispuso un partidillo a media cancha con tres equipos. Fue ahí donde Mel comenzó a cobrar protagonismo y dio sus primeras indicaciones. "Defensa", "acaba la jugada" o "no la perdemos" fueron sólo algunas de sus órdenes.

En busca de un 'once'

En busca de un 'once'

El madrileño combinó a tres defensas, tres centrocampistas y un delantero en cada uno de los conjuntos. En uno de ellos formaron David García, Aythami, Dani Castellano, Ruiz de Galarreta, Fidel Momo y Rubén Castro. En otro, Lemos, Mantovani, Cala, Timor, Srnic, Blum y Rafa Mir. Y en el otro -este, con ocho futbolistas- con Curbelo, Deivid, De la Bella, Peñalba, Javi Castellano, Maikel, Pekhart y Araujo. Los porteros Raúl Fernández, Nauzet y Josep, también se intercambiaron.

Todavía es pronto para desvelar qué sistema de juego dispondrá o qué jugadores tiene en mente alinear el nuevo entrador de la UD en Riazor el próximo domingo. Lo que sí está claro es que Rubén Castro, máximo goleador del equipo con 11 tantos, es un fijo para él. El Moña ha firmado 121 goles bajo las órdenes del madrileño, que espera que el isletero vuelva a ser el mismo que le brindó dos ascensos a Primera División con el Betis.

Expectantes, junto a las escaleras que dan acceso al túnel de vestuarios, el presidente Miguel Ángel Ramírez, el vicepresidente Nicolás Ortega y el secretario técnico Toni Otero observaron el primer entrenamiento del equipo bajo las órdenes de Mel, con quien tuvieron la oportunidad de charlar al final del entrenamiento en la caseta.

También estuvieron presentes una veintena de aficionados que aprovecharon las puertas abiertas para observar la sesión. A la finalización de la misma, el técnico se acercó a la grada para fotografiarse con algunos de ellos.

Ayer fueron sólo los primeros 80 minutos de Mel al mando de Las Palmas. Hoy, con una doble sesión de trabajo, buscará aclarar su once para la visita al Deportivo, el último equipo al que entrenó. El madrileño ya dirige la nave que buscará obrar el milagro del playoff.